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Adiós al Milan

La veterana plantilla rossonera tendrá que esperar al menos otro año para conquistar el máximo galardón europeo.

Existió un gran contraste entre los dos partidos de vuelta de las semifinales de la UEFA Champions League. Mientras en El Madrigal 24.000 personas se quedaron con la decepción por no haber conseguido derrotar al Arsenal FC, en el Camp Nou más de 90.000 espectadores vieron como el FC Barcelona lograba dejar en la cuneta al AC Milan. No hubo goles en ninguno de los dos partidos, pero no faltaron las ocasiones.

Llegada temprana
En la tribuna, 5.000 aficionados que habían viajado desde Italia se mostraban optimistas en sus asientos casi 90 minutos antes de que comenzase el partido, todos sentados y aprovechando el único momento en el que se podían hacer oír, antes de que el resto del estadio comenzase a llenarse.

Ausencia de Nesta
El reto para el Milan era complicado, ya que para alcanzar la final de la Champions tenía ser el primer equipo en los últimos diez años que remontaba tras perder en el partido de ida en su propio estadio. Y se puso más difícil todavía cuando se supo que Alessandro Nesta sería baja por lesión, dejando su hueco en el centro de la defensa a Alessandro Costacurta, dos días después de haber cumplido 40 años.

Veteranía
Costacurta, un veterano con tres finales de la Copa de Europa, fue también el capitán en una noche en la que el Milan necesitaba toda su experiencia. Los nervios aumentaron cuando tuvo que sacar un balón bajo los palos tras un remate de Samuel Eto'o, demostrando que tras 117 encuentros en competiciones europeas, sigue sabiendo mantener la posición supliendo otras carencias.

Diferencia de edad
El árbitro Markus Merk, que también dirigió la final que el Milan ganó en Old Trafford en 2003, no quiso ser excesivamente riguroso y sólo le mostró la tarjeta amarilla a Costacurta, en un jugada en la que el central derribó a Eto'o y que bien pudo ser roja. El entrenador Carlo Ancelotti decidió sustituir al central a los 18 minutos de la segunda parte por Cafú, de 35 años de edad. El siguiente cambio fue el de Rui Costa (34 años), lo que evidenciaba la diferencia de edad entre las plantillas de Barça y Milan.

Kaká, cerca del gol
La clave en el juego milanista es la canalización del juego ofensivo en el centro del campo por medio del brasileño Kaká, que en la ida estuvo eclipsado por su compatriota Ronaldinho. Pudo haber igualado la eliminatoria en el primer minuto cuando controló un pase de Jaap Stam y se encontró solo ante la portería rival, pero su disparo salió desviado.

Ocasiones
El Barcelona, por su parte, aprovechaba los espacios que el Milan concedía atrás para salir al contraataque. Un gol de Andriy Shevchenko fue mal anulado por el colegiado, y Henrik Larsson tuvo otra clara ocasión de cabeza a pase de Ludovic Giuly poco después.

A París
Al final, el Barcelona consiguió su objetivo a pesar de no haber hecho un gol ante su enfervorecida hinchada. De entre sus jugadores, sólo Deco y Giuly han disputado una final previa, y curiosamente, ambos se enfrentaron en diferentes ambos hace dos años. El Milan volverá a luchar por el trofeo el año que viene, aunque dada la edad de algunos de sus jugadores más representativos ésta ha podido ser la última Champions League para alguno de ellos. Costacurta podrá consolarse con ese refrán que dice que la vida empieza a los 40.

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