Adiós a un referente

"Dejo la selección. Me voy feliz, le deseo lo mejor. Ha sido una etapa maravillosa, fantástica para mí. Y un orgullo estar tantos años y conseguir muchísimos éxitos. Me voy orgulloso y muy contento, también por la continuidad de Vicente del Bosque. Pero creo que mi etapa ha terminado, les deseo todo lo mejor. Ahora seré un seguidor más de la selección". Con estas palabras Xavi Hernández ha echado el cierre este martes a un ciclo glorioso con la selección española. Se marcha un referente del combinado, la bandera del popular juego de asociación de 'La Roja' y uno de los líderes de la generación más exitosa del fútbol español, la misma que encadenó la gloria de la UEFA EURO 2008, la Copa Mundial de la FIFA de 2010 y la UEFA EURO 2012. Palabras mayores.

La historia, sin embargo, comenzó hace ya un tiempo, cuando nadie imaginaba los éxitos que estaban por venir. Xavi, un nuevo '4' surgido de la fábrica de La Masia, creció en las categorías inferiores de la selección española, la que logró el título en el Campeonato del Mundo Sub-20 de la FIFA en 1999 y la plata en los Juegos Olímpicos de 2000. Aquel menudo centrocampista, de facilidad pasmosa para asociarse con sus compañeros y filtrar pases entre la poblada defensa rival, estaba llamado a altas cotas.

Curiosamente su debut llegó con la misma selección con la que ha puesto fin a su trayectoria internacional. Fue un 15 de noviembre del 2000 en un amistoso ante Holanda, el rival también de la inolvidable final del Mundial. Dos años después ya era un pilar de la selección que bajo el mando de José Antonio Camacho se quedó en los cuartos de final del Mundial 2002. Su madurez quedó patente cuando con 22 años marcó uno de los lanzamientos de penalti de la tanda ante Corea del Sur.

Tras la UEFA EURO 2004, en la que pasó desapercibido, llegó uno de los momentos más importantes de su carrera. Su camino se cruzó con el de Luis Aragonés, lo que cambiaría para siempre el destino de la selección y del propio jugador. Nada volvería a ser lo mismo. El 'Sabio de Hortaleza' le dio galones y rodeó a Xavi de jugadores de su misma escuela, futbolistas de toque y gran calidad técnica. Fue un proceso de años, comenzado en el Mundial de 2006 y culminado en la UEFA EURO 2008. Con Andrés Iniesta, David Silva, Cesc Fàbregas y compañía, España alejó en Austria y Suiza los fantasmas de cuartos de final, rozó la perfección en unas semifinales inolvidables ante Rusia (con gol del propio Xavi) y tocó la gloria ante Alemania. Xavi Hernández, estandarte de aquella selección, fue nombrado mejor jugador del torneo.

El hambre de esta generación no se quedó ahí. Todo lo contrario. España lidió a la perfección con su cartel de favorito en el Mundial de Sudáfrica, superó cuantos obstáculos le salieron a su paso y alcanzó el clímax con el tanto de Iniesta en el minuto 116 de la prórroga ante Holanda. Dos años después, en Ucrania y Polonia, la selección, siempre con Xavi al frente, instauró un nuevo hito en el fútbol mundial, encadenando tres grandes torneos de forma consecutiva. La exhibición llegó en este caso en la final, en el 4-0 ante Italia que dejó patente la superioridad española. El segundo tanto de aquella final representó bien parte del amplio abanico de juego de Xavi. Recibió el balón, avanzó metros y esperó el momento justo para que Jordi Alba rompiera la defensa transalpina. Una vez más, el metrónomo por excelencia.

Pasada la decepción del Mundial de Brasil, y con 34 años a sus espaldas, Xavi Hernández dice adiós a la selección. Atrás quedan 133 partidos y 13 goles con la elástica nacional. También un palmarés envidiable. Se marcha el arquitecto de la selección, el cerebro de 'La Roja'. El '8' queda huérfano.