España continúa su reinado

Con 12 equipos en lugar de ocho en la fase final, divida en dos ciudades, Budapest y Debrecen, y por primera vez sobre una sorprendente superficie negra tuvo lugar la Eurocopa de Fútbol Sala de la UEFA, que terminó en sábado en Hungría. Pero una cosa siguió siendo la misma: la identidad del campeón.

España venció a Portugal por 4-2 en la final de Debrecen logrando así su tercera corona europea consecutiva, la quinta en total en siete ediciones, tras comenzar el torneo con una victoria récord en el torneo por 9-1 sobre Bielorrusia. Después derrotó a Portugal por 6-1, y aunque Rusia puso las cosas complicadas en cuartos de final y España avanzó en los penaltis tras un empate sin goles, después superó en las semifinales a la República Checa por un inapelable 8-1 alcanzando la final. En ella, dominaron a sus vecinos durante 37 minutos, y a pesar de sufrir durante unos minutos al final, los españoles aseguraron un nuevo éxito. El portero Luis Amado, Kike, el capitán Javi Rodríguez y Daniel lograron la victoria en el torneo por cuarta vez, los dos últimos además en su despedida de la selección.

Portugal se clasificó para la fase final por primera vez tras quedar segunda en el Grupo D gracias a la diferencia de goles con una combativa Bielorrusia, con la que empató 5-5 después de perder con España. Pero olvidaron ese mal inicio y la lesión de Ricardinho, y Portugal derrotó a Serbia por 5-1 y a Azerbaiyán en la tanda de penaltis antes de llegar a la final.

Tanto Azerbaiyán como la República Checa sorprendieron a más de uno. Los primeros jugaron una fase final de un campeonato de selecciones de la UEFA por primera vez, pero su carismático equipo nació para ello, tanto el portero Andrey Tveryankin, de 42 años, como el brasileño de nacimiento Biro Jade o el lustroso a la par que habilidoso pivote Serjão. Derrotaron con facilidad a Hungría y la República Checa en el Grupo A, antes de eliminar a Ucrania en los penaltis. En dicha tanda, Tveryankin se recorrió todo el campo tras detener el segundo lanzamiento, si bien su compañero Rizvan Farzaliyev aún tenía que transformar el suyo. Los checos perdieron por 6-1 ante Azerbaiyán y caía por 4-0 ante Hungría, pero acabó ganando por 6-5. En cuartos eliminó a Italia en la tanda de penaltis.

Italia y Rusia llegaron a Hungría como aspirantes a derrocar a España, aunque caerían en los cuartos de final, en la elimnación más rápida de la historia para la azzurri. Al igual que para la anfitriona, Hungría atrajo a dos multitudes a Budapest, con el partido ante los checos despertando alegría, luego tensión, más tarde alivio y finalmente devastación para sus aficionados, quienes a pesar de todo continuaron acudiendo en masa para lograr una asistencia global récord en la competición.