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Grecia repite la hazaña

Grecia derrota a la anfitriona Portugal en los partidos de apertura y clausura para convertirse en el campeón más inverosímil de la historia del torneo.

¿Quién dijo que las cosas no se repiten? La UEFA EURO 2004™ terminó de la misma manera en que empezó, con Grecia batiendo al anfitrión Portugal. Y así se convirtió en el más inverosímil de todos los campeones europeos.

Un equipo poco ilustre
En un torneo repleto de sorpresas, donde la mayoría de los jugadores más ilustres no dieron la talla, fue el equipo de Otto Rehhagel, de poco glamour pero sí estupendamente organizado, el que se llevó el trofeo en una noche de sueños rotos en el Estádio da Luz de Lisboa.

El táctico alemán
Exactamente cincuenta años después de la victoria de Alemania contra el más talentoso equipo húngaro, que le dio de manera sorprendente la Copa del Mundo FIFA de 1954, un equipo modesto entrenado por un alemán hizo lo mismo a la estrella de Luís Figo y compañía. Y la verdad es que, incluso antes del remate de cabeza de Charisteas en el minuto 57, que significó el único tiro griego a la portería, esa noche parecía que sería una fiesta griega .

Muchos más portugueses
Aunque había cuatro veces más portugueses que griegos en el estadio, durante muchos periodos del partido parecía que Grecia era el equipo local. Unos 15.000 griegos habían viajado a Lisboa para la final y los que tenían la suerte de conseguir una entrada ocuparon una esquina de este estadio de 62.000 asientos, produciendo una explosión de color blanco y azul mediterráneo mezclada con el rojo predominante.

Aficionados graciosos
“No podemos esperar más, levantad la copa ya” fue más o menos lo que cantaban los griegos a mediados de la primera parte, cuando Portugal empezó a entrar en dificultades. La afición visitante tenía razón: este equipo había ganado no sólo a los campeones de Francia y al impresionante equipo checo, sino también dos veces vencieron a Portugal para levantar el trofeo Henri Delaunay. Algo histórico para un país que nunca había conseguido ni una sola victoria en una fase final de un campeonato internacional.

Las ganas de Ronaldo
Grecia pasó buena parte del primer cuarto del partido clavado en su propio campo. Pero aparte de los remates de Miguel y Maniche, Portugal no les preocupó tanto a los griegos. Ronaldo tenía muchas ganas de recibir el balón, aunque unas duras entradas le hicieron saber rápidamente la fama que tienen los griegos por su defensa inflexible.

Un pase inteligente
Después de media hora, Grecia había neutralizado tanto a los locales que los jugadores portugueses lanzaban balones directos a la cabeza del diminuto Deco. Grecia luego empezó a poner a prueba a la defensa de Portugal, y el portero Ricardo tuvo que estar atento para frustrar a Charisteas después de un gran pase de Konstantinos Katsouranis. Pero Charisteas no se quedó sin marcar y le dio la victoria a Grecia cuando saltó sobre Costinha para rematar de cabeza el córner de Angelos Basinas.

Un sueño hecho pedazos
El sueño se estaba desvaneciendo y los sustitutos portugueses no tenían el efecto requerido. Entró Rui Costa y un pase suyo de vaselina dejó libre a Cristiano Ronaldo, pero el jugador de 19 años lo tiró alto por el larguero. Portugal siguió tirando y centrando balones y Antonio Nikopolidis en la portería de Grecia continuó parando. Los griegos se defendieron con una defensa numantina.

La falta de delanteros
La “generación de oro” portuguesa nunca conseguirá el éxito internacional. Es interesante que cuando el equipo ganó su primer título del mundo en categorías inferiores en 1989, lo logró a pesar de marcar sólo seis goles en seis partidos. Sin un delantero de nivel mundial, no pudieron con Nikolaidis. Las lágrimas de Pauleta al final no sorprendieron a nadie. Antes del inicio del partido, la cantante Nelly Furtado levantó las pasiones de los aficionados portugueses con la canción oficial del torneo, "Força". Pero la fuerza estuvo con los griegos y la canción que se escuchará en Lisboa esta noche probablemente será un tristísimo fado.

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