Esperando a la fiesta final

La Real Sociedad de Fútbol está a 90 minutos de disputar la fase de grupos de la UEFA Champions League tras hacerlo por única vez en su historia en la temporada 2003/04. Su gran triunfo la pasada semana en la ida del play-off por 0-2 ante el Olympique Lyonnais, hace que toda una ciudad esté ilusionada con su equipo para el partido de vuelta el miércoles en Anoeta.

Los golazos de Antoine Griezmann y de Haris Seferovic en el Stade de Gerland para el conjunto de Jagoba Arrasate hacen que la presencia del equipo txuri urdin en el sorteo de la fase de grupos el jueves por la tarde en Mónaco esté muy cerca. Tras su última participación en la Champions hace casi diez años, donde fue eliminada por el propio Lyon en octavos de final, mucho ha sucedido en la Real Sociedad.

Tres temporadas después de aquello, la Real Sociedad descendió a la categoría de plata del fútbol español y tardó tres años en salir del pozo. Con un equipo basado en la cantera, el conjunto donostiarra regresó a la Liga y la pasada campaña terminó en el cuarto puesto. Ello le valió para disputar este play-off de la Champioms ante el Lyon, y en la victoria del pasado martes en Francia, la Real ganó con nueve jugadores en el once titular que estuvieron jugando con el equipo por los campos de la segunda división española.

Uno de ellos fue Griezmann, que de chilena marcó el primer gol ante el Lyon, el equipo de su infancia. "Estoy muy contento. Teníamos ganas de demostrar a Europa que somos un buen equipo y que jugamos bien al fútbol. En defensa estuvimos bien y aprovechamos nuestras oportunidades", señaló el joven jugador francés, que sobre su gol añadió: "Mis padres estaban en las gradas del estadio y se han puesto a llorar. Ha sido el mejor gol de mi carrera. Un golazo, en Champions, en Francia, en el campo del Lyon".

El portero Claudio Bravo, que no abandonó la disciplina de la Real Sociedad tras el descenso en 2007, se mostró muy feliz por debutar en competiciones europeas y por el partido realizado por sus compañeros. "Ha sido un sueño jugar un torneo europeo. Y encima con un gran partido. Además, ves a todos nuestros aficionados felices y todavía te sientes mejor. La verdad es que el partido fue perfecto, ya que marcamos dos goles y no nos hicieron ningun", comentó el portero chileno.

Con el pase cerca, Bravo se muestra confiando e ilusionado. "En el fútbol pueden pasar miles de cosas, pero esperamos que las negativas no se crucen en nuestro camino. Queremos que todo siga de la misma manera, que nuestra ambición e ilusión continúen, ya que son nuestras mejores armas", destacó el guardameta de 30 años.

Mientras los jugadores se muestran confiados aunque cautos, la afición no quiere despertar del sueño y llenará el miércoles el estadio de Anoeta. Y tal es la ilusión y expectación que se vive en San Sebastián, que el alcalde de la ciudad podría instalar una pantalla gigante en algún lugar de la ciudad para seguir un partido que puede provocar una gran fiesta entre la familia txuri urdin.