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In the Zone: análisis del Copenhague - Man City 1-3

El Observador Técnico de la UEFA Ole Gunnar Solskjær analiza cómo el Manchester City superó al Copenhague por 1-3 el martes, contrarrestando la presión zonal, sacando de su esquema al conjunto danés y rotando sus opciones de ataque.

Phil Foden tuvo un rol clave en el triunfo del City ante el Copenhague
Phil Foden tuvo un rol clave en el triunfo del City ante el Copenhague

El Manchester City sumó su vigésimo partido invicto en la Champions League con la victoria del martes en Copenhague (1-3) en la ida de los octavos de final.

En este artículo, ofrecido por FedEx, el observador técnico de la UEFA Ole Gunnar Solskjær explica tres características tácticas clave del éxito de los campeones de Europa en Dinamarca junto con el equipo de análisis de rendimiento de la UEFA.

Formaciones de los equipos

El City responde a la presión zonal (tanto con 4-3-3 como con 5-3-2)

In the Zone: cómo el Man City aprovechó los espacios

El Copenhague jugó con cuatro defensas en la primera parte, con sus laterales presionando a los jugadores de banda del City. Sin embargo, el City empezó bien y puso en aprietos a la defensa local con diversos recursos.

Los hombres de Pep Guardiola utilizaron toda la anchura del campo y evitaron la presión del Copenhague cuando volvieron a un 4-3-3. Y crearon jugadas muy peligrosas, normalmente hacia Kevin De Bruyne o Bernardo Silva, quienes, con una sincronización perfecta, fueron capaces de correr hacia los espacios entre el lateral y el central. Fue Foden quien puso el balón en el espacio para que De Bruyne adelantara al City, y luego la conexión De Bruyne-Bernardo Silva produjo el segundo gol del City.

La presión zonal fue una característica que los observadores y analistas de la UEFA analizaron tras la fase de grupos, y Guardiola habló en su rueda de prensa posterior al partido sobre cómo había intentado contrarrestarla el City: "No ves a sus jugadores venir a presionar, defienden el espacio y por eso tuvimos que ser tan pacientes y [elegir] los momentos adecuados: izquierda, derecha, moverlos y en el momento adecuado atacarlos, para no conceder transiciones".

El Copenhague merece elogios por su cambio a un quinteto defensivo en el descanso y por la forma en que contuvo con éxito al City durante gran parte del segundo acto. El propio Guardiola lo reconoció: "En la segunda parte jugaron con cinco atrás y no había espacios". Los centrales locales lograron frenar algunas de las internadas, aunque con la calidad del City aún se las arreglaron para jugar en torno al 5-3-2 defensivo. Y al final llegaron a las zonas decisivas entre los centrales. Foden fue crucial, como se vio en el gol final, cuando combinó con Erling Haaland para llegar por detrás de los centrales y abrirse espacio justo delante de la portería para marcar.

En general, el City parecía muy automatizado, con jugadas claramente sacadas de la pizarra. Cuando el balón se va hacia fuera, el centrocampista se adentra en el área para esperar recibir el balón y luego cederlo para Haaland u otro jugador que llegue. Como adversario, sabes lo que te espera, pero lo hacen tan bien y tan a menudo que crean ocasiones y goles. Si dejamos a un lado el ambiente ruidoso y los esfuerzos del Copenhague, a veces parecía una sesión de entrenamiento, con el City tan consciente de la sincronización de las carreras y de cuándo entrar por detrás de los defensas y cuándo jugar el balón. El pase de Foden para el gol de De Bruyne es el ejemplo perfecto. Por eso Guardiola describió esta victoria a domicilio por 1-3 como "perfecta".

El City escapa de la presión

In the Zone: el City escapa de la presión

El Copenhague sometió al equipo de Guardiola a una fuerte presión directa, pero el City también supo aprovechar muy bien esa presión para sacar a los jugadores locales de sus posiciones. Y tal es su capacidad técnica, que fueron capaces de conservar el balón y moverlo hacia los espacios y hacer progresar sus ataques.

El City siempre tiene un jugador de apoyo detrás. Si está demasiado junto, puede pasar hacia atrás una vez más. Juegan con uno o dos toques. Y, de vez en cuando, utilizan su brillantez individual para superar a un rival, pero sólo cuando es seguro hacerlo.

Como dijo Jacob Neestrup, entrenador del Copenhague, del City: "Saben exactamente qué hacer en cada situación". Aunque Neestrup quería que sus jugadores "interrumpieran su ritmo", en lugar de eso "empezaron a correr detrás de ellos y eso nos lo puso muy difícil".

Como podemos ver en el vídeo, los jugadores del City son muy buenos recibiendo el balón a pie cambiado, incluso moviéndose hacia atrás en espacios reducidos con jugadores a su alrededor, tan conscientes de las posiciones de los demás. Arriba, Jack Grealish y Foden están preparados para recibir el balón a contrapié y luego avanzar y dar el pase. La atención, la concentración y los movimientos de Rodri son excepcionales. Como ya he dicho, usan uno o dos toques todo el tiempo.

El propio Guardiola explicó después que había exigido muchos toques ("1.000 pases") a sus jugadores para que el City jugara el partido al ritmo que quería y tranquilizar al público local. "En este tipo de partidos hacen una transición y sufres mucho, así que queríamos hacer el tempo adecuado: ni lento, ni rápido", dijo.

Rotación y progresión

In the Zone: la rotación y progresión del City

Los jugadores del City se mueven constantemente, cerca y lejos de sus rivales, siempre tanteando. El Copenhague comenzó con una defensa zonal 4-5-1 en la que se centró en defender el espacio más que en los jugadores del City, como puede verse en los primeros vídeos de arriba.

"Son un equipo difícil que no viene a llevarse el balón, defienden el espacio", dijo Guardiola, y el City respondió rotando a sus jugadores. No lo tuvieron fácil los centrocampistas locales, con Bernardo Silva y De Bruyne consiguiendo llegar a los espacios del otro lado y el City estirando la línea defensiva de los anfitriones. Ahí es donde los visitantes les hicieron más daño.

Volviendo a la petición de Guardiola a sus jugadores de "hacer 1.000 pases", el técnico del City se explayó: "Queríamos jugar mucho con Phil y Jack, y en el momento adecuado hacer las transiciones y el cambio de juego". Al Copenhague le resultó muy difícil contener esas transiciones, con jugadores como De Bruyne, Bernardo Silva, Foden, Stones y Rodri intercambiando posiciones constantemente y apareciendo en nuevas posiciones en el tercio final. Permutan, progresan, combinan bajo presión, recuperan.

En este sentido, Stones dio un paso al frente durante todo el partido, creando una superioridad numérica en el centro del campo. Fueron capaces de mantener la posesión y de hacer retroceder al Copenhague hasta el fondo de su propio campo. Los dos números 10 (Bernardo Silva y De Bruyne) se movían y buscaban espacios, y sus compañeros los buscaban constantemente.

El Copenhague sacó al City de su ritmo. Podían ser agresivos y lograron desestabilizar al City tras la expulsión de Grealish a los 21 minutos. Consiguieron empatar, pero entonces el City subió el ritmo. El City espera y espera el momento oportuno, un error o un fallo de concentración. Avanzan, se mueven el balón y entonces te golpean.

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