Kuipers, árbitro de la final de la EURO: "Un verdadero hito"
viernes, 9 julio 2021
Resumen del artículo
Björn Kuipers espera su séptima final de una competición europea, pero el árbitro holandés no está tratando el encuentro decisivo de la UEFA EURO 2020 entre Italia e Inglaterra en Wembley como una tarea más.
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El historial arbitral que presenta este propietario de supermercado de 48 años de Oldenzaal, en el este de Holanda, es todo lo impresionante que puede desear un árbitro. Una final de la UEFA Champions League en 2014; dos finales de la UEFA Europa League en 2013 y 2018; un partido de la Supercopa de la UEFA en 2011, y las finales europeas sub-21 y sub-17 en 2009 y 2006, respectivamente.
Por cierto, no hay que olvidar su designación como árbitro en las EUROs de 2012 y 2016 y en las Copas Mundiales de la FIFA de 2014 y 2018. Sin embargo, Kuipers afirma que esta última convocatoria para dirigir el partido más importante del fútbol de selecciones europeas le ha hecho más ilusión que nunca.
"Me emocioné mucho cuando supe que me habían dado esta final. Esperaba tener la oportunidad de arbitrar una final de la EURO, y he trabajado mucho con mi equipo para conseguirlo. Es realmente un hito, un sueño, un momento increíble y un gran honor", dijo a UEFA.com.
Kuipers ha disfrutado de su EURO, dirigiendo dos partidos de la fase de grupos (la victoria por la mínima de Bélgica sobre Dinamarca en Copenhague, y el convincente triunfo de España sobre Eslovaquia en Sevilla), así como el reñido choque de cuartos de final entre Dinamarca y la República Checa. También actuó como cuarto árbitro en el primer triunfo de Inglaterra sobre Croacia en la fase de grupos en Wembley. "La EURO ha sido fantástica. Creo que el nivel del arbitraje ha sido muy alto. Ha habido un sentimiento de familia entre nosotros: los árbitros, el personal de la UEFA, los preparadores físicos. Todo el mundo ha contribuido a hacer de esta EURO una experiencia positiva", comenta el árbitro.
Consejo paterno
A veces, un simple comentario o incidente puede ser el catalizador de un cambio de rumbo en la vida. En el caso de Kuipers, tenía 16 años cuando su padre Jan le marcó un nuevo camino. "De joven jugaba al fútbol y no era el más amable con los árbitros", recuerda. "Mi padre era árbitro y me dijo: 'Si lo sabes todo, haz un curso de arbitraje y hazlo tú mismo'. Así que lo hice, y a partir de ahí empezó todo. Le estoy eternamente agradecido por lo que me dijo".
Le esperaba un nuevo camino en su carrera, pero Kuipers admite que nunca empezó a arbitrar con el objetivo de llegar muy arriba. "Cuando empecé me di cuenta de que me gustaba mucho el arbitraje, pero al principio nunca tuve objetivos. Fue un caso de ir paso a paso, esperar y ver. Lo que me ayudó fue que tuve las personas adecuadas para guiarme en el camino". Finalmente, en 2006 obtuvo su distintivo internacional. "Empecé a cambiar mi forma de pensar y a marcarme objetivos claros cuando tuve la suerte de ascender a la élite".
Desde entonces, Kuipers nunca ha mirado atrás. Como uno de los árbitros más respetados de Europa, ha aprendido a manejar los innumerables altibajos de la vida de un árbitro. "Tienes que estar mental y físicamente en forma, y disfrutar de lo que haces, si no, no tiene sentido ser árbitro. La capacidad de dirigir a la gente es de vital importancia, así como tener conocimientos de fútbol. Si puedes ganarte la confianza de los jugadores y de los espectadores, tu trabajo es mucho más fácil", añade.
Kuipers estará acompañado en la final del domingo por un equipo de confianza: los asistentes holandeses Sander van Roekel y Erwin Zeinstra, y Carlos Del Cerro Grande (España) como cuarto árbitro. Bastian Dankert (Alemania) asumirá el papel de árbitro asistente de vídeo (VAR) junto a Pol van Boekel (Holanda), Christian Gittelmann y Marco Fritz (ambos alemanes). Juan Carlos Yuste Jiménez (España) completa la alineación como árbitro asistente reserva.
