El Barça vence a lo grande
martes, 2 de noviembre de 2004
Resumen del artículo
FC Barcelona - AC Milan 2-1
Los azulgrana culminaron un gran partido con un triunfo en el último minuto.
Cuerpo del artículo
Por Albert Bassas
El FC Barcelona se impuso en un gran partido al AC Milan y dio un paso de gigante para asegurar su clasificación para la siguiente ronda de de la UEFA Champions League. Con un Camp Nou lleno hasta la bandera, los tantos de Samuel Eto’o y Ronaldinho, en el último minuto, hicieron vibrar a una afición totalmente entregada. De nada sirvió el gol de Andriy Shevchenko que no pudo evitar que el Milan rompiera su imbatibilidad en Europa.
Milan defensivo
A pesar de la contundencia con la que dijo Carlo Ancelotti en rueda de prensa que el Milan jugaría con dos puntas ofensivos, lo cierto fue que el equipo italiano no contó con Jon Dahl Tomasson para acompañar a su estrella Andriy Shevchenko. De esta manera los rossoneri jugaron con un 4-3-2-1, basando su juego en la fortaleza defensiva y aprovechando las bandas con Claudio Santos Serginho y Kaká para asistir a ‘Sheva’. Fieles a
su estilo, lo pasaron mal en el comienzo del encuentro con un Barça que salió muy concentrado, con la posesión del balón y que tuvo su primera gran ocasión en el minuto 4 con un cabezazo de Deco.
Contraataque letal
Pero la superioridad del Barça no duró demasiado. Con Shevchenko ya se preveía que el contraataque milanista sería peligroso y así fue. Primero fue Kaká quién superó la defensa culé pero no acertó en su definición. Y sólo dos minutos más tarde era el ucraniano quién le ganaba la espalda a la zaga blaugrana. Éste no falló, encaró al meta Víctor Valdés y lo superó con tranquilidad gracias a un disparo ajustado.
El Barça resurge con un gol
Y cuando parecía que la historia de San Siro se repetiría con un Milan nuevamente encerrado, un gol de Samuel Eto’o salvó a los culés. Después de haber amenazado tímidamente la portería de Dida con disparos lejanos, una gran asistencia al espacio de Xavi Hernández para el camerunés terminó en gol a falta de 10 minutos para la conclusión de la primera mitad. Rápido
en el desmarque en diagonal, Eto’o chutó sin pensárselo, y superó al portero brasileño desde del interior del área. El tanto sirvió, sin duda, para meter al Barça de nuevo en el partido. Los hombres de Frank Rijkaard volvieron a contar con la posesión del balón lo que les permitió tener el partido controlado hasta la conclusión de los primeros 45 minutos.
Sigue el buen juego
El gran espectáculo futbolístico del primer tiempo se prolongó también en la segunda mitad. El Barça salió a por los tres puntos y tuvo dos buenas ocasiones en los primeros diez minutos. La más clara, después de una falta lanzada por Rafael Márquez que Dida no blocó. Xavi, que recogió el rechace del portero milanista, no supo materializar la ocasión. A pesar del
dominio azulgrana, los rossoneros también avisaron en alguna contra, primero Cafú en el minuto 14 y luego Shevchenko un minuto más tarde.
El empate no sirve
La insistencia del Barça en ataque demostraba que los de Rijkaard no se conformaban con un empate, a pesar de que el resultado no le iba del todo mal. La derrota en Milán y la presión de la afición mantenía a los azulgrana con ganas de conseguir algo más. Los visitantes, bien ordenados detrás y con una defensa muy seria, intentaban adormecer sin pasar del
medio campo. Los italianos ya daban por bueno el hecho de sacar un punto en el Camp Nou.
Rijkaard valiente
Prueba de la ambición culé fue la decisión del técnico holandés de sacar un hombre defensivo como Márquez por el delantero sueco Henrik Larsson, a falta de 10 minutos para la conclusión del choque. A pesar de todo, el Milan se sentía cómodo encerrándose detrás y su disciplina hacía inútiles, una y otra vez, los continuos intentos del equipo blaugrana de adelantarse
en el marcador.
Premio justo
Y cuando todo parecía estar sentenciado a un minuto del final, sólo un genio como Ronaldinho podía cerrar un partido como ese, además, sin estar físicamente al cien por cien. Él sólo, hizo lo que se le debe pedir a un jugador desequilibrante. Transformó un gol -con un potente disparo desde fuera del área- de un balón cualquiera. De esta manera, el astro brasileño dio los tres puntos a un Barça, que lo mereció, y que le devolvió, al Milan, la derrota en San Siro.