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El Oporto, ante su prueba más dura

Su trío ofensivo no fue suficiente para romper la resitencia del Inter.

Por Fegus O'Shea en el Estádio do Dragão

Una bandera gigante cubrió las gradas del estadio Dragão antes del saque inicial. En ella aparecía un Luke Skywalker del FC Porto clavando una mirada desafiante sobre Darth Vader vestido con la indumentaria del FC Internazionale Milano. Para hacer que este sueño 'galáctico' fuera realidad eran necesarios los goles del equipo local. Para ello, el nuevo entrenador José Couceiro dispuso un equipo con mucho potencial en ataque.

Propósito atacante
La línea ofensiva del Oporto estaba formada por tres hombres. A la cabeza estaba el surafricano Benni McCarthy, flanqueado a la derecha por José Bosingwa y a la izquierda por Ricardo Quaresma. En cuanto a los italianos, el entrenador Roberto Mancini confió en Obafemi Martins y el brasileño Adriano, que han marcado ocho goles entre los dos en la competición de este año.

Presión sobre McCarthy
Los campeones europeos tuvieron un comienzo brillante. Quaresma hizo algunas internadas peligrosas por la banda izquierda y a los seis minutos chutó a puerta, pero Francesco Toldo paró el balón. Mucha de la presión recaía sobre los hombros de Benni McCarthy, famoso por marcar en grandes partidos, y actuó de manera sobresaliente durante gran parte de la primera mitad. Aguantó bien el balón e intentó en todo momento jugar con sus compañeros con pases al hueco. Quizá, comparado con la delantera del Inter, el Oporto careció de ese pase decisivo y posterior finalización.

Gol a domicilio
El Oporto llegó a la media hora del partido por debajo en el marcador. Adriano, aunque se mostró lento en muchas ocasiones, causó muchos problemas a la defensa del Oporto, mientras que los regates de Martins apenas prosperaron. El nigeriano fue el autor del valioso gol a domicilio, pero el mérito fue de Dejan Stankovic. El yugoslavo superó en carrera a Giourkas Seitaridis y dejó el balón a Martins para que marcase a placer el primer gol del partido.

Empate del Oporto
El campeón portugués luchó con valentía en la segunda parte, subiendo el balón por ambas bandas y acercándose en varias ocasiones. Al final, llegó el empate por medio de un defensa, Ricardo Rocha. Con este gol los seguidores del Oporto, acostumbrados al éxito durante las dos últimas temporadas, volvieron a animar con fuerza a su equipo. Lo malo del fracaso es que no es algo a lo que estén acostumbrados en estos momentos.

Ofensiva del Oporto
El empate dio al Oporto más confianza de la que había mostrado hasta entonces para acabar con la racha de invicto del Inter. Con Luis Fabiano de delantero centro, McCarthy tuvo la opción de jugar por la izquierda y derecha del ataque luso.

Baía, brillante
Sin embargo, cualquier club invicto a mitad de febrero tiene que tener algo, y si el Inter no se hubiese encontrado a un Vítor Baía en un gran estado de forma, los aficionados locales hubieran visto cómo disminuían sus opciones en esta eliminatoria. Sir Bobby Robson calificó una vez a Baía como el mejor portero del mundo. El meta realizó paradas de mérito a Adriano y Martins.

Especialistas en empates
Al final, los especialistas en empates se tuvieron que contentar con otro más en su haber. Sin embargo, al contrario que en otras muchas ocasiones, el Inter se fue a Italia contento. Por ahora, el Oporto puede seguir soñando con mantener su corona, pero en San Siro le debe acompañar la puntería si quiere revalidar el máximo trofeo europeo.

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