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Se cumplen 30 años de la mano de Dios

Hace hoy tres décadas, el mundo miraba entre asombro e incredulidad cómo un diminuto genio de Lanús, provincia de Buenos Aires, se aseguraba un lugar en la historia del fútbol. Y en dos ocasiones.

Diego Maradona marca el gol de 'la mano de Dios' ante Inglaterra
Diego Maradona marca el gol de 'la mano de Dios' ante Inglaterra ©Getty Images

Hace hoy 30 años, el mundo miraba entre asombro e incredulidad cómo un diminuto genio de Lanús, provincia de Buenos Aires, se aseguraba un lugar en la historia del fútbol. Y en dos ocasiones.

Diego Armando Maradona no era un hombre que necesitara un momento decisivo. Con un talento sobrenatural, el argentino era un arquitecto de los sublime, un domador de la pelota que solía dejar sin palabras a rivales y espectadores. Su capacidad para decidir partidos era su sello de identidad, pero se superó a sí mismo el 22 de junio de 1986 ante Inglaterra en los cuartos de final de la Copa Mundial de México.

La selección albiceleste, dirigida por Carlos Bilardo, llegaba al encuentro como favorita, pero Inglaterra no se lo iba a poner fácil. Con Peter Shilton en la portería, el imponente central Terry Butcher en la zaga y Glenn Hoddle jugando por detrás de Gary Lineker, máximo goleador del torneo, no andaban justos de talento. Lo que les faltaba, por supuesto, era Maradona. El pequeño número 10 fue lo más destacado de una primera parte disputada bajo un calor infernal.

Maradona tumbó a Inglaterra
Maradona tumbó a Inglaterra©Getty Images

Nada especial hasta entonces. Pero el destino le guiño un ojo al Estadio Azteca. Seis minutos después del descanso, con los jugadores cerca del área inglesa, Maradona conectó con Jorge Valdano con la esperanza de que le devolviera la pared. Y al final la pelota llegó, si bien impulsada por el inglés Steve Hodge, cuyo intento de despeje se fue hacia su propia portería. 

Shilton salió para tratar de despejar la pelota antes de que Maradona pudiera rematar con la cabeza. Ambos jugadores saltaron, y cuando parecía que Shilton iba a golpear al esférico, de alguna manera la pelota terminó en el fondo de la red. Maradona, que medía 1,65 metros, había llegado primero. "Estaba esperando que mis compañeros vinieran a abrazarme, pero no venía ninguno. Les dije: "Venid y abrazarme o el árbitro no va a dar el gol por válido", explicó Maradona con posterioridad.

Ya fuera por el toque con la mano o por la entusiasta celebración, el caso es que coló, y el árbitro Ali Bennaceur no hizo caso a las protestas inglesas y dio por válido uno de los goles más polémicos de todos los tiempos. Y la notoriedad del tanto aumentó cuando el 'Pibe de Oro' anunció que lo había marcado "un poco con la cabeza de Maradona y un poco con la mano de Dios".

Maradona hace el 2-0
Maradona hace el 2-0©Getty Images

La acción fue tan descarada y memorable como el gol en sí, pero Maradona podía permitirse algo de descaro al hacer su segundo gol únicamente cuatro minutos después que el primero, una obra de arte. Esta vez no hubo quejas, sólo agonía y admiración. Iniciando la jugada en su campo, Maradona superó a Peter Reid y Peter Beardsley entrando por el carril derecho, quebrando hacia dentro a Butcher y ganando la posición a Terry Fenwick para driblar a Shilton y que Butcher no pudiese hacer nada.

"Es probable que sea la única vez en mi carrera que me sentí como aplaudiendo al rival por marcar un gol", afirmó Gary Lineker, que redujo diferencias y estuvo muy cerca de lograr el empate antes de que Argentina superase la ronda. Maradona volvió a deleitar a la grada con otra cabalgada en solitario frente a Bélgica, antes de ayudar a sus compatriotas a derrotar a la República Federal de Alemania en la final por 3-2.

Fue su actuación ante Inglaterra la que perdura, con sus dos goles grabados a fuego en la gente por dos motivos bien diferentes. El debate todavía perdura sobre si el primer tanto fue más allá o la expresión de 'viveza' es la que debe imponerse, aunque lo que ha encontrado pocos detractores es que fue "el gol del siglo".

Que los dos goles se produjesen en tan poco tiempo añadió leyenda a ambos y magnificó la figura de una persona que era conocida como "medio ángel, medio-demonio" por L'Équipe. Esa actuación sigue encantando y seduciendo a los amantes del fútbol.