Nesta no pone excusas

Alessandro Nesta declaró que dejó con "la cabeza alta" el campo tras la derrota del AC Milan por 3-1 ante el FC Barcelona en el Camp Nou, un resultado que pone al vigente campeón continental en las semifinales de la UEFA Champions League por quinta temporada consecutiva.

El central de 36 años fue fundamental en el empate a cero de la ida, pero el equipo siete veces campeón de Europa no logró mantener la puerta a cero en España, ya que Lionel Messi marcó dos goles de penalti en la primera mitad y Andrés Iniesta cerró el marcador con el tercero tras el descanso.

Nesta sabe que Messi marcó la diferencia. "Con todo el respeto a los otros grandes jugadores del Barcelona, creo que Messi aportó el 70% del trabajo esta noche. Cuando estaban teniendo problemas para sacar partido de su posesión hacía sus típicas arrancadas y eso nos puso las cosas muy difíciles porque además lo hizo bastantes veces durante el partido", comentó el internacional italiano.

Fue en una de esas arrancadas de Messi, tras quitarle el balón a Philippe Mexès en la medular, cuando llegó el primer penalti para el Barça. "Pido perdón porque un error mío condujo al primer gol. Es complicado jugar ante ellos porque presionan constantemente a los defensas, lo que hace muy difícil empezar las jugadas desde atrás cuando se tiene la posesión. Sin embargo, logramos empatar y eso nos dio la esperanza de poder volverles a hacer daño a la contra hasta que llegó el segundo penalti", aclaró el defensor francés.

Tras el empate de Antonio Nocerino, Nesta cometió el segundo penalti de la noche tras agarrar a Sergio Busquets en el área. A partir de ahí las cosas fueron muy complicadas según Nesta. "El Barcelona es extremadamente fuerte cuando tiene espacio para hacer su fútbol. Hay diferencia entre ellos y nosotros actualmente, pero creo que el Milan puede reducir esa distancia muy pronto. Pienso que hoy les podíamos haber ganado si hubiéramos usado mejor los contraataques", declaró el veterano defensor.

Nesta, sin embargo, no pone excusas y admite que el Milan se ha enfrentado al mejor equipo del mundo. "Tuvimos mala suerte de que nos tocara el Barcelona en el sorteo. Pero al menos sabemos que hemos caído ante el mejor equipo del mundo. Llegamos con una oportunidad tras la ida y hemos seguido vivos casi toda la eliminatoria. Personalmente creo que puedo dejar el estadio con la cabeza alta, tengo 36 años y lo he dado todo en el campo. Ahora necesitamos un último impulso para ganar el Scudetto, estamos por delante con ocho partidos por jugarse y tenemos que ir hasta el final", concluyó.