El BATE hace historia en Bielorrusia

El FC BATE Borisov se ha convertido en el primer equipo bielorruso en lograr la clasificación para la fase de grupos de la UEFA Champions League tras empatar 1-1 en el partido de vuelta ante el PFC Levski Sofia, lo que le da una victoria global por 2-1.

Victoria trabajada
El BATE jugó la mayor parte del partido con diez hombres por la expulsión de Gennadi Bliznyuk en el minuto 43, pero logró aguantar para asegurar su pase a la fase de grupos. En una primera mitad llena de incidencias Sergei Sosnovski abrió la cuenta para el conjunto local en el minuto 14, doblando la ventaja del BATE tras la victoria por 0-1 en el partido de ida en Bulgaria hace dos semanas. Sin embargo, el Levski puso las cosas difíciles ya que logró empatar siete minutos después por mediación de Vladimir Gadjev, y después estuvo durante muchos minutos con un jugador más sobre el campo.

Marca Sosnovski
El BATE comenzó su participación en la primera ronda previa y eliminó al Valur Reykjavík y al RSC Anderlecht antes de encontrarse con el Levski en la tercera eliminatoria. La victoria del BATE en Sofía en el partido de ida resultó sorpresiva pero rápidamente hicieron valer la ventaja conseguida en el Gradski stadium. Aunque el Levski disfrutó de las mejores oportunidades, fue el conjunto local el que inauguró el marcador cuando Sosnovskia aprovechó el error del portero del Levski Daniel Kiss para marcar con la cabeza tras el centro de Igor Stasevich.

Expulsión de Bliznyuk
El tanto golpeó duramente al Levski aunque lograron recuperarse para marcar el gol de la igualdad en el minuto 39. El BATE fue incapaz de despejar un centro desde la derecha y el balón le quedó a Gadjev en el borde del área desde donde disparó con violencia por encima del portero de 19 años Aliaksandr Hutar para anotar el empate. Cinco minutos más tarde el ímpetu del BATE fue frenado por la expulsión de Bliznyuk que vio la segunda cartulina amarilla por una falta sobre Kiss. A pesar de la ventaja numérica el Levski falló en su intento por crear ocasiones claras en la segunda parte, permitiendo la celebración de los 6.000 espectadores presentes en el estadio con el pitido final.