Después de haber permanecido con el resto de los árbitros de la EURO en Estambul desde el comienzo del torneo, su llegada a Londres a principios de esta semana ha dado a Kuipers y a su equipo la oportunidad de aclimatarse mientras la competición alcanzaba su punto álgido. "Vimos las dos semifinales, y el ambiente en Wembley fue increíble, así que estamos deseando que llegue la final. Ha sido bueno tener este tiempo adicional para concentrarnos en el partido", afirma.
Concentración y trabajo en equipo
¿Cuándo llegará el momento en que Kuipers sea plenamente consciente de que le aguarda un gran partido? "En primer lugar, cuando salgamos a calentar al campo, y el público empiece a entrar y todo el mundo esté emocionado. Pero creo que me daré cuenta de verdad cuando acompañe a los equipos en la salida al terreno de juego, junto al trofeo, y se formen para los himnos nacionales", apunta.
"En ese momento, pensaré en toda la gente que me ha ayudado a llegar hasta aquí, y en mi familia en particular". El orgullo de Kuipers en ese instante será compartido por sus mayores apoyos, su esposa Marlies y sus dos hijos, que estarán en Wembley para la final. "No puedo expresar lo importantes que han sido para mí", dice. "Han estado a mi lado y me han apoyado no sólo cuando las cosas han ido bien, sino también cuando he tenido momentos difíciles".
Como Kuipers sigue los pasos de su padre Jan como árbitro, el oficio le viene de familia, y la propia Marlies también conocía cómo era la vida de un árbitro. Su abuelo Andries van Leeuwen fue un árbitro de primera fila, que dirigió la final de la Recopa de Europa de 1963 entre el Tottenham Hotspur y el Atlético de Madrid en Rótterdam. "He oído hablar mucho de él. Vivía al cien por cien para el arbitraje", dice Kuipers.
Una vez que suene el silbato para que comience la acción en el tupido césped de Wembley, los pensamientos de Kuipers y su equipo se dirigirán inmediatamente a realizar una actuación a la altura de la ocasión. "La concentración total desde el primer hasta el último pitido. Eso es muy importante: puedes hacer un buen partido durante 90 minutos y tomar todas las decisiones correctas, y luego sucede algo justo al final que puede echar a perder todo tu buen trabajo. El trabajo en equipo será crucial, y me siento tranquilo por tener compañeros en los que puedo confiar plenamente".
Centrado en el futuro
A estas alturas de su trayectoria arbitral, con una lista tan completa de grandes partidos en su currículum, ¿le queda algo por conseguir a Kuipers? "Dejadme pensar en eso después de la EURO", dice, riendo, mientras reflexiona sobre una carrera arbitral que ha merecido la pena. "Lo hemos visto todo: hemos viajado por toda Europa y por todo el mundo, hemos arbitrado grandes partidos con grandes jugadores y grandes entrenadores. Es un sueño ser árbitro, es un sueño arbitrar una final de la EURO. Después de la EURO miraré lo que viene a continuación en lo que respecta al arbitraje".
Además de su ajetreada vida empresarial, Kuipers, que es un gran aficionado al tenis y al ciclismo de montaña en su tiempo libre, espera poder devolver al arbitraje sus vastos conocimientos, no sólo a los árbitros más jóvenes, sino también a los jóvenes aficionados al fútbol que consideren que ser árbitro es una alternativa mejor que jugar. "Si alguien quiere mi ayuda, estoy aquí para darle mis conocimientos. Y si alguna vez un chico o una chica joven me pide consejo sobre cómo convertirse en árbitro, sin duda le animaré a que lo intente".
"El trabajo de un árbitro es fantástico. Aprendes a tomar decisiones, te desarrollas, te hace mejor persona. Si quieres ser árbitro, aprovecha la oportunidad...".