Gran noche para los actores secundarios

Tras dos partidos y una prórroga sin goles, se podría pensar que la eliminatoria entre Club Atlético de Madrid y PSV Eindhoven fue una oda al aburrimiento. Pero lo cierto es que ambos partidos tuvieron ocasiones, ritmo y tensión, y especialmente en la vuelta más de un aficionado tuvo problemas para contener los nervios.

Un veterano de 21 años
Por las razones antes expuestas tal vez sorprenda que el jugador del partido en el choque de vuelta acabe de superar la veintena. José María Giménez volvió a mostrar su mejor versión. Exuberancia física en el corte y en el juego aéreo, anticipación y amenaza para el rival a balón parado. Luuk de Jong se acordará bien del uruguayo… "Sabíamos que íbamos a tener un duelo bastante lindo con el 9 de ellos. Era grande, era fuerte y estuvimos bien. Se pudo controlar a ese delantero, se dejó la puerta a cero pero por desgracia no se pudo convertir ningún gol".

En la decisiva tanda de penaltis, en la que solo se falló uno de los 16 lanzamientos, Giménez también dio el tipo: "Me tocó patear un penal al final y ese fue el momento más difícil. Es un momento muy complicado, es como si la portería estuviese a 50 metros. Por suerte tenía decidido donde tirarlo y por suerte no se tiró ahí el portero y entró. Cuando entra el balón vuelve el alma al cuerpo, es un alivio".

Novatos, pero sobradamente preparados
Llegados al Atlético en el mercado invernal, la experiencia en UEFA Champions League de Augusto Fernández y Matías Kranevitter se reducía a cero antes de vestir la camiseta rojiblanca. El ex jugador del RC Celta de Vigo al menos contaba con experiencia en el fútbol europeo, y este martes ante el PSV Diego Simeone apostó por él como titular. Augusto se dejó la piel hasta que fue sustituido por Fernando Torres y tras el choque hizo una lectura muy positiva. "Este resultado en Champions, y de la manera que se dio nos da impulso para lo que viene. Hay disfrutarlo hoy y a partir de mañana pensar en el partido del sábado. Son eliminatorias duras, el rival se cerraba bien para defender, te dejaba pocos espacios para pasar el balón y fue complicado. Este triunfo y el apoyo de la gente es muy importante en lo anímico. Ahora hay una euforia medida porque hay madurez en el plantel", afirmó.

Juanfran, después de anotar el penalti definitivo©AFP/Getty Images

Por su parte, Kranevitter está dando sus primeros pasos en el fútbol del Viejo Continente, pero la joven promesa formada en CA River Plate hace alarde de una madurez encomiable dentro del campo teniendo en cuenta su juventud y el calibre del partido. "Fue una noche increíble. Se sufrió hasta el final pero lo importante es que pudimos pasar. Los penales son decisivos y pueden ser para cualquiera. Fue una victoria muy agradable y nos vamos contentos. Todos los rivales que nos pueden tocar van a ser complicados, así que bueno, solamente queda esperar", declaró Kranevitter en zona mixta.

Tristeza y orgullo
La cruz de la moneda tras el agónica duelo fue para el PSV. El equipo holandés fue visto por muchos como un rival asequible para el Atlético tras el sorteo y la realidad tras los dos partidos ha sido muy distinta como bien reflejó su capitán Andrés Guardado: "Antes de la eliminatoria todos nos daban por muertos, nadie apostaba por nosotros y hemos estado muy cerca de eliminarlos. Hemos demostrado que le podemos plantar cara a todo un Atlético de Madrid, que va segundo en la liga española".

El mexicano reconoce que el sueño de plantarse en cuartos estuvo cerca, pero que ahora el equipo debe crecer a partir de esta derrota para centrarse en sus próximos objetivos. "Nos quedamos con un sentimiento de tristeza importante. Obviamente llegar hasta el final y estar tan cerca hace que la derrota sea todavía más dolorosa. Pero en el vestuario hemos nos hemos dicho que podemos estar orgullosos de la eliminatoria que hicimos. Nos faltó un poco de contundencia en ataque, ser un poco más atrevidos. Ahora a intentar ganar la liga en Holanda para estar en la próxima Champions", declaró Guardado a UEFA.com en el Vicente Calderón.