UEFA.com funciona mejor en otros navegadores
Para la mejor experiencia posible, recomendamos usar Chrome, Firefox o Microsoft Edge.

La eficiencia en los últimos minutos

El Chelsea hace bueno el dicho de 'más vale tarde que nunca' ya que desde que empezaron las rondas eliminatorias de la Champions League el conjunto de Londres ha sido determinante en los tramos finales.

Roberto Di Matteo celebra el final de una buena temporada
Roberto Di Matteo celebra el final de una buena temporada ©AFP/Getty Images

Después de la decepción sufrida en 2008 tras perder la final ante el Manchester United FC y de estar a punto de repetir su suerte este sábado ante el FC Bayern München, el Chelsea FC logró reponerse y se alzó con la UEFA Champions League por primera vez en su historia.

El título europeo se ganó en la última jugada del partido. El deseado trofeo logrado en Múnich este sábado es sin duda la mejor cura tras perder la final de hace cuatro años disputada en Moscú. Realmente, ¿alguien esperaba que esta final fuera de otra forma? A lo largo de las rondas eliminatorias el Chelsea siempre ha esperado hasta el final para lograr lo que parecía imposible.

Tras el empate de Didier Drogba cuando estaba a punto de cumplirse el minuto 90, después de evitar que Arjen Robben marcara un penalti en la prórroga y tras ir por detrás en la tanda de penaltis, el Chelsea se impuso una vez más. Ante el SSC Napoli, el SL Benfica, el FC Barcelona y ahora el Bayern, el conjunto de Roberto Di Matteo siempre ha jugado contrarreloj.

El partido de vuelta de los octavos de final ante el Nápoles fue sin duda el momento del cambio, tanto en la actuación del equipo como en su actitud sobre el terreno de juego. Hubo que esperar hasta el descanso de la prórroga cuando, con todo igualado, Drogba asistió a Branislav Ivanović para que hiciera el 4-1 que daba el triunfo al conjunto londinense, una victoria que puso los cimientos para convertir al Chelsea en campeón de Europa.

Esa fue la primera muestra de que el Chelsea iba a ser decisivo en los instantes finales. En los cuartos de final ante el Benfica, el conjunto luso se quedó con diez hombres y pese a ello logró el tanto del empate, sabiendo que un gol más le daba el pase a semifinales, pero los hombres de Di Matteo no se rindieron y Raul Meireles certificó el triunfo con el 2-1 definitivo en el tiempo de descuento.

La última prueba antes de la gran final de Múnich fue el Barcelona. En el partido de ida en Stamford Bridge, el entonces vigente campeón fue el claro dominador durante la primera mitad, y cuando todo apuntaba a que el encuentro se marcharía al descanso con el 0-0 inicial, Drogba marcó el 1-0 que después sería definitivo.

Una semana después en el Camp Nou, otro gol en el tiempo de descuento de la primera mitad obra de Ramires colocó al Chelsea de nuevo en la eliminatoria, 2-1 en el partido pero 2-2 en el global, aún contando con un hombre menos por la expulsión de John Terry minutos antes. Con el Barça insistiendo sobre el área blue, Fernando Torres certificó el pase del Chelsea a la final con el 2-2 (global 2-3) pasado de nuevo el minuto 90.

Pero la final fue la máxima expresión de todo ello. Drogba consiguió el tanto del empate en el 88' y no fue hasta el último penalti de la decisiva tanda cuando el Chelsea se alzó campeón. El Chelsea hace bueno el dicho de 'más vale tarde que nunca'.