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¿A la tercera irá la vencida?

Con el Bayern sufriendo derrotas dolorosas en la final de 2010 y en la del pasado año en Múnich, UEFA.com se pregunta que puede haber aprendido de los traspiés ante el Inter y el Chelsea.

Philipp Lahm (izquierda) y Bastian Schweinsteiger muestran su angustia después de la final de Múnich en 2012
Philipp Lahm (izquierda) y Bastian Schweinsteiger muestran su angustia después de la final de Múnich en 2012 ©AFP/Getty Images

Perder una final de la UEFA Champions League deja heridas. Los aficionados y los jugadores del FC Bayern München han sufrido esa experiencia dolorosa en dos ocasiones en los últimos tres años. Sin duda, una derrota ante el Borussia Dortmund en Wembley supondría unas heridas más profundas que la final perdida en Múnich en 2012, ya que sería caer ante su máxima rival en la Bundesliga. Pero el Bayern debe de haber aprendido mucho de las finales contra el FC Internazionale Milano y el Chelsea FC.

La consecuencia más grande tras aquellos choques fue que el Bayern se reforzara mucho en verano, con el objetivo de tener una plantilla más profunda. Contra el Inter y el Chelsea, el Bayern tenía pocas opciones revolucionarias en el banquillo. Pero ahora, el técnico Jupp Heynckes podrá tirar de hombres como Xherdan Shaqiri, Claudio Pizarro y Mario Gomez. Por ejemplo, los muniqueses contarán con la baja en el centro del campo de Luiz Gustavo, que está sancionado para la final. Pero a pesar de las grandes actuaciones del dicho jugador, el Bayern no ha notado su ausencia en algunas ocasiones dada la calidad de la plantilla. De hecho, Gustavo ha sido más suplente que titular esta campaña.

En términos de tácticas, hay mucho de que hablar desde la final de 2010. El Bayern llevó la iniciativa ante el Inter, pero se mostró poco eficiente y encajó los dos goles a la contra en dicho encuentro. El peligro del Dortmund se basa en ataques muy rápidos y es algo que no puede ser ignorado. En la final de Madrid hace tres temporadas, el Bayern no pudo controlar durante los 90 minutos a Diego Milito, y ahora deberán de tener cuidado con el atacante del Borussia Robert Lewandowski. Dicho esto, el equipo de Heynckes es mucho más flexible, más imprevisible y más determinado que en 2010.

De las lecciones aprendidas en la final perdida en el Santiago Bernabéu hay que pasar al intento fallido de lograr el trofeo en Múnich el pasado curso. Cuando los aficionados del Bayern piensan en el 19 de mayo 2012, no pueden evitar temblores en sus cuerpos. Mientas, los jugadores hasta cierto punto han sido capaces de procesar sus emociones. "Por supuesto que aún piensas en aquel día, especialmente porque fue un partido en casa", admite Bastian Schweinsteiger antes de añadir: "Nos dio un motivo tremendo para afrontar la Champions League esta temporada". Analizando las palabras de Schweinsteiger, se puede llegar a la conclusión de que tras aquella tarde traumática contra el Chelsea, el Bayern se estímulo con el objetivo de volver a intentarlo.

Antes de la disputa del gran partido del año, hay más razones para que el Bayern tenga más hambre de éxito. La pasada campaña, en la final de la Copa de Alemania, el Dortmund derrotó por 5-2 al Bayern y sin duda ese choque es un punto de referencia para los de Múnich. Dicho encuentro, que se jugó en un campo neutral como sucederá con la final de Wembley, le servirá a Heynckes para preparar a sus hombres y que no comentan los errores que tuvieron en Berlín. En dicho encuentro, el Dortmund mostró sus virtudes al pasar rápidamente del juego defensivo al ofensivo. Pero el Bayern ha madurado mucho y ahora es poco probable que caiga en la misma trampa.

Esas dramáticas derrotas del Bayern en 2010 y 2012 podrían ser, a nivel psicológico, una ventaja para los bávaros. Los detalles pequeños deciden quien gana en un partido como este y cómo se maneja el ambiente y la tensión puede ser clave. Schweinsteiger, Philipp Lahm y compañía han lidiado con estas variables antes, mientras que para hombres como İlkay Gündoğan y Marco Reus esta final representa una experiencia nueva.

El Bayern, por su parte, podría analizar en exceso la situación. El Dortmund no tendrá esa carga a nivel mental. Sin embargo, todas las teorías, como las relativas a los fantasmas de 2010 y 2012, serán triviales cuando el partido arranque a las 20:45 HEC del 25 de mayo.

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