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España sigue reinando

La selección dirigida por José Venancio logró su tercer título continental consecutivo tras dominar una fase final en la que participaron doce equipos por primera vez. Azerbaiyán y República Checa fueron las sorpresas.

El capitán Javi Rodríguez levanta el trofeo
El capitán Javi Rodríguez levanta el trofeo ©Sportsfile

El Campeonato de Europa de Fútbol Sala de la UEFA 2010 ha presentado numerosos cambios: 12 selecciones finalistas en vez de ocho, dos ciudades sedes por primera vez (Budapest y Debrecen), una innovadora pista negra, y varios resultados sorprendentes. Solo ha habido una cosa que no ha cambiado: la identidad del campeón.

España derrotó por 4-2 a Portugal en la final disputada en Debrecen, levantando así su tercer título europeo, y quinto trofeo en siete torneos a nivel internacional. España empezó el campeonato infligiendo a Bielorrusia la mayor goleada del torneo (9-1), luego derrotó a Portugal con un contundente 6-1. En los cuartos de final ante Rusia llegó a la tanda de penaltis tras un empate a cero en el partido, pero España pasó a las semifinales. Allí derrotó 8-1 a la República Checa y se plantó en la final. El equipo luso le esperaba de nuevo, y otra vez volvió a ganar el equipo de José Venancio. Hombres como Luis Amado, Kike, Javi Rodríguez o Daniel levantaban así su cuarto título, y aunque los dos últimos han anunciado su retirada de la selección, la aparición de jugadores como Lin y Juanra aseguran un brillante futuro a la mejor selección del continente.

Portugal llegó a la final por primera vez tras liderar el Grupo D gracias a la diferencia de goles con Bielorrusia, con la que empató 5-5. Pero los lusos dejaron atrás los problemas iniciales y se sobrepusieron a la lesión de Ricardinho, y derrotaron por 5-1 a Serbia en cuartos de final. En la semifinal derrotó a Azerbaiyán en la tanda de penaltis. En la gran final no pudo con España, pero la presencia de jugadores como João Matos y Cardinal, o el portero Bebé, hace que Portugal mire con optimismo el futuro.

Las dos selecciones que cayeron en semifinales fueron las sorpresas del torneo. Azerbaiyán disputaba su primer gran torneo, pero parecía que sus jugadores habían nacido para aquello, desde el portero de 42 años Andrey Tveryankin, pasando por los brasileños nacionalizados Biro Jade, Thiago y el poco ortodoxo pero efectivo pivote Serjão. En el Grupo A, derrotó con facilidad a Hungría y la República Checa, y en cuartos de final batió a Ucrania en la tanda de penaltis. La República Checa empezó con una dolorosa derrota por 6-1 ante Azerbaiyán, y en el segundo partido del grupo caía por 4-0 ante Hungría, pero logró una sensacional remontada y acabó ganando por 6-5. En el partido de cuartos de final eliminó a Italia en la tanda de penaltis. En los dos últimos partidos, el técnico Tomáš Neumann mostró una audacia poco común con el uso del portero-jugador, pero al final cayó ante España.

Italia y Rusia llegaban a Hungría como firmes candidatas a derrocar a España, pero ambos cayeron en cuartos de final (la salida más prematura de la selección azzurra. La selección anfitriona, Hungría, llenó el pabellón en los dos partidos de grupo. El partido ante los checos estuvo lleno de alegría al principio, tensión más tarde y tristeza al final para los húngaros, que a pesar de no pasar de grupo lograron una asistencia récord en el torneo.