Franz Beckenbauer: un coloso del fútbol

Franz Beckenbauer fue y sigue siendo 'El Káiser', un hombre que se ha mantenido en el pináculo del futbol alemán durante más de medio siglo. Sin duda, uno de los más grandes del fútbol de todos los tiempos.

Su apodo llegó a principios de su carrera. En Viena, con el Bayern München durante un amistoso en 1968, el jugador de 22 años se fotografió junto a un busto del emperador austríaco (o un Káiser) Franz Joseph I. Fue un símil perfecto para un hombre que incluso en su juventud, derrochaba liderazgo, elegancia y preeminencia.

En 1968 ya había jugado una final de la Copa Mundial de la FIFA, levantado la Recopa de la UEFA y ganado el primero de los cuatro reconocimientos al Jugador del Año en Alemania, aunque eso sólo era el comienzo. Al momento de su retiro en 1983 había añadido cinco títulos de Bundesliga, cuatro copas de Alemania, tres Copas de Europa, la Copa del Mundo y el Campeonato de Europa de la UEFA de 1972. 

Muchos de sus momentos de gloria fueron con el Bayern, un club al que ayudó a pasar de ser el segundo más grande de Múnich a toda una potencia en el fútbol europeo, algo que aún se mantiene. Por poco, todo pudo ser diferente. Con 13 años, Beckenbauer tenía su corazón en el 1860 München, pero un partido entre los filiales del SC 1906 München y el Bayern lo cambió todo.

El entonces joven jugador fue abofeteado por un jugador del 1860 y, en consecuencia, decidió fichar por el Bayern. "Fue cosa del destino que nos cruzásemos en ese partido y que me convirtiese en un jugador del Bayern, en lugar de un futbolista del 1860", recordó Beckenbauer.

Hizo su debut con el Bayern en la segunda división a los 18 años, enmarcando ese partido con un gol desde el centro del campo. Pronto sus cualidades se hicieron mejores, esta vez en el centro de la defensa. Desde allí orquestó los ataques desde su mitad del campo (sus centros con el exterior del pie eran su marca): mejoró el arte de las barridas y la posición del líbero. 

Der Kaiser levanta la Copa del Mundo en 1974©Getty Images

Aliado con los talentos de Gerd Müller y Sepp Maier, Beckenbauer ayudó a los bávaros a dominar el fútbol en Alemania y, con tres Copas de Europa entre 1974 y 1976, en el continente. Beckenbauer posteriormente se fue a Estados Unidos e hizo del New York Cosmos una gran potencia con tres campeonatos en cuatro años.

Tras un breve paso (y otro título) con el Hamburgo, y un regreso a Nueva York, colgó las botas en 1983. ¿Cómo continúa eso? Cómo sólo el Káiser podría. En los siguientes tres años guio a Alemania Occidental a la final de la Copa del Mundo 1986. Argentina se llevó el título, pero la reedición de la final cuatro años más tarde fue más feliz para Alemania.

Beckenbauer es uno de los dos hombres que han ganado un Mundial como jugador y como entrenador tras capitanear a la selección germana hacia la gloria en 1974. Pronto lo dejó y tras conquistar títulos con el Marsella y el Bayern, así como la Copa de la UEFA 1996, pasó a cumplir funciones en la parte administrativa, haciéndolo con su propio estilo. 

Presidente del Bayern durante 15 años, Beckenbauer lideró la propuesta de Alemania para celebrar la Copa del Mundo de 2006, y se encargó del comité organizador. "Mi papel está aquí", afirmó. Y ahí estuvo. Con un helicóptero patrocinado a su disposición, Beckenbauer observó 46 de los 64 juegos. El momento en el que el cámara le enfocó entre las gradas, fue tan relevante como el momento en el que el colegiado pitó el inicio del torneo.

En 1994, Beckenbauer fue un invitado en das aktuelle sportstudio, un programa de televisión alemana que ya cumple su sexta década. Un invitado normal debería patear el balón a pequeños objetivos en la pared. Muy sencillo para Beckenbauer. Para él, el balón estaba sobre un vaso de cerveza: 'El Káiser' cumplió con el objetivo sin casi derramar el vaso. "Cuando se trata de fútbol, los jugadores puede hacer cualquier cosa", pensamos todos. Estábamos en lo cierto. 

¡Feliz cumpleaños, Der Kaiser!©Getty Images