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La oportunidad de resarcirse

El Villarreal fue eliminado por el Arsenal en 2005/06 en su última presencia en una semifinal europea, y aunque mucho ha cambiado en el club desde entonces, el objetivo final es el mismo: conquistar su primer gran título.

Juan Román Riquelme y un instante decisivo en la historia europea del Villarreal
Juan Román Riquelme y un instante decisivo en la historia europea del Villarreal ©Getty Images

Aquel instante pudo cambiarlo todo. Un tercer puesto en la Liga 2004/05 había permitido al Villarreal CF disputar por primera vez la UEFA Champions League al siguiente año, y tras una brillante carrera que lo llevó a eliminar a grandes favoritos como el FC Internazionale Milano, la máxima estrella del equipo, Juan Román Riquelme, tuvo la oportunidad de llevar la eliminatoria de semifinales ante el Arsenal FC a la prórroga con un lanzamiento de penalti en el minuto 89. Sin embargo, el portero germano Jens Lehmann adivinó la intención del mediapunta argentino y se quedó con la ilusión de toda una ciudad que buscaba alcanzar su primera gran final en Europa.

Aquel momento quedó guardado en la retina de todos los habitantes de la ciudad castellonense, aunque el desempeño del Villarreal hasta aquel momento había sido casi perfecto. Después de eliminar al Everton FC en la tercera ronda previa para acceder a la fase de grupos, y aunque el sorteo parecía poco favorable al emparejarlo en el complicado Grupo D, el por entonces conjunto de Manuel Pellegrini finalizó en la primera plaza por delante del SL Benfica y dejando en el camino al temible Manchester United FC. Rangers FC e Inter fueron sus siguientes víctimas hasta alcanzar las semifinales en un recorrido memorable para una temporada de debut en la principal competición continental, aunque finalmente el Arsenal terminaría con el sueño del Villarreal antes de ceder en el choque decisivo ante el FC Barcelona en París.

Mucho ha cambiado desde entonces en el submarino amarillo. Riquelme, Diego Forlán, Juan Pablo Sorín, Josico o Javi Venta constituían la columna vertebral de un equipo que contaba en sus filas con Marcos Senna y Santi Cazorla como únicos representantes de la actual plantilla del Villarreal, pero cuyo rumbo ascendente nunca se ha detenido. Pellegrini se marchó en 2009 tras completar un trabajo vital en sus cinco años en el cargo, y tras un paso menos afortunado de Ernesto Valverde por el banquillo, Juan Carlos Garrido asumía el mando a mediados de la campaña pasada para iniciar una nueva e ilusionante etapa en el club. El técnico valenciano había realizado un gran trabajo en el segundo equipo del Villarreal y tras hacerse cargo de un conjunto situado en las últimas posiciones de la clasificación liguera, logró devolverle la impronta que lo había caracterizado en sus últimos años para finalizar en una más que digna séptima plaza.

Este año, en su primera temporada completa en el club y tras renovar su contrato hasta 2014, Garrido ha superado algunos registros que parecían difíciles de batir, además de conformar una base para un equipo que lucha de igual a igual ante cualquiera. Con la seguridad de Diego López en la portería, desde donde ha presenciado todos los encuentros del Villarreal en esta campaña, la solvencia del canterano Bruno Soriano en el centro del campo, el talento que aportan Borja Valero y Cazorla en la mediapunta, y el temible olfato goleador de Giuseppe Rossi en la delantera, el conjunto de Garrido puede aspirar a todo. Finalizó la primera mitad de la temporada igualando los mejores registros de la Liga para un tercer clasificado hasta este tramo de torneo, además de superar sus mejores números históricos en primera división, pero además, a falta de alrededor de 10 encuentros para el final de la temporada, el conjunto de Garrido ya es el más goleador de la historia del club con los 88 tantos anotados hasta el momento en todas las competiciones.

En algo más de una década el Villarreal ha pasado de ser un desconocido en el ámbito europeo a codearse cada temporada con los mejores equipos del continente. Hasta el momento, sus experiencias previas en semifinales no han finalizado de la mejor manera, aunque a partir del próximo 28 de abril la historia podría devolverle al Villarreal la oportunidad que por su fútbol y constancia se ha ganado en el campo. Quizás el Oporto no sea la víctima ideal dado su gran estado de forma y los grandes futbolistas con los que cuenta en su plantilla, pero ya nadie podrá evitar que los aficionados del Villarreal vuelvan a ilusionarse con disputar su primera final en Europa.

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