UEFA.com funciona mejor en otros navegadores
Para la mejor experiencia posible, recomendamos usar Chrome, Firefox o Microsoft Edge.

Juego sencillo y rentable

La decisión del Chelsea de jugar con la táctica de balón largo ante el Bayern le dio un buen resultado.

Por Trevor Haylett en Stamford Bridge

A veces un balón largo es lo mejor, a pesar de todo el fútbol atractivo que el Chelsea ha hecho esta temporada con la creatividad de Frank Lampard o las habilidades de Damien Duff, Arjen Robben y Joe Cole. Anoche, el conjunto inglés sacó provecho de la táctica más básica que existe.

Fútbol sencillo
Fue fútbol sencillo, la opción de la vía directa, omitiendo a los jugadores creativos en el centro del campo y viendo qué sucede cuando el delantero de tu equipo y el defensa central contrario luchan en una batalla física. Esta opción le salió bien al Chelsea en Stamford Bridge. Primero, John Terry envió un balón largo hacia la portería de Oliver Kahn, y a pesar de que Robert Kovac rechazó el cuero de cabeza, su despeje le cayó justo a Duff. Un buen pase del extremo terminó en Joe Cole, cuyo remate tocó en Lucio y terminó en el fondo de la red.

Balones largos
En algún lugar “pacífico y privado”, el ausente entrenador lo estaría festejando. Pero él técnico estaba muy presente en las mentes de la afición local que comenzó a corear: "José Mourinho". En aquella fantástica noche ante el FC Barcelona en la ronda anterior, todos los goles del Chelsea, tres en los primeros 30 minutos, habían sido resultado de maniobras rápidas. El balón se trasladó con velocidad y precisión. Pero al haber visto el primer balón largo de la noche obtener tan buen resultado, ¿quién podría culparlo por intentar repetir la misma jugada?. Lucio y Kovac no son unos novatos en el juego aéreo, pero se vieron superados por la potencia de Didier Drogba.

Del portero al delantero
Cuando Petr Cech despejaba, Drogba superaba con facilidad por alto a Lucio y llegaba el peligro. Un cabezazo del delantero de Costa de Marfil cayó en Eidur Gudjohnsen, pero cuando el internacional islandés estaba a punto de rematar, Kovac intervino evitando el gol. Lo mismo pasó en otro disparo de Gudjohnsen diez minutos después, cuando el defensa del Bayern de nuevo se cruzó en el camino del balón para evitar el gol. En contraste, los alemanes prefirieron mantener el balón en la hierba y apostar por los pases cortos. Michael Ballack estuvo muy intermitente durante todo el encuentro, intervino en pocas jugadas, aunque siempre con peligro, mientras Zé Roberto, muy activo, intentó desbordar por su banda continuamente.

Dominio de Drogba
Mientras el marcador se mantuvo 1-0, el Bayern no parecía muy preocupado, y con el gol que ponía el marcador en 1-1, conseguido por Bastian Schwinsteiger, los alemanes parecían tomar el control del encuentro. Pero su alegría duro poco. El Chelsea volvió a marcar con la ayuda de Drogba, quien estaba destinado a marcar la diferencia tras haberse perdido el partido de vuelta ante el Barcelona.

Fragilidad del Bayern
Glen Johnson fue quien dio la asistencia esta ocasión para que Drogba, de cabeza, dejara el balón a Lampard, quien con su pie izquierdo superó fácilmente a Oliver Kahn. La fragilidad del Bayern había quedado de manifiesto una vez más, su legendario portero sucumbía también a la presión despejando mal un balón. Pero la noche empeoraría aún más para los visitantes cuando el Chelsea marcó dos tantos más, antes de que Ballack convirtiera en gol un penalti que deja al Bayern con alguna esperanza para el partido de vuelta de la próxima semana.

Seleccionado para ti