1997/98 Borussia Dortmund - FC Bayern München 1-0 (t.p.): Crónica
domingo, 1 de agosto de 2010
Resumen del artículo
"Fue maravilloso. Todo el equipo sintió mucha emoción", comentó Stéphane Chapuisat.
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La primera eliminatoria de la UEFA Champions League entre dos equipos del mismo país contó con pocos goles y fútbol de ataque, pero no estuvo exenta de tensión y emoción.
Las duras entradas se sucedieron y las pocas ocasiones que hubo se evitaron con contundencia, hasta que después de 199 minutos sin goles, Stéphane Chapuisat finalmente inauguró el marcador gracias a una gran volea con la izquierda que hizo inútil la estirada de Oliver Kahn. El Westfalenstadion estalló de emoción y de alegría, e incluso para el Bayern, el rey de las remontadas, no hubo vuelta atrás.
El resultado tuvo que aplazar las ambiciones del Bayern de reestablecerse en lo más alto del fútbol alemán. Los dos títulos de liga consecutivos del Dortmund le habían devuelto a la cúspide, y aunque el Bayern había conseguido recuperar la corona de liga, la atención al final de esa temporada 1996/97 se centró en los éxitos en la UEFA Champions League del Borussia.
Para poner las cosas más a su favor, el Dortmund había logrado su mayor triunfo en la escena europea al vencer a la Juventus en el propio estadio del Bayern, el Olympiastadion. Así que éste era más que un partido, más que una eliminatoria que decidiría quién representaría a Alemania en las semifinales de la UEFA Champions League: era una batalla por la supremacía en su país.
El primer enfrentamiento en Múnich terminó sin goles, y la igualdad fue lo que marcó la pauta en un partido con dos defensas muy ordenadas. El Bayern, conducido por Lothar Matthäus y Mehmet Scholl, viajó a Dortmund para el partido de vuelta tras perder tres de sus últimos cuatro partidos de liga, pero eso poco contaba, ya que los visitantes comenzaron siendo mejores desde el inicio.
Terminar el partido de nuevo sin goles no estaba quizá en el planteamiento de Giovanni Trapattoni, y Chapuisat, uno de los seis supervivientes de la final del año anterior, se encargó de evitarlo, haciendo pagar a Markus Babbel uno de los pocos momentos en los que no marcó de cerca al delantero suizo.
Sorprendentemente, muchos detalles de aquella famosa noche son complicados de analizar, ya que no hay vídeos, y sólo escasas crónicas. Quizá unos pocos en Alemania, y en Dortmund en particular, necesiten recordar.