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Villas-Boas, camino del triplete

Una carta a Bobby Robson sobre Paciência dio la oportunidad al joven entrenador del Oporto, y ahora el técnico del Braga busca impedir que los 'Dragones' consigan la Europa League.

André Villas-Boas y Vitor Pereira (FC Porto), en un entrenamiento
André Villas-Boas y Vitor Pereira (FC Porto), en un entrenamiento ©Getty Images

Tras convertirse en el primer entrenador portugués en acabar una Liga invicto con su equipo, André Villas-Boas podría redondear una inolvidable campaña de debut con el FC Porto este miércoles en Dublín.

Es justo decir que las expectativas no eran muy altas caundo Villas-Boas volvió al Estádio do Dragão como primer entrenador en junio. Con sólo 32 años y con menos de una temporada de experiencia en el A. Académica de Coimbra, representó una elección valiente e instintiva del presidente Jorge Nuno Pinto da costa, y la fortuna le ha sonreído.

El sábado el Oporto finalizó su campaña liguera invicto, demostrando su ambición al no aflojar la marcha en un campeonato del que ya era campeón hace cinco jornadas. Los números del equipos son de récord: 30 partidos jugados con 27 victorias, tres empates y ninguna derrota, y todo ello sumando 73 goles a favor y 16 en contra. Algo muy destacable teniendo en cuenta que el equipo, bajo el mando de Jesualdo Ferreira, acabó tercero la pasada campaña por detrás de SL Benfica y Braga.

Pero Villas-Boas se muestra evasivo cuando se le habla de su toque de Midas. "La gente se centra demasiado en el entrenador, pero todo tiene que ver con la estructura del club y de los jugadores. El fútbol no es un juego de un sólo hombre. Mi trabajo es alimentar el talento, permitir a los jugadores explorar sus capacidades al máximo. Hay que darles libertad y dejarles escoger sus propias elecciones. No soy un dictador".

Es una filosofía que los jugadores han asumido. "Es la libertad que nos da. Nos protege e intenta ayudarnos con lo que necesitamos, mientras se asegura de obtener lo que quiere de nosotros tácticamente. Cuando las cosas no van bien nos da tranquilidad y nos recuerda que somos capaces de hacer bien nuestro trabajo. Por suerte hemos escuchado ese discurso muy pocas veces".

Todo podía a ver sido muy distinto. Cuando era adolescente Villas-Boas tenía aspiraciones de llegar a ser periodista cuando una carta al entonces entrenador del Oporto Sir Bobby Robson pidiendo más oportunidades para el entonces delantero Domingos cambió todo. "Por suerte Robson me trajo al club y me inició en los cursos de entrenador en Inglaterra y Escocia. Si no hubiera sido por aquello no estaría aquí sino en el otro lado de la trinchera contigo", comentó.

A los 16 años, Villas-Boas trabajaba en el departamento de ojeadores y estadísticas en el club, y con 21, mientras sus coetáneos se preparaban para acceder a su primer empleo, ya era director de fútbol de las Islas Vírgenes Británicas. José Mourinho, con el que se le suele comparar habitualmente, lo repescó para el Oporto como ojeador y cuando el técnico de Setubal se marchó a Chelsea FC y FC Internazionale Milano se fue con él.

Villas-Boas brilló en solitario en octubre de 2009. Cogió el Académica con siete partidos de liga disputados, y con el equipo en el fondo de la clasificación y sin una sola victoria. Colocó al equipo en mitad de la tabla, y en esos 23 partidos se ganó la confianza del presidente Pinto da Costa.

Y desde entonces, ni Oporto ni el propio Villas-Boas han retrocedido. El equipo ganó su 21ª Liga con una ventaja récord de 21 puntos sobre el segundo clasificado, y se mide este domingo al Vitória SC en la final de la Copa de Portugal. Solo el triplete, con la UEFA Europa League incluida, satisfaría a Villas-Boas, pero para ello tendrá que derrotar al Braga de Domingos Paciência.

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