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Mejor Jugador, la visión del reportero: Luis Suárez

La espectacular primera temporada del delantero en el Barcelona le ha valido la nominación al uruguayo. Graham Hunter explica los motivos y méritos del charrúa.

Luis Suárez, tras marcar en la final de la UEFA Champions League
Luis Suárez, tras marcar en la final de la UEFA Champions League ©AFP/Getty Images

Dada la magnitud de su triunfo, vale la pena recordar que Luis Suárez llegó a Barcelona en circunstancias difíciles mientras cumplía una suspensión de cuatro meses.

Para un futbolista fichado por un club tan exigente, en la que era la oportunidad de su vida, tener que esperar hasta finales de octubre para ganar ritmo de competición y mostrar su valía fue una prueba de paciencia, determinación y habilidad natural.

A toda velocidad hasta el final del relato en mayo, con el uruguayo ganando el 'triplete' y anotando un gol en la final de la UEFA Champions League, está claro que superó su examen de carácter y capacidad. Sin embargo, la historia de la temporada 2014/15 del número 9 es todavía más rica y profunda.

Por ejemplo, es destacable que el debut de Suárez fuese en el 'Clásico' del Santiago Bernabéu, choque en el que combinó con Neymar para abrir el marcador. Gran tarjeta de presentación. Sin embargo, el Barça perdió frente al Real Madrid ese día, cayó en su siguiente choque de Liga y con el cambio de año el equipo vivió la que fue la única tempestad de la temporada en un curso de ensueño.

Finalista: Luis Suárez

A la derrota ante la Real Sociedad a principios de enero, le siguió el debate en los medios sobre la política de rotaciones de Luis Enrique y una serie de partidos que dejaron varias cuestiones pendientes. Suárez disipo todas sin ayuda de nadie.

La siguiente actuación del Barcelona en la Liga, cuando venció al vigente campeón Atlético de Madrid por 3-1 en el Camp Nou, fue fantástica bajo la influjo de la energía, inteligencia y picardía de este exatacante de Nacional, Groningen, Ajax y Liverpool. Tras su diana aquella noche, el charrúa marcó y/o asistió en ocho de los siguientes diez partidos de Liga, culminando esta fantástica racha ante el Real Madrid en el segundo 'Clásico'. Cuando llegó el momento, ahí estuvo el uruguayo.

Él encendió la mecha azulgrana. Él dio el impulso definitivo. Él puso lo necesario (sacrificio e inteligencia) para abrir los canales necesarios en el lucimiento de Neymar y Lionel Messi. Fue el delantero siempre con hambre que luchó por el balón y no por sus objetivos personales. En Europa también siguió este patrón.

¿Un exigente sorteo? Cierto, pero golpeó al Manchester City con dos goles en Londres que prácticamente dejaron al equipo en los cuartos de final. A continuación el Barcelona quedó encuadrado con el Paris Saint-Germain, viajando en la ida a la capital de Francia. Fue entonces cuando gestionó la presión hasta transformarla en éxito. Añadió dos goles más y volvió a colocar a los azulgranas al borde de las semifinales.

El pegamento de los campeones. Adorado por sus compañeros, amonestado sólo siete veces en 43 partidos, campeón en España y en Europa… Todo en un año. Una temporada para recordar de la que Luis Suárez puede sentirse tremendamente orgulloso.

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