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La presión del París desmonta al Barcelona

Graham Hunter analiza la alta presión del equipo francés que desmontó al campeón español y dejó casi sentenciada la eliminatoria.

Edinson Cavani tras anotar el cuarto gol del París
Edinson Cavani tras anotar el cuarto gol del París ©Getty Images

Cuando un equipo tan hábil y feroz como el Barcelona es derrotado tan ampliamente como el martes por el Paris Saint-Germain, sería imprudente sugerir que fue solo por una sola causa o que se debió a un mal día en la oficina.

El club azulgrana cayó derrotado por 4-0, igual que hace cuatro años contra el Bayern Múnich en las semifinales. En esa eliminatoria, Xavi Hernández aseguró que se debía a que su equipo estaba en peor estado físico, pero que aparte de eso no había tanta diferencia entre los dos conjuntos.

Dos temporadas después el Barcelona eliminó al equipo alemán en las semifinales de la UEFA Champions League. Acabó ganando el triplete ese año, pero existieron muchas diferencias entre esas dos eliminatorias.

La superioridad que se vivió en el partido entre el París y los campeones españoles fue incluso mayor que en aquella eliminatoria en Múnich en abril de 2013. Sin quitar ningún tipo de mérito a los parisinos, nadie que haya estado siguiendo al Barcelona en los últimos meses se ha podido sorprender tras el partido de ayer.

El equipo dirigido por Luis Enrique ha empezado a jugar con menos elaboración y menos posesión a la hora de atacar para crear más oportunidades a la contra y llegar con más rapidez a la portería contraria.

Noche dura para Neymar y el Barcelona
Noche dura para Neymar y el Barcelona©Getty Images

La razón fue el estado de forma y la calidad de los tres delanteros del equipo. Con menos trabajo previo y con menos espacios, los tres atacantes eran capaces de marcar goles.

¿Cuál es la conexión entonces entre esa decisión y el 4-0 en la ida de octavos en París?

En los últimos meses el Barcelona ha ido teniendo cada vez menos posesión, ha dominado menos los partidos, tienen menos control y cada vez juega peor bajo la presión enemiga.

No obstante, el equipo de Luis Enrique ha sido y es un equipo con calidad de sobra y mucho peligro. Los mismos jugadores han conseguido una avalancha de trofeos, incluido un triplete.

Pero cuando un equipo tan táctico, físico, dinámico, convencido y efervescente como el París arrolla a esta versión del Barça, se puede dudar si aquellos conceptos y estilo de Cruyff que tanto gustaban a Guardiola se ha quedado un poco oxidado.

El juego posicional es menos importante, hay menos velocidad y la presión sobre los oponentes tiene altibajos. Se han convertido en un equipo que no consiguen reaccionar cuando las cosas no van como esperado.

También es importantísima la ausencia de Xavi. No obstante, cuando los tres de arriba tienen un buen partido es casi imposible vencerles.