Arteta, el arquitecto del juego 'gunner'

Hace seis años una figura destacada en dentro del fútbol español en Inglaterra llamó a David Moyes y le preguntó: "¿Sigues buscando un centrocampista que juegue por el centro? ¿Alguien que pueda dirigir tu ataque? ¿Estás dispuesto arriesgarte con alguien que está en el banquillo en un equipo que no lo está haciendo bien?".

En ese momento, Mikel Arteta era un jugador frustrado en el banquillo de su amada Real Sociedad de Fútbol. Conocido por calibrar hasta el menor detalle antes de tomar una decisión Moyes decidió confiar en su instinto y apostar por él. Y rara vez un jugador extranjero ha sido una combinación tan perfecta para un club y para una filosofía.

Pero después de casi 180 partidos vistiendo la camiseta de Everton FC, Arteta se unió al Arsenal FC. El centrocampista ya había visto crecer al Everton: un nuevo campo de entrenamiento, las noches en Europa, una final de la FA Cup. Pero también le había visto estancarse. A los 29 años quería retarse a sí mismo antes de que fuera demasiado tarde.

Arteta se unió al Arsenal tras una de las sagas de fichajes más prolongadas que se recuerda, cuando Fàbregas finalmente regresó al Camp Nou. Ese acuerdo inevitablemente dejó un hueco en el vestuario del Arsenal y uno aún más grande en el terreno de juego.

Las comparaciones con su compatriota son inevitables, pero Arteta insiste en que no le perturban: "Si yo tratara de reemplazar a Cesc iba a salir mal. Llevo aquí semanas y él ha pasado en el Arsenal ocho años. Sería imposible para mí sustituirle en ese sentido".

Arteta y Fàbregas han compartido algo más que el mediocentro del Arsenal. Ambos entraron en la cantera del Barcelona (La Masía) en 1997. Fàbregas tenía 10 años, Arteta, procedente de San Sebastián, tenía cinco años más. Aunque el número 6 del Arsenal sólo pasó dos años en el Barça, la experiencia le modeló como futbolista.

"Aprendí a pasar en el Barcelona, entrené en el primer equipo con jugadores como Guardiola, Rivaldo, Luis Enrique y Figo. La primera vez que jugué con el primer equipo, contra el Hertha de Berlín en la pretemporada, tenía 16 años y sustituí a Guardiola en el descanso. Después me habló de todo lo que había hecho en el terreno de juego. No se puede tener a nadie mejor ayudándote que el mejor en esa posición", confesó.

En el Arsenal es uno de los chicos nuevos. Sabe que su función en el terreno de juego es aportar experiencia y conocimiento al centro del campo, algo a lo que se le anima que haga también desde fuera del terreno de juego.

"El vestuario es un espejo de los malos momentos de un equipo en el terreno de juego, o en períodos de 15, 20, 75 minutos, cuando el equipo realmente sufre. En esos momentos te fijas en cómo reaccionan tus compañeros de equipo, las miradas entre ellos… Eso te dice todo. Un equipo tiene que sufrir para ganar. Cuando todo parece perdido un buen vestuario se une. Eso no tiene precio", añadió.

Luego está el entrenador, Arsène Wenger, un entrenador que tiene que mostrar el camino cuando muchos se cuestionan la filosofía del club. Él da un mensaje simple, directo. "Los jugadores no tienen 40 instrucciones diferentes a seguir: Wenger le da a un jugador seis o siete ideas claras y eso es todo, en 20 minutos ya sabes lo que vas a hacer", comentó el centrocampista.

A los 29 años Arteta ha asumido un riesgo significativo yendo a un club más grande que se enfrenta a retos más difíciles desde mediados de los 90. Pero si la apuesta da buenos resultados se repartirían grandes dividendos entre el jugador y el club.

Wenger cree que puede sacar lo mejor de Arteta: "Tiene clase, es un futbolista completo, sabe defender, atacar y es muy ambicioso. Tiene todos los ingredientes para ser un perfecto jugador del Arsenal".

Si Wenger está en lo cierto, las perspectivas del Arsenal parecen de repente mucho más prometedoras.

La entrevista completa a Mikel Arteta está disponible en el nuevo número de Champions, la revista oficial de la UEFA Champions League, ya a la venta.