'El milagro de Estambul': la victoria del Liverpool en la final de 2005
miércoles, 17 de mayo de 2023
Resumen del artículo
La final de la UEFA Champions League 2023 se jugará en el Atatürk Olympic Stadium, donde se disputó la histórica final entre Liverpool y Milan en 2005. Repasamos el 'Milagro de Estambul'.
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La final de la UEFA Champions League 2023 se jugará en el Atatürk Olympic Stadium, donde se disputó la histórica final entre Liverpool y Milan en 2005. Repasamos el 'Milagro de Estambul'.
La previa
Jerzy Dudek, portero del Liverpool
"Fuimos a España durante una semana para prepararnos, buscando entrenarnos con el mismo tipo de humedad y la misma temperatura que íbamos a tener en la final. Estuvimos trabajando allí durante una semana y fue especial, sabíamos que era especial. Recuerdo que Rafa siempre nos decía: "Escuchad chicos, sabed que tenemos gente viendo al Milan, observando cómo se entrenan. El estado físico que tienen no es bueno, han tenido algunos problemas con su condición física".
En los vestuarios
Luis García, delantero del Liverpool
"Los jugadores normalmente tienen su propia rutina. La mía era concentrarme en quién tenía delante y qué podía hacer para vencerlo. Solía entrar en el vestuario, me vestía rápidamente y cogía una pelota y comenzaba a moverla. La movía y la movía, adquiriendo confianza, y eso me ayudaba a liberar toda la tensión y el estrés que se genera en esa hora y media o 24 horas antes de estos grandes partidos".
El himno de la Champions League
Luis García
"Cuando la cámara comenzó a moverse mientras sonaba el himno y enfocó a los jugadores, se podían ver los nervios y la tensión del momento. Yo estaba sonriendo. No intentaba ser arrogante ni nada de eso. Sólo estaba disfrutando del momento y eso me hizo sonreír. Por supuesto después, cuando estás en el terreno de juego, estás concentrado y atento".
Resultado al descanso: Milan - Liverpool 3-0
Jerzy Dudek
"Estábamos en shock. Fuimos al vestuario. Algunos de los jugadores estaban muy enfadados, otros estaban muy tristes. Alex Miller, asistente de Rafa Benítez, dijo: "Olvidad el primer tiempo. Primero tenéis que marcar el gol lo más rápido posible. Luego, hay que marcar el segundo gol y, cuando empiecen a entrar en pánico, vais a anotar el tercer gol enseguida, porque sois ingleses, sois el Liverpool, siempre jugáis hasta el final.
Hicimos un círculo y Steven Gerrard dijo: "Escuchad, chicos. ¿Oís eso? Todavía creen en nosotros. Tenemos que devolvérselo". No pensamos que podríamos llegar a marcar esos tres goles, pero queríamos mantener nuestro nivel, nuestro carácter. Queríamos marcar, tal vez, un gol por nuestros aficionados".
La segunda parte
Jerzy Dudek
"Fue un comienzo mágico cuando salimos. Empezamos a escuchar cómo los aficionados cantaban "You'll Never Walk Alone", 1.000, 10.000, 20.000, 30.000, 40.000 personas, se pusieron de pie y empezaron a cantar. Hamann entró y creo que esa fue la clave, fue un jugador esencial para evitar que pasaran por el medio, y mantuvo el balón, lo cual era muy importante".
Rafael Benítez, entrenador del Liverpool
"Siempre digo que Ancelotti estuvo acertado, Serginho fue un buen recambio para el Milan en el minuto 86, amplió el ataque. Reaccionamos correctamente poniendo a Steven por la derecha porque podía aguantarlo y también atacar".
Prórroga
Jerzy Dudek
"Alguien centró el balón al área y vi a dos, tres jugadores. Uno de ellos era Jon Dahl Tomasson, y el otro era 'Sheva' (Andriy Shevchenko), y le grité a Sami Hyypiä que alguien estaba a su espalda. Y luego me giré, y detuve el cabezazo, el primer cabezazo. La pelota rebotó justo delante de mí, un balón difícil. Justo había despejado el primer remate en la línea de portería y me dije: "Sí, ahora tienes que esperar el otro remate (de Andriy Shevchenko).
Tienes que salir de la línea y hacerte lo más grande posible porque sólo tienes unos pocos segundos. 'Sheva' remató con todas sus fuerzas en ese disparo, y por eso me dio la oportunidad de detenerlo. Fue un poco de intuición, un poco de suerte, un poco de entrenamiento".
Tanda de penaltis
Rafael Benítez
"Cuando se trataba de penaltis, eso era resultado de la suerte y el trabajo duro, porque de los cinco lanzadores de penaltis que tenía el Milan, conocíamos muy bien a cuatro de ellos y sabíamos por dónde solían disparar. Habíamos estado recopilando información y estadísticas sobre ellos durante algún tiempo. Eso formaba parte, una vez más, de nuestra naturaleza metódica".
Luis García
"Le pedí a Rafa Benítez que me dejara lanzar un penalti y me dijo que no. Me sorprendió porque cuando estaba con él en Tenerife, yo era el responsable de los penaltis. Le pregunté por segunda vez y me dijo: "No, porque estás cansado y sentiste calambres, y prefiero dejar que otro jugador lo tire". Como vio que yo estaba muy interesado en tirar, me dijo: "Está bien, tú lanzarás el sexto". Nunca sabremos si lo hubiera metido o no".
Jerzy Dudek
"Cuando llegó la tanda de penaltis, fui directamente al entrenador de porteros, José Ochotorena. Antes de ese partido, vi algo así como 100 penaltis del Milan, de la anterior final de la Champions League y muchos más. Le dije: "Ocho, cuando te mire, levantas la mano, derecha o izquierda. Les provocaré para que tiren a su lado favorito".
De repente, Carra (Jamie Carragher) saltó sobre mi espalda, empujándome, "¡Jerzy, vamos Jerzy! Tienes que desconcentrarles, meterles presión! ¡Más presión! Vamos, ¡Haz algo! Recuerda a Bruce, recuerda a Bruce Grobbelaar". No quería hacerles reír, solo quería meterles más presión a sus lanzadores.
En el primer penalti, me moví un poco. Un poco a la izquierda, a la derecha, levantando mis manos como semáforos, y falló. Y luego el siguiente lanzamiento, yo estaba haciendo temblar mis piernas como si fueran espaguetis, como cuando vi a Bruce en la final de la Copa de Europa de 1984. Cuando lo paré, yo sabía que estaba fuera de la línea. Vi al árbitro y me dije a mí mismo: "Si miras directamente a los ojos del árbitro, anulará la parada". Entonces me giré hacia los aficionados, estaban animando, todo estaba bien".
La celebración
Rafael Benítez
"¿Pesa la Copa? Ni siquiera te das cuenta. Aunque pesara cien kilos, la cogerías de todas formas. Una vez que alcanzas esa euforia, esa satisfacción y felicidad, disfrutas del momento y ves todo lo que te rodea, todo el color rojo con tanta gente con tanta pasión.
Disparan el confeti y se convierte en una fiesta. Mientras se celebraba esa fiesta, tenía un amigo fuera al que no se le permitía entrar. Así que me llamaron y me dijeron: "Oye, hay un amigo tuyo afuera al que no le permiten entrar". Así que salí a buscarle y, después de encontrarle, intentamos volver a acceder y no tenía mi acreditación y el guardia de seguridad no me dejó entrar. Entonces, mi amigo dijo: "¿Sabe usted quién es este caballero? Es Dios, este caballero es Dios". Finalmente, el guardia nos dejó pasar".