Las claves de aquella final de Lisboa

Club Atlético de Madrid y Real Madrid CF se enfrentan de nuevo en la UEFA Champions League en la ida de cuartos de final este martes, menos de un año después de la final del torneo del pasado año en Lisboa que pasó a ocupar un importante lugar en la historia de ambos clubes. Desde UEFA.com repasamos las claves de aquella final del 24 de mayo de 2014 y analizamos lo que ha cambiado desde entonces.

Atlético y Real Madrid llegaban de forma muy distinta a la final de Lisboa. Mientras que el equipo de Diego Simeone aterrizó en la capital portuguesa solo unos días después de proclamarse campeón de la Liga por primera vez desde 1996 gracias a su agónico empate en la última jornada ante el FC Barcelona en un duelo que era otra auténtica final, el Real Madrid parecía desde semanas antes tener únicamente en mente esa final en el Estádio do Sport Lisboa e Benfica después de una irregular recta final en el campeonato liguero.

Ese sorprendente triunfo en la Liga del Atlético, con el que muy pocos contaban antes del inicio de la campaña, dio un enorme empujón de moral a un equipo forjado a base de trabajo, sacrificio y a la enorme devoción a un entrenador que se había convertido ya en un ídolo y en un auténtico símbolo para toda la afición atlética. Sin embargo, el tener que pelear la Liga hasta el último minuto también tuvo como consecuencia un mayor desgaste físico para el Atlético, algo que acabó pagando en los instantes finales de la gran final de Lisboa y especialmente en la prórroga.

Los jugadores del Atlético celebran el título de la Liga©Getty Images

Tanto el cansancio físico como los problemas de lesiones fueron causa de preocupación para los dos equipos antes de la final, y Real Madrid y Atlético llegaban con bajas a la final. Por parte del equipo de Carlo Ancelotti, Pepe no llegó a tiempo de jugar la final, aunque fue sustituido por un Raphaël Varane muy solvente y acostumbrado ya a las grandes citas; y a pesar de que fueron titulares, Cristiano Ronaldo y Karim Benzema jugaron lejos de su mejor nivel físico.

En el Atlético, la situación fue incluso peor. El turco Arda Turan, la auténtica brújula del centro del campo de los rojiblancos, no pudo recuperarse a tiempo de una lesión y ni siquiera entró en la convocatoria, mientras que el máximo goleador del equipo Diego Costa sorprendía a todos al jugar de inicio después de haber sufrido una lesión solo unos días antes. Fue un espejismo para los seguidores del Atlético, ya que Diego Costa tuvo que retirarse del campo solo nueve minutos después del inicio, dejando a su equipo sin su mayor referente ofensivo y sin un posible cambio que hubiera sido muy valioso en los últimos minutos de partido. Otra lesión, la del lateral Filipe Luis al final del partido, terminó por desequilibrar la final a favor del Madrid.

Sin embargo, el cansancio no afectó a todos los jugadores por igual. Sergio Ramos y Ángel Di María llegaron a Lisboa quizá en el mejor momento de su carrera deportiva, y ambos fueron desequilibrantes para dar el título al Real Madrid tras una sufrida remontada. El primero había sido vital con sus goles en las semifinales ante el FC Bayern München, y su peligro en el juego aéreo volvió a quedar subrayado en el minuto 93, cuando al Madrid se le escapaba el título. El argentino, por su parte, fue un auténtico quebradero de cabeza para la defensa del Atlético con sus carreras por el costado izquierdo, especialmente en la segunda parte, y suya fue la jugada del gol que ponía por delante al Real Madrid ya en la prórroga del encuentro. Di María fue elegido como el jugador más valioso de esa final.

Pero no solo los jugadores fueron los protagonistas. También las decisiones desde los banquillos fueron clave para definir el resultado final del encuentro, y sobre todo una que tomó Carlo Ancelotti y que ya le había dado resultados antes. Solo unos meses antes, en un duelo en la Liga entre ambos que el Atlético estaba dominando con claridad, Ancelotti dio entrada en el campo a Marcelo e Isco y la situación se revirtió, permitiendo al Real Madrid empatar el encuentro. El italiano repitió la fórmula en Lisboa cuando su equipo estaba por debajo y no le salían las cosas en ataque. La entrada simultánea de Isco y el brasileño dio al Madrid una superioridad por el costado izquierdo que le permitió desequilibrar el duelo, y por ahí llegaron el segundo y el tercer gol del partido.

Mucho ha cambiado desde entonces. Desde esa final, el Real Madrid no ha ganado ninguno de los seis duelos que ha disputado ante el Atlético de Simeone, que ha logrado ante su gran rival la Supercopa de España, le ha eliminado de la Copa del Rey y le ha ganado sus dos partidos de Liga esta temporada, el último de ellos por un claro 4-0 con una gran exhibición.

El Real Madrid se encuentra incómodo cada vez que juega ante sus vecinos y le cuesta superar el entramado defensivo de Simeone, como demuestra el hecho de que solo ha conseguido cuatro goles en sus seis duelos ante el Atlético esta campaña. Sin embargo, el Madrid siempre se crece en la UEFA Champions League, y además de haber eliminado al equipo rojiblanco en las dos eliminatorias europeas entre ambos, cuenta con una mayor experiencia a este nivel, algo que podría ser clave si finalmente se da la igualdad que se espera. Los cuartos de final comienzan el martes con un primer asalto en el Estadio Vicente Calderón, y lo hacen sin un claro favorito, aunque si hay algo asegurado es la pasión y la tensión que se vivirán en el campo, como aquel día de mayo del pasado año en Lisboa.