Rooney conquista San Siro

El AC Milan y el Manchester United FC firmaron un disputado choque a la altura del prestigio de ambos clubes en la ida de los octavos de final de la UEFA Champions League que se jugó en el Stadio Giuseppe Meazza de Milán. El conjunto inglés, con un gran Wayne Rooney, acabó imponiéndose por 2-3 ante un Milan que funcionó a rachas.

El partido comenzó como mejor podía hacerlo, con gol. En el minuto 3 un centro desde la derecha en uno de los primeros ataques del Milan le llegó a Ronaldinho, que no dudó ni un instante y enganchó una volea que tras pegar en Michael Carrick se coló en la portería de Edwin van der Sar tras engañar completamente el rechace al portero holandés. Fue un inicio soñado para el Milan, que tras el gol se quitó la totalmente la presión y siguió buscando la espalda de la defensa inglesa con balones diagonales hacia Alexandre Pato y Ronaldinho, que tuvo otra gran ocasión en el minuto 7.

El Milan crecía con cada minuto de partido. Prueba clara de ello fue el atrevimiento de sus defensas Thiago Silva y Luca Antonini en una gran jugada que comenzó el central brasileño desde la frontal de su propio área. El joven jugador avanzó con poderío hasta el área rival para asistir a Antonini, que tras un buen recorte sobre un defensor del United erró el remate. Grandes sensaciones las que dejó el Milan en el primer cuarto de hora ante un Manchester desubicado que apenas disfrutaba de posesión de balón.

El primer intento del Manchester United se hizo esperar hasta el minuto 19. Fue a través de un disparo lejano de Wayne Rooney que se marchó rozando el poste izquierdo del marco defendido por Dida. Este disparó hizo que el conjunto de Alex Ferguson se sacudiera un poco la presión del Milan y poco a poco fue elaborando un poco más su fútbol. Pero eso no evitó los contraataques del club lombardo, que al verse más presionado abusó más de los balones largos hacia Klaas Jan Huntelaar, que tuvo un par de ocasiones claras superada la media hora de partido.

Y tras ese par de llegadas locales llegó el momento de fortuna para el Manchester United. Tras una buena internada de Darren Fletcher por la derecha, el escocés puso un centro a media altura que Paul Scholes remató de forma defectuosa con su pie derecho con la buena suerte de que al rebotar la pelota en su espinilla izquierda se introdujo en la portería de Dida. En esa jugada se lesionó Antonini, que tuvo que ser sustituido por Giuseppe Favalli justo antes del descanso.

La segunda mitad se inició con una prodigiosa parada de Van der Sar tras un saque de falta de Andrea Pirlo. A dicha ocasión le siguieron varios minutos de juego bien elaborado por parte del United, aunque carente de profundidad. Eso motivo la entrada en el campo de un hombre como Luis Antonio Valencia, que remplazó a un agotado Nani.

E inmediatamente el cambio surtió efecto. La primera jugada del extremo ecuatoriano acabó en un gran centro al segundo palo que fue rematado de cabeza de forma magistral por Rooney en el minuto 66. El ariete inglés, siempre participativo y luchador, silenció San Siro y encarriló la eliminatoria para el equipo de Old Trafford cuando hizo el segundo de su cuenta particular y tercero del Manchester united, de nuevo de cabeza, en el minuto 74. El internacional inglés resultó devastador para una cada vez más cansada defensa italiana.

Pero el cansancio no evitó que apareciera la magia, la magia de Ronaldinho al asistir a Clarence Seedorf para que el veterano holandés recortara distancias con un magnífico taconazo. Incluso pudo empatar el Milan tras un disparo de Filippo Inzaghi que se marchó desviado y un remate de cabeza de Silva que no vio puerta. En el último minuto Michael Carrick vio la segunda tarjeta amarilla y fue expulsado, y el choque finalizó con el 2-3 tras 90 minutos en los que el Milan comenzó de forma brillante y acabó claramente derrotado ante un Manchester United más sólido, más efectivo y que tras conquistar San Siro se deja muy de cara la eliminatoria de octavos.