Los consejos de Hitzfeld
lunes, 20 de mayo de 2013
Resumen del artículo
Campeón de la Champions con el Borussia Dortmund y el Bayern, el técnico germano compartió su sabiduria con estudiantes de la licencia Pro en un curso celebrado en Nyon.
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Cuerpo del artículo
"Un dictador demócrata". Así es como se describió a sí mismo el técnico Ottmar Hitzfeld cuando visitó Nyon a principios de mes para charlar sobre su experiencia en los banquillos con los estudiantes Pro licence del programa de intercambio de entrenadores de la UEFA. Campeón de la UEFA Champions League con el Borussia Dortmund (1997) y FC Bayern München (2001), Hitzfeld repasó su dilatada carrera para aconsejar a los nuevos técnicos.
Trabaja tus debilidades
Era muy tímido y cohibido cuando me tocaba hablar ante la gente. Como jugador eso no era un problema, pero como entrenador tuve que aprender a dirigirme a un grupo. Practicaba en casa delante de un espejo para asegurarme que, cuando estaba delante de mi equipo, se entendía con claridad el menaje que quería transmitir.
Se flexible
Es muy importante tener una filosofía propia e implantarla, pero no hace falta decir que todo depende de los jugadores que tengas. Cuando llegué a Dortmund en 1991, quería jugar con un 4-4-2 o con un 4-2-3-1, pero el Dortmund siempre había jugado con un 3-5-2. Me di cuenta que aunque tenía mi propia filosofía, no tenía los jugadores apropiados para ella. Cambié mi filosofía y no volví a mi esquema hasta que no fiché a los jugadores necesarios. Hay que ser flexible.
Tratar con jugadores conflictivos
Como jugador era bastante egoísta. Era delantero y siempre quería marcar goles. Quizás no era un gran jugador de equipo, pero como técnico sabía esas conductas y sabía que tenía que dedicar más tiempo a ese tipo de jugadores. Hay veces que los mejores jugadores son también los más complicados, pero nunca rehusé tratar con ellos. Cuando tienes jugadores conflictivos hay que trabajar más, porque requieren toda tu entrega. Si solo hablas con los jugadores débiles, tendrás un equipo débil.
Aprende de los errores
Necesitas experiencias negativas para mejorar. Perder la final de la UEFA Champions League en 1999 fue una buena experiencia a la larga, porque dos años después la ganamos. Encajamos goles en el 91’ y en el 93’, y luego reuní a los jugadores y les dije que no quería que la gente nos tuviera pena, y tuvimos que aprender de nuestros errores. No estuvimos concentrados hasta el minuto final, y no mantuvimos al United alejado de nuestra portería en los minutos finales y estuvimos muy nerviosos. Al final fue nuestra culpa. Lo que fue importante fue decirle al equipo que fue nuestra culpa, pero éramos lo suficientemente buenos para mejorar y teníamos lo que hacía falta para ganar la Champions League. Lo importante fue recuperar la moral de los jugadores. Traté de mandarles ese mensaje, aunque yo estaba destrozado.
Adaptarse a cada época
Es importante tener un ojo en los desarrollos que se van haciendo. Ser entrenador de fútbol es un trabajo es a tiempo completo, porque tienes que pensar en fútbol día y noche. Tienes que pensar en tu equipo y en los nuevos cambios, como los análisis en video. Tienes que ver videos de otros partidos, no vale con ver un partido una vez, hay que revisarlo una y otra vez, estudiarlos y aprender. También hay que asegurar una buena mezcla de gente joven y experimentada en tu plantilla.
Comunicación clara
Siempre les digo a los jugadores por qué no les sacó. Pero hoy en día los entrenadores suelen decir: “No juegas, eso es todo”. Yo intentaba no hacer eso, me gustaba decir a cada jugador la razón por la que no era alineado. Cuando era un entrenador joven pasé mucho tiempo pensando en cómo criticar a los jugadores. Eso es algo que se aprende, no es algo que se sabe. Tienes que asegurarte de no ofender ni dañar a la gente. Los jugadores son a veces muy sensibles. Cada palabra que se dice es importante, y hay que asegurar una relación de confianza, es la única forma de tener éxito como entrenador.
Conozca a sus jugadores
Mis jugadores esperan que conozca a los rivales de cabo a cabo, pero ellos también esperan de mí que los conozca a ellos. Los jugadores quieren que su entrenador no los trate solamente por el número de la camiseta. No solo debe saber sobre tácticas y sobre lo que sucede en el campo, también debe saber lo que sucede fuera de ese ámbito. Si estableces una relación se reforzará el compañerismo.
En la década de los 60 y de los 70, los jugadores deseaban más autoridad por parte del entrenador. Estos días esperan más empatía. Antes de que Suiza jugara un partido de clasificación contra Inglaterra en junio de 2011, aparte un momento a Granit Xhaka. Él tenía 19 años y le pregunté: ¿Usted puede jugar en Wembley con 90.000 aficionados entusiasmados?
Fue una pregunta sencilla y dijo: ¿Por qué no, entrenador? ¿No se fía de mí? En estos tiempos, los jugadores jóvenes son mucho más maduros y seguros. Un jugador de hace 30 años no habría dicho eso. Por eso me tengo que adaptar e invertir mi tiempo para tratarles como seres humanos. Sueles trabajar con 20, 25 o 30 jugadores, y a todos ellos los tienes que tratar como seres humanos. Hay que desarrollar un instinto visceral.
Hablar el mismo idioma
Para mí, la comunicación fue siempre la parte más crucial de un entrenador. Se debe poder sentir lo que pasa en tu equipo y tener la empatía necesaria. Si trabajas en un club grande, representas a ese club. Eres la cara del equipo, y a través de los medios de comunicación, eres el portavoz del club y de los jugadores. Por eso, cada palabra pequeña, cada matiz, es importante. Cuando un extranjero no habla el idioma del país donde éste, sus días hasta que lo logra, son complicados.