UEFA.com funciona mejor en otros navegadores
Para la mejor experiencia posible, recomendamos usar Chrome, Firefox o Microsoft Edge.

La evolución de los centrales

Javier Mascherano brilló en centro de la defensa del Barça en la última final de la Champions League, y la revista Champions se pregunta si el aguerrido central tradicional ha pasado de moda.

Javier Mascherano: ¿el central del futuro?
Javier Mascherano: ¿el central del futuro? ©UEFA.com

El 28 de mayo de 2011 Javier Mascherano, un centrocampista de 1,70 metros, jugó en el centro de la defensa del FC Barcelona durante la final de la UEFA Champions League ante el Manchester United FC y nadie pareció sorprendido por ello.

La elección del técnico Josep Guardiola pudo ser un signo del cambio en la estereotipada imagen del central, tradicionalmente caracterizada por un aspecto imponente, cara de pocos amigos y escasos dotes para el juego de pase. La mayoría de los equipos europeos optan por una formación de 4-2-3-1, con dos centrocampistas por delante de la línea defensiva. De esta forma, los cuatro atacantes pueden jugar con mayor fluidez que con el 4-4-2 y el hombre en punta puede abrirse o incluso crear espacios para los demás. Con un solo delantero sobre el campo, ¿No es suficiente con un solo central? ¿Es el momento de que el central se convierta en un creador de juego más?

En el 0-0 entre el Bayer 04 Leverkusen y el Borussia Dortmunt del pasado mes de agosto, el primero evitó que el vigente campeón apenas creara ocasiones de gol. A pesar de ello el técnico del Leverkusen, Robin Dutt, quiso destacar la creación del juego por parte del central Mats Hummels: "No se trata de un central, ha jugado como un mediapunta".

¿Es una moda o una tendencia? El que fue capitán de Escocia y centrocampista del Liverpool FC Gary McAllister apuntó: "Lo que está claro es que ahora los equipos ponen más énfasis en que se empiece a jugar desde atrás, jugando con un estilo muy puro. El Barcelona es el equipo que mejor hace eso del mundo. Todos hemos visto como sus centrales se abren para recibir el balón más allá de la frontal del área y como algunos como Sergio Busquets sólo abandona el centro del campo para cubrir los posibles ataques".

"Mascherano estuvo increíble en la final. Es como si hubiera jugado en esa posición toda la vida. No creo que le pillaran de nuevas, estoy seguro que ya tenía experiencia en esa posición", añadió McAllister.

Además, el sistema 4-2-3-1 ayuda a jugadores como Mascherano a que no tengan problemas para volver a la línea defensiva. Los equipos que juegan con dos centrocampistas por delante de la línea defensiva de cuatro cuentan generalmente con un jugador más creativo, como es el caso de Bastian Schweinsteiger o Jack Wilshere, el tradicional número 10.

Si los considerados centrocampistas ofensivos entran en el espacio del centrocampista defensivo para ayudar a sacar el balón desde atrás, el paso lógico para un centrocampista defensivo es colocarse en el centro de la zaga.

Michael Cox, autor de la página web de tácticas zonalmarking.net, comenta: "No estoy seguro de que jugar con un mediocentro de central sea una revolución, es simplemente un jugador que actúa fuera de su posición. Pero los futbolistas no deberían ser definidos por una demarcación, deberían ser definidos por una serie de atributos". Cox podría estar en lo cierto. Actualmente los mejores equipos de Europa presionan por todo el campo, incluso sus centrales, algo que encaja perfectamente con las características de un centrocampista tenaz.

En una era de análisis estadísticos, los centrales con poca calidad no tienen cabida. Un análisis de Opta Sports muestra que los jugadores cada vez son más atléticos, que las intercepciones de pases han remplazado a las entradas a la hora de robar balones, y esta es una habilidad sin la que el central moderno no puede sobrevivir. Matt Furniss, de Opta, declara: "Los entrenadores tienen material para identificar las debilidades de cualquiera. Si un entrenador cree que un jugador no es competente con el balón en los pies y que falla muchos pases las estadísticas pueden confirmarlo o descartarlo.

Las estadísticas pueden también identificar a aquellos centrales que leen de forma excepcional el juego, que saben donde irán los pases de su rival antes de que se produzcan. "Lúcio, Nemanja Vidić, Thiago Silva y Ricardo Carvalho destacaron en este aspecto en la pasada Champions League. Mascherano (posiblemente porque Guardiola pensó que podría hacerlo bien en el centro de la defensa en la final ante el United) estuvo perfecto cortando pases hacia Javier Hernández y Wayne Rooney. Fue crucial", comentó Furniss.

Cox tiene otra teoría táctica para explicar el aumento de la importancia de tener hombres técnicos atrás. "La Champions League de la pasada temporada fue claramente ofensiva. Los resultados de los cuartos de final y las semifinales fueron 5-0, 6-1, 7-3, 3-1, 3-1 y 6-1. Algunos de estos resultados se pueden deber a la desigualdad entre los equipos, pero hace algunas temporadas casi todas las eliminatorias acababan con un 2-1 o un 1-0 en el global. ¿Tal vez que los mediocentros jueguen de centrales tiene que ver con que los partidos sean más abiertos?".

Ahora es más fácil imaginar a un jugador del corte de McAllister jugando como central que a mediados de los años 90. Este tipo de jugador encaja mejor en una defensa de tres. En un 4-2-3-1 jugadores aguerridos, con habilidad y trabajadores como Mascherano son más eficaces que los defensas centrales tradicionales. Puede que sea sólo una moda o tal vez una evolución al más puro estilo darwiniano.

Esta es una versión editada de un artículo del nuevo número de Champions, la revista oficial de la UEFA Champions League que ya está a la venta.