Baía dirige el fuego de los dragones
miércoles, 26 de mayo de 2004
Resumen del artículo
Desde el portero Vítor Baía, logrando el triplete europeo, al joven delantero Carlos Alberto, el Oporto es un digno campeón.
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Por Matthew Spiro en Gelsenkirchen
El portero del FC Porto Vítor Baía se unió al selecto grupo de jugadores que han logrado ganar los tres títulos continentales, añadiendo la UEFA Champions League a sus anteriores Recopa de Europa de la UEFA y Copa de la UEFA.
Portero tranquilo
El portero, de 35 años, que ganó la desaparecida Recopa de Europa con el FC Barcelona en 1997 y la Copa de la UEFA la pasada temporada con el Oporto, se ha convertido en el décimo jugador que logra el triplete al imponerse al AS Monaco FC por 3-0. Puede que esté en el ocaso de su carrera, y nunca más sea portero titular con la selección portuguesa, pero hay pocos porteros en Portugal que posean su calma en los partidos importantes.
Baía atento
La defensa del Oporto comenzó nerviosa. Un pase de Lucas Bernardi dejó solo a Ludovic Giuly ante la portería rival a los tres minutos. Pero ha sido lo habitual las últimas dos temporadas, en las cuales el Oporto ha logrado ganar cinco grandes títulos. El portero estuvo atento ante esta jugada, saliendo del área para realizar una entrada decisiva cortando la jugada.
Ganando confianza
El Oporto ganó en confianza y Baía tuvo que intervenir poco. De nuevo demostró sus cualidades en el minuto 58 cuando rechazó valientemente el saque de falta de Jérôme Rothen de puños, llevándose un fuerte golpe de Fernando Morientes en la jugada.
Los predecesores impresionados
La actuación de Baía asentó a su equipo y dio confianza a sus compañeros. La increíble unión que José Mourinho ha creado en el equipo funcionó para dar al Oporto su máximo título europeo desde 1987. Varios jugadores del Oporto que venció al FC Bayern München hace 17 años estuvieron presentes en el Arena AufSchalke viendo a sus sucesores, y estos últimos no podían fallarles.
Interpretación campechana
La atmósfera se fue creando mucho antes del saque inicial ya que los aficionados del Oporto ocuparon mucho con bastante antelación las gradas para ver el calentamiento de sus jugadores. Una sentida interpretación del himno del Oporto “Hijos del Dragón” sonó por el campo, aunque sus cánticos pasaron a silbidos cuando apareció en los videomarcadores del estadio el ex delantero del Mónaco Jürgen Klinsman prediciendo la victoria de su antiguo equipo en una entrevista.
Atmósfera maravillosa
Las condiciones climáticas, templadas en Gelsenkirchen permitieron que el techo retractable no se tuviera que utilizar, permitiendo que con su complicada red de tubos los niveles de ruido alcanzaran un sonido impresionante. Esos tubos fueron el centro de atención antes del inicio al igual que los artistas que se descolgaronde ellos mientras unos valientes trapecistas descendieron hacia el campo de forma espectacular.
Nuevo talento
No faltó entusiasmo en el campo a la hora de comenzar el partido. Algún aficionado neutral se puede haber lamentado de la falta de estrellas internacionales en el encuentro, pero el Mónaco y el Oporto ofrecieron al público, estimado en 250 millones de espectadores en todo el mundo, la oportunidad de ver a algunos de los jóvenes talentos de Europa. Entre los mejores debe estar el delantero brasileño del Oporto Carlos Alberto de 19 años, que llegó al club en enero procedente del Fluminense FC. Marcó el primer gol del encuentro con su oportunismo en el minuto 39.
Poder defensivo
Rothen y Patrice Evra, dos de las estrellas del Mónaco esta temporada en la banda izquierda, vieron como su actuación fue oscurecida por el joven lateral derecho del Oporto Paulo Ferreira. Deco, que marcó el segundo gol del Oporto, realizó otra actuación virtuosa, mientras el defensa central Ricardo Carvalho fue el que ordenaba al equipo desde atrás.
El valor de la experiencia
Los magníficos jugadores jóvenes del Oporto y el Mónaco han sido una de las características de la competición durante esta temporada, y parece seguro que estarán en lo más alto en los próximos años. Pero cada equipo grande necesita experiencia, y Baía es justo lo que tiene.