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Tercera y olímpica

Portugal – Suecia 3-2
La selección portuguesa logra su objetivo al doblegar a Suecia en la prórroga.

Portugal acompañará a Italia y Serbia y Montenegro a los Juegos Olímpicos de Atenas. Los lusos, que tuvieron que remontar el partido, se encontraron a una Suecia muy similar a la de la primera fase. Los de José Romão no renunciaron a su estilo y apostaron por el buen juego. Suecia se parapetó tras la clase de Elmander y su efectividad arriba. La igualdad fue manifiesta a lo largo del encuentro. Se llegó a la prórroga. Allí las ganas y clase técnica de los lusos desnivelaron la balanza a su favor.

Iniciativa portuguesa
Ambas selecciones sabían que el triunfo les daba el billete para Atenas. Por eso, cada uno de los combinados optó por aplicar su estilo sobre el césped. Portugal practicó buen fútbol, Suecia se limitó a contener. Como consecuencia de ello, los lusos tuvieron en los diez primeros minutos tres ocasiones claras para abrir la lata nórdica. Carlos Martins, Carlitos y Lourenço pudieron marcar. El remate más claro el de Lourenço tras una triangulación de Jorge Ribeiro, Danny y él mismo. Su tiro, solo ante la portería, acabó en los pies del guardameta Johan Wiland.

Mismos parámetros
Los siguientes minutos fueron un monólogo portugués y de Carlos Martins. El centrocampista se empeñó en disparos lejanos. Ninguno de ellos encontró el arco sueco y todos acabaron en las gradas. Portugal lo siguió intentando. Suecia no quería gastarse y no aparecía por el área rival. A eso hay que añadirle la brusquedad de algunas acciones. La suma de estos factores provocó que ésos fueran los peores momentos del encuentro.

Portugal perdona y Suecia marca
El protagonismo de Carlos Martins podría haber sido justificado si en el 36 hubiera transformado en gol un pase de la muerte que le había enviado Carlitos. Inexplicablemente Martins golpeó al aire y Suecia siguió viva. Viva para forzar un córner que de rebote estuvo a punto de convertirse en el primer gol. Miguel Garcia despejó bajo palos. Pero Johan Elmander tenía que hacer su gol. Y lo hizo. Fue en el 44. Un pase de Babis Stefanidis en largo fue empalmado de primeras por el capitán nórdico. El disparo, fortísimo, pegó en el larguero y entró como una exhalación.

Lourenço perdona
Pasados tres minutos del tiempo reglamentario, el delantero portugués desperdició las dos situaciones de gol más claras de su equipo. En la primera, Carlos Martins se interna por la izquierda cede a Carlitos y éste, a su vez, ve solo a Lourenço en el área pequeña y le habilita para que marque. A cinco metros de la línea de gol, el ariete mandó el balón a las nubes. Un minuto después, Carlitos vuelve a ver el desmarque de su compañero. Su centro por arriba fue cabeceado por Lourenço a bocajarro. Wiland sacó una mano milagrosa. Suecia se iba con ventaja al descanso.

La sentencia no llega
Los suecos salieron revolucionados en la segunda parte. En el 51, Johan Ardensson aprovecha un pase en profundidad de Patrik Stenman para romper el fuera de juego y plantarse solo ante Moreira. Su vaselina ya era celebrada por su banquillo, pero el bote de la pelota ante la portería fue tan fuerte que el balón se fue por encima del larguero. Cuatro minutos después, Stefan Ishizaki ponía a prueba a Moreira en un libre directo que entraba por la escuadra cuando apareció la mano del guardameta.

Cambio importante
En el minuto 61 Hugo Viana estaba presto para entrar en el terreno de juego. Carlitos debió verlo y se inspiró con un lanzamiento desde 25 metros que dio en la cruceta. Era un signo. Segundos más tarde, Viana ya estaba dentro y los portugueses cogían aire. Tanto que a los 75 minutos el media punta era derribado en área sueca. Penalti. Él mismo se encargó de transformarlo. El empate resucitó a Portugal y Carlitos y el propio Viana podrían haber hecho el segundo de no encontrase con un seguro Wiland. La gloria del gol fue para Hugo Ribeiro. Tras recortar a su marcador, el extremo se internó en el área y de disparo cruzado batió al meta sueco.

Nilsson acierta
El seleccionador de Suecia decidió en el último instante que Alexander Farnerud y Markus Rosenberg podían obrar el milagro. Y lo hicieron. Con el tiempo cumplido, Farnerud bota una falta, Nilsson peina al segundo palo y allí aparece Rosenberg que no perdona. Los suecos empataban y forzaban la prórroga. Para ellos, la segunda en tres días. Portugal no daba crédito. Sin embargo, los Juegos Olímpicos de Atenas no se le iban a escapar.

Prórroga
Se llegó al tiempo suplementario con la convicción de que alguna de las dos selecciones podía romper la igualada. Portugal lo intentó en la primera mitad con remates lejanos de Hugo Viana y un lanzamiento de libre directo de Jorge Ribeiro que lamió el poste derecho de Johan Wiland. Pero la justicia se iba a aliar con Carlitos. El jugador que más lo buscó a lo largo del partido se topó con un pase preciso de Danny que no desaprovechó. Wiland no pudo hacer nada por detener el gol y evitar la derrota. Portugal se convertía en olímpica.