El Oporto arrolla al Mónaco
miércoles, 26 de mayo de 2004
Resumen del artículo
AS Monaco FC - FC Porto 0-3
El mayor atrevimiento ofensivo de los portugueses y la lesión de Giuly acabaron con el sueño monegasco.
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Cuerpo del artículo
Por Toni Terrades Martí
El FC Porto sumó la segunda Copa de Europa de su historia tras barrer del campo al AS Monaco FC. La lesión del capitán francés, Ludovic Giuly, facilitó las cosas a los hombres de José Mourinho que se mostraron muy contundentes a la hora del remate. En cambio, la táctica conservadora de Didier Deschamps condenó la aportación ofensiva de hombres fundamentales en su equipo como Fernando Morientes o Jérôme Rothen. El Oporto es, con justicia, el nuevo campeón de la UEFA Champions League.
Giuly lo intenta
La preocupación del técnico del FC Porto por el capitán monegasco Ludovic Giuly se hizo más que evidente en los primeros lances del partido. El pequeño atacante del Mónaco dejó claro que iba buscar la espalda de los centrales portugueses. Y en ésas estaba cuando un buen pase desde la medular le dejó solo ante Vítor Baía. Era el minuto tres y el meta luso salió con todo fuera del área para desbaratar la primera acción clara de los de Didier Deschamps. Un buen susto para la hinchada del Oporto.
Carlos Alberto coge el relevo
Tras este primer contratiempo, el joven delantero brasileño Carlos Alberto se hizo con las riendas del ataque portugués. Sus internadas por la izquierda eran un peligro latente para la zaga monegasca. Ni Hugo Ibarra ni Julien Rodríguez conseguían anular las intentonas del punta del Oporto que nunca encontraba un rematador a sus centros. A partir del minuto quince el intenso ritmo de juego vino a menos y la brusquedad gobernó los minutos siguientes.
Contratiempo para el Mónaco
En una de esas entradas a destiempo, Giuly recibió un castigo excesivo en su pierna derecha. Tanto que en el 23 tenía que dejar el campo por lesión. A pesar de la entrada del croata Dado Pršo, la disposición táctica de Deschamps se venía abajo. El 4-3-2-1 inicial se convertía en 4-4-2 con la desventaja de no contar con un engarce claro entre centrocampistas y delanteros. Esa sensación, latente también entre los protagonistas presentes en el terreno de juego, amilanó a los monegascos hasta hacerles perder la posición sobre el campo.
Gol del Oporto
En el minuto 34, el lateral derecho Paulo Ferreira se convenció del poco trabajo que le iba a dar Jérôme Rothen a lo largo de la noche. Por eso, se animó a subir la banda. Su centro desde el flanco derecho a punto estuvo de ser aprovechado por Deco. Cinco minutos más tarde, Ferreira veía recompensado su esfuerzo. Un centro suyo caía en los pies de Carlos Alberto que en un mal control regalaba el balón a Andreas Zikos. El griego, reconvertido por momentos en central, falló lamentablemente a la hora de despejar y devolvió el regalo al punta brasileño del Oporto para que remachara ante el portero del Mónaco.
Desconcierto táctico
El gol portugués acabó de sumir en el caos al cuadro de Deschamps. Morientes estaba desaparecido, Rothen no quería aparecer y Giuly, lamentablemente, no podía. El panorama atacante monegasco cojeaba por todos los lados. Al principio de la segunda, los franceses se abandonaron a su suerte con ataques sin sentido que eran abortados sin complicaciones por los defensas lusos. En ese desconcierto, además, el Oporto se iba encontrando cómodo ya que la sobriedad de la zaga del Mónaco estaba resquebrajada. Con la entrada de otro delantero, Shabani Nonda, por Edouard Cissé el conjunto francés perdió definitivamente el rumbo.
Sentencia portuguesa
En uno de esos contragolpes se acabó el partido. Morientes pierde un balón en campo contrario con todo su equipo volcado en el área del Oporto. El rechace lo aprovecha Deco para conducir un rapidísimo contragolpe que finalizaría él mismo con total tranquilidad, tras una magnífica pared con el ruso Dmitri Alenitchev. Era el minuto 71. Pero el sonrojo definitivo del Mónaco se produjo tras otra pérdida de balón en el centro del campo. Esta vez fue Derlei quien puso la pelota franca a Alenitchev para que éste, delante del portero Roma, fusilara el esférico al fondo de las mallas.
Histórico
El resto fue mera anécdota. Tras la victoria de esta noche el Oporto cierra un ciclo que se inició el año pasado con la consecución de la Copa de la UEFA. Ahora le queda la Supercopa de Europa UEFA el próximo mes de agosto frente al Valencia CF. Paradójicamente, el encuentro tendrá como escenario el Stade Louis II de Mónaco. Pero muchos de los actores de esa noche no serán los mismos que ahora. Empezando por el entrenador José Mourinho.