Entrevista con Vincent Kompany: el reto de entrenar al Bayern

Vincent Kompany está acostumbrado al éxito. Considerado una estrella desde sus años en el Anderlecht, donde ganó dos títulos de liga, el defensa confirmó su potencial en el Manchester City. El belga conquistó cuatro títulos de la Premier League y dos FA Cup, y fue capitán del club durante la mayor parte de su etapa en Inglaterra.

Ahora, tras su paso por el Anderlecht y el Burnley, el técnico de 38 años regresa a la UEFA Champions League, uno de los pocos campeonatos que se le resistieron durante su carrera como jugador, con un Bayern que busca su séptima corona europea.

Sobre lo que tiene que tener un gran líder

"Debería ser capaz de anteponer el equipo a uno mismo. Muy sencillo. Es fácil decirlo, no es tan fácil hacerlo. Tuve la suerte de estar rodeado de muchos referentes, de muchos líderes. Tuve la suerte de jugar con Patrick Vieira, Frank Lampard, que fueron líderes en sus clubes durante muchos años, pero también tuve entrenadores que eran buenos líderes. También tuve a mis padres. Y sacas un poco de todo, pero para mí lo más parecido al liderazgo siempre será lo que tienes más cerca, y eso permanece en todo lo que intento hacer".

"Uno se gana la confianza y el respeto simplemente tratando de ser honesto, diciendo lo que piensa, cuando lo piensa. Una actitud del tipo 'di lo que piensas y piensa lo que dices'. Puede que no siempre consigas popularidad con ello porque, como gestor, no es necesariamente posible ser siempre popular, al menos no a corto plazo".

Sobre cómo desarrolló su liderazgo como capitán del Manchester City

"Hay diferentes fases en el liderazgo. Durante mi etapa en el Manchester City como capitán, probablemente también evolucioné en ese sentido: el capitán que fui en mi primera etapa no era el capitán que fui en mi última etapa. Llega con la edad, con la madurez. La transición es mucho mayor cuando haces las cosas por ti mismo y quieres ser el líder, el más fuerte, el más rápido, el más agresivo, el más importante del equipo. Mientras que cuando te haces un poco mayor, quieres ser el que hace mejores a todos los que te rodean, quieres ser el que lo calma todo, o el que motiva a todos, y creo que esa transición se produce incluso en tu liderazgo".

Sobre cómo ha crecido como entrenador

"Creo que la mejor decisión que tomé fue salir de mi zona de confort. Tenía la opción de quedarme en los grandes clubes y seguir en el equipo juvenil para luego, con suerte, ascender de nuevo a la élite, pero me metí de lleno en el trabajo y aprendí a lidiar con plantillas cambiantes, jugadores jóvenes, jugadores mayores, jugadores que pueden ejecutar ciertas cosas pero no todo, desde situaciones difíciles en cuanto a resultados hasta tener el subidón extremo de ganarlo casi todo. Así que he vivido todo eso y sólo tengo 38 años. Y me da la sensación de llevar ya mucho, mucho tiempo en esto, y eso es algo que no cambiaría por nada del mundo. Ha sido un aprendizaje fantástico".

Sobre la evolución del trabajo de entrenador desde que empezó a jugar

"Los entrenadores y el fútbol siempre evolucionan, y probablemente teníamos mucha menos información táctica cuando yo empecé mi carrera. Ahora puedes ir a cualquier nivel del fútbol y verás detalles tácticos, verás que se analiza tanto al rival como a tu propio equipo. Cuando yo empecé, quizá no ocurría tanto, pero al final de mi carrera sí. Supongo que siempre intentamos superar esos límites para ver si hay algo que podamos hacer individualmente con los jugadores, si hay algo que podamos añadir en los terrenos de juego. Todo el mundo está tratando de superar esa línea para ver qué va a ser lo próximo, y eso es emocionante".

Sobre la importancia de tener una filosofía y una visión claras, y cómo comunicarlas

"Probablemente sea lo más importante: tener claridad. La claridad no es sólo táctica, sino también de quiénes somos como equipo, quiénes somos como grupo. El resto, creo que se comunica de diferentes maneras. A veces en una pantalla de vídeo o sobre el terreno de juego, pero también con el lenguaje corporal, con las sensaciones".

"Soy de Bruselas y hablamos muchos idiomas diferentes. Sólo en Bruselas puedes hablar francés, neerlandés, quizá un poco de árabe o lingala del Congo, italiano, español... Todo está mezclado. Y te das cuenta de que, a menos que te comuniques con la gente, nadie hará lo que tú quieres que hagan, y eso es gran parte de lo que aprendemos. Me lo llevo conmigo cuando me comunico con el grupo".

"La comunicación también es muy individual, así que hay algunas cosas, algunos mensajes, que sólo pueden decirse de determinada manera a determinadas personas. Pero luego hay mensajes fundamentales, en los que ellos también tienen que aceptar que vas a comunicarte de la manera que sea necesaria para lograr tu objetivo. Es crucial, y no va a ser menos en el futuro. Intentamos mantenernos en esa línea".

Sobre lo que representa el Bayern y sus objetivos en la Champions League

"Si juegas contra el Bayern, tiene que suponer una misión casi imposible. No digo que vaya a ocurrir enseguida, no digo que estemos en esa situación ahora mismo, pero cuando he jugado contra los mejores equipos del Bayern, podían darte esa sensación. No es así todos los años, pero algunos equipos te han dado esa sensación y eso es lo que recuerdas. Para nosotros, el objetivo es volver lo antes posible a transmitir esa sensación a los rivales".

"Los objetivos son muy sencillos. Siempre quieres el máximo nivel. Para nosotros, siempre que hablamos de cualquier partido, de cualquier título, se trata de intentar ganar la competición, y la Champions League es obviamente la más difícil. Con los equipos que la han ganado en los últimos años, hay algunos que obviamente aspirarán a lo mismo, pero la final es en un escenario especial y aquí hay un sentimiento muy particular en torno a la Champions League".