La "increíble noche" del Inter en Madrid
jueves, 9 de septiembre de 2010
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Mientras el conjunto 'nerazzurri' se prepara para la defensa de su título de la UEFA Champions League, los protagonistas clave de la victoria en el Santiago Bernabéu contra el Bayern recuerdan la final 2010.
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Han pasado tres meses desde que el FC Internazionale Milano ganó la UEFA Champions League, pero después de que sus jugadores se reencontraran con el trofeo en la Supercopa de la UEFA en Mónaco el mes pasado, pareció como si el tiempo no hubiera pasado.
Las imágenes de ellos saltando alrededor del trofeo como niños, besando y abrazando la famosa copa, y tomándose fotos con ella una y otra vez, dieron una clara muestra de por qué estos futbolistas nunca olvidarán aquella noche en Madrid.
El Inter llevaba desde 1965 sin lograr el máximo trofeo europeo de clubes, y después de superar al peligroso Chelsea FC y al defensor del título, el FC Barcelona, se citó con el FC Bayern München en la final, donde no dejó escapar su ocasión.
"Recuerdo que el entrenador José Mourinho nos dijo que estábamos allí porque merecíamos estar en la final, y no queríamos volver a Milán sin la satisfacción de ganar el título", dijo Maicon a UEFA.com. El defensa y sus compañeros hicieron que el técnico portugués no se fuera a casa decepcionado.
Los aficionados del conjunto de la Serie A pudieron saltar de alegría cuando en el minuto 35, Diego Milito tocó hacia Wesley Sneijder un balón enviado por su portero Júlio César. El delantero argentino corrió para recibir de vuelta el pase de su compañero, y finalizó desde cerca para adelantar a los suyos.
"Es difícil de describir", dijo Milito. "Fue un gol increíble. Recibí un buen pase de Wesley; no tenía mucho tiempo para pensar que hacer y decidí no disparar con rapidez. Así que espere al movimiento del portero para disparar. Por suerte el remate entró", añadió.
Mientras, Sneijder comentó: "Recuerdo muy bien aquel momento. Recogí el balón con la portería a mi espalda y giré rápidamente. Vi que Milito encontró un espacio y le di un pase perfecto en el momento oportuno. Fue un momento asombroso y fantástico".
El Inter controló en todo el momento al Bayern a pesar de la gran oportunidad que Thomas Müller tuvo al inicio del segundo tiempo, pero el portero del conjunto italiano, Júlio César, fue providencial para mantener a cero la portería nerazzurri. "Apenas había comenzado la segunda parte", recordó el portero internacional brasileño. "Fue una situación de uno contra uno y puede realizar una gran parada para mantener la ventaja del equipo", subrayó.
"Mi corazón se paró durante un segundo, pero realizó una gran parada que nos aseguró el triunfo", añadió Milito. Aparte de esta intervención, el momento cumbre fue sin duda el segundo gol de Milito cuando quedaban 20 minutos para el final del partido.
El internacional argentino recibió un buen pase de Samuel Eto’o, y después de entrar en el área y marcharse del marcaje de Daniel Van Buyten, superó al meta Hans-Jörg Butt con un tiro por el palo largo. "Estaba tan cansado que no tenía ni fuerzas para pensar [de lo que había hecho], pero me di cuenta rápidamente de que la final estaba casi decidida", señaló. "Estábamos muy bien y rápido supe que el segundo gol fue una herida mortal para ellos", añadió.
Un mismo pensamiento apareció en la mente de Maicon: "Miré al cielo, a mi familia en el estadio y después a Milito. Gracias a él habíamos logrado ese momento, Milito trabajó muy duro para que lo consiguiéramos. El segundo gol decidió el partido". Y Sneijder se mostró de acuerdo: "Creí que era el mejor y nuestros rivales sintieron lo mismo".
Poco después empezó la verdadera celebración. "No hay nada que decir sobre eso. Para un jugador como yo, que tuve dificultades al inicio de mi carrera, superar obstáculos y llegar a un gran club europeo donde además he logrado grandes títulos como la Champions League es fantástico", explicó el brasileño Maicon.
Para Júlio César, las emociones son muy similares: "Cuando Mourinho llegó al club le dije que quería besar ese trofeo. Ese fue el momento más feliz de mi carrera. Todo jugador quiere besar esta copa y tanto mis compañeros como yo lo conseguimos. Fue un momento fantástico, uno que nunca olvidaré".
Para Mourinho, el pitido final significaba el final de una era. "Lloré porque estaba diciendo adiós. En el Oporto me pasó lo mismo ya que la final de la Champions League que gané fue mi último encuentro. Es la mejor manera de dejar a un equipo y un trabajo. La emoción de la victoria y el tener que despedirme de mis jugadores hizo que esa noche fuera increíble, una de las mejores en el mundo del fútbol", comentó el entrenador del Real Madrid CF.