El Stadio Olimpico acogerá su cuarta final
martes, 21 de abril de 2009
Resumen del artículo
El recinto de la ciudad de Roma ha sido durante 70 años una magnífica sede, y el próximo 27 de mayo albergará su cuarta final del principal torneo europeo de clubes, la segunda en la era de la Champions League.
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Cuerpo del artículo
El Stadio Olimpico acogerá su cuarta final de la Copa de Europa (su segunda en la era de la UEFA Champions League), con la celebración del gran partido de la edición 2008/09 se celebre en Roma el 27 de mayo del 2009 a las 20:45 HEC.
Precedentes
Con capacidad para 72.689 espectadores el estadio ha sido uno de las más impresionantes sedes para el deporte durante 70 años, acogiendo los Juegos Olímpicos de 1960, el Campeonato del Mundo de Atletismo de la IAAF de 1987 y la Copa Mundial de la FIFA de 1990 además de otras tres finales europeas. El Liverpool FC se proclamó en dos ocasiones campeón en Roma (en 1977 y 1984), mientras la Juventus venció en la edición de 1996, ya como UEFA Champions League.
Gran complejo
El estadio fue concebido como la pieza central de un inmenso complejo deportivo. El Foro Mussolini, creado en tiempos del líder fascista Benito Mussolini, y diseñado por el arquitecto Enrico Del Debbio, fue abierto al mundo en 1938. El complejo fue rebautizado como Foro Itálico después de la Segunda Guerra Mundial. Además, el complejo logró recuperarse en 1953 y modificarse para acoger los Juegos Olímpicos en 1960.
Diseño simple
El simple pero impresionante diseño del nuevo recinto fue obra de Annibale Vitellozzi. Sobre la base de una serie de elementos concéntricos que se unen para formar una enorme U, se empleó la lógica para mantener de forma coherente la historia del Olímpico, a pesar de que el estadio continúe desarrollándose y después de haber sufrido una serie de movimientos sísmicos cuando iban a acoger la Copa Mundial de la FIFA de 1990, que venció Alemania Federal.
Proceso en marcha
Los dos fondos de detrás de las porterías fueron ampliados y llevados más cerca del terreno de juego, y las gradas Tevere y Monte Mario también aumentaron su tamaño. Se situó un nuevo techo sobre las gradas, mientras que el aparcamiento, las facilidades para los medios de comunicación y la sala de trofeos también fueron añadidos. El resultado es lo que se puede apreciar hoy en día, un estadio con un diseño clásico, pero dotado con un toque moderno, que le convierte en una valiosa sede para un evento como la final de la UEFA Champions League.