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Good luck, ‘Moro’

La carrera de Morientes en el Madrid es digna de ser repasada: de la absoluta gloria al triste ostracismo. Y es que ocho años en un equipo dan para mucho.

Por Darío López

Es curioso, pero en una semana marcada por las despedidas de Fernando Morientes, Gregorio Manzano y Santi Denia, en la única de las tres en la que no vimos al protagonista visiblemente emocionado en la posterior rueda de prensa, fue en la del nuevo goleador del Liverpool FC. Abrazos a sus más íntimos en el último entrenamiento, sí, y seguro que de puertas para dentro en el vestuario también se darían momentos conmovedores. Pero, a diferencia de las otras salidas mencionadas, ante la prensa vimos a un ‘Moro’ feliz e ilusionado con la atractiva nueva etapa que se abre ahora ante él. Quizá, su ciclo en Real Madrid CF ya había caducado hace tiempo.

Le avala Capello
Fernando Morientes aterrizó en conjunto blanco en la campaña 1997/98, por recomendación del entonces técnico blanco Fabio Capello, que nunca lo llegó a tener a sus órdenes. El joven ariete de 21 años venía acreditado por los 34 tantos que había anotado con el Real Zaragoza en los dos temporadas anteriores. Su labor se presentaba complicada: disputarle el puesto a Davor Suker. Pero poco a poco Jupp Heynckes comprobó que cada vez que le otorgaba unos minutos al cacereño éste respondía marcando. El primer año no pudo ser más fructífero en lo personal. Acabó siendo titular y marcó 12 goles en 33 encuentros. El verano que llegó ya se hizo con su primer título, la Supercopa de España, pero lo que él no se esperaba es que el 20 de mayo de 1998 conquistara ya su primera UEFA Champions League.

Gol en la octava
La siguiente temporada fue más prolífica en cuanto goles se refiere para Morientes, 19 en 33 encuentros, la mejor de su carrera. Pero en cuanto a juego colectivo se refiere, el equipo estuvo muy cuestionado, aunque logró sumar a su palmarés una Copa Intercontinental. Pero el fútbol le tenía preparado otra gran alegría para la campaña siguiente. En un año marcado por la llegada de Vicente del Bosque, Morientes sería uno de los protagonistas de su segunda Liga de Campeones. De nuevo volvió a ser titular en la final, pero esta vez abrió el camino del triunfo blanco al anotar el primero de los tres que le endosó el Madrid al Valencia CF. En Liga, el delantero hizo 12 tantos en 29 partidos.

Marcado por las lesiones
La 00/01 fue una campaña en la que el ‘Moro’ no pudo disfrutar todo lo que se esperaba. Aterrizaba Luís Figo en Madrid, circunstancia que al delantero centro de cualquier equipo le agradaría sobremanera. “Dicen que me voy a hinchar a marcar”, indicaba sonriente Morientes en alusión a los medidos centros del luso desde la derecha. Pero no fue así. Las lesiones mermaron su participación en el equipo hasta el punto de que Guti se reconvirtió en el ‘9’ del Madrid. Levantó su primera Liga, pero fue un tanto agridulce por su sequía goleadora: seis dianas en 22 partidos.

Cinco goles a Las Palmas
Seguro que uno de los momentos más recordados por Morientes fue aquel encuentro de Liga de la 01/02 ante la UD Las Palmas en el que el conjunto blanco le goleó por 7-0 con cinco goles suyos, con un penalti fallado incluido. En verano logró otra Supercopa española, pero la mayor satisfacción se la daría de nuevo la Champions. El 15 de mayo de 2002 ganaba su tercera Copa de Europa al derrotar en la final al Bayer 04 Leverkusen. Se podría decir que ese fue el último año en el que Morientes disfrutó de verdad en el Madrid.

Se resarce en el Mónaco
La llegada de Ronaldo en septiembre hizo que no se vistiese de corto en la Supercopa de Europa de la UEFA, y a punto estuvo de recalar en el FC Barcelona. Apenas gozó de minutos, ya que hasta Javier Portillo le superó en el orden de preferencias de Del Bosque. Pese a todo, hizo cinco tantos en una temporada en la que, aparte de la Supercopa, el Madrid logró Liga y Copa Intercontinental. En la campaña siguiente se fue cedido al AS Monaco FC y, caprichos del fútbol, se convertiría en el verdugo de los blancos en el cruce de cuartos de la Champions con dos dianas suyas. El ‘Moro’ fue el máximo artillero de la competición europea y terminó cayendo en su cuarta final ante el FC Porto.

La mejor opción para él
José Antonio Camacho lo convenció para que se quedará en el Madrid 2004/05, argumentándole que iba a disponer de minutos. Pero la llegada de Michael Owen y la dimisión del propio técnico ciezano volvieron a condenarle, casi siempre, a jugar partidos de Copa. Hasta ahí aguantó. Rafa Benítez no se lo pensó dos veces y le convenció para que firmara por el Liverpool. Ahora toca la Premier League, campeonato idóneo para que el ‘Moro’ vuelva a sonreír por motivos futbolísticos. Otro antojo más de este deporte: Owen dejó Anfield para triunfar en el Madrid y Morientes deja la capital de España para triunfar en Liverpool. De todo corazón, good luck, ‘Moro’.

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