Los primeros de la clase
sábado, 19 de junio de 2004
Resumen del artículo
Holanda - República Checa 2-3
Los checos remontaron dos goles y se clasificaron para cuartos en un partido memorable.
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Cuerpo del artículo
La República Checa era una máquina de hacer goles y una fábrica de fútbol espectáculo cuando ganó por 2-3 a Holanda.
El grandullón Jan Koller estuvo cerca de abrir el marcador en el minuto dos si no llega a echar a las nubes un perfecto pase de Tomás Rosický que le dejo perfilado ante la puerta de Edwin Van der Sar. Era el aviso de que había partido. La confirmación llegó poco después. En el 4', Holanda, Arjen Robben concretamente, botaba una falta lateral que encontraba el testarazo cruzado de Wilfred Bouma en el segundo palo. La defensa checa ponía en evidencia su pobreza en la marca y los neerlandeses se ponían por delante.
Dick Advocaat no quería dar concesión alguna al rival. Ordenó a sus hombres que siguieran apretando. Y lo hicieron. Fruto de ese fervor ofensivo, Holanda ganó una falta peligrosa muy cerca del área checa. Clarence Seedorf lanzó y el poste derecho del portal de Petr Cech repelió hacia fuera el disparo. Pero no contento con lo sucedido, corría el minuto 19, Seedorf creó una apertura de juego ejemplar a Roben. El extremo, al primer toque, habilitó desde la izquierda una asistencia que Ruud Van Nistelrooy tranformaba en el 2-0.
El ariete checo había marrado un claro remate en el prólogo. Pero sin tiempo para arrepentimientos acortó distancias. Phillip Cocú cometió un error garrafal en el centro del campo que aprovechó Milan Baros para iniciar la contra y regatear a Jaap Stam. Su envío a Koller fue medio gol. La diestra del delantero acertó a redondear la acción. Sumido en un estrés atacante, el seleccionador checo optó por sacar del campo a su lateral derecho e introducir a un interior veloz como Vladimir Smicer. Era el minuto 24.
En el tramo final del primer acto Holanda perdonó el 3-1. Con un posible penalti no señalado a Van Nistelrooy por falta de Tomás Ujfalusi se inició la sucesión de oportunidades neerlandesas. El balance: un palo y un paradón de Cech. En el 32' se produjo la intervención del cancerbero ante un disparo a la escuadra de Johnny Heitinga. Después Edgar Davids lanzaba al poste un pase atrás de Robben. Holanda no remató al enemigo.
El primer cuarto de hora de la reanudación consagró a los dos guardametas. Cech salía triunfador de un mano a mano con Andy Van der Meyde a los segundos de volver de los vestuarios. En el 47', Van der Sar salvó el empate con el pie tras un chut cercano y duro de Karel Poborský. Cinco después, el meta tulipán volvía a lucirse para atrapar una rosca endemoniada de Nedved desde la frontal. En el minuto 56, cambio de portería. Cech para con la rodilla un cabezazo a bocajarro de Van Nistelrooy.
Los checos luchaban contra el cronómetro. Y Van der Sar seguía espectacular. Cumplida la hora de juego, el recién incorporado Marek Heinz llegó hasta la línea de fondo, retrasó con un pase de la muerte y Smicer fusiló al cancerbero holandés. Van der Sar sacó una mano milagrosa. El empate arribó en el minuto 71. Una jugada magistral de Nedved y un pase de pecho de Koller fue el origen de un empalme a la escuadra de Milan Baros. Gol con exquisitez técnica incluida.
Acto seguido al empate Van der Meyde volvió a fallar un gol ante Cech. El portero fue el salvador de una defensa vulnerable. Pero los checos querían ganar. Otra remontada más. Nedved la tuvo cerca en una falta directa y después en un tiro desde 30 metros que escupió el larguero. Sus compañeros no acertaron con el rechace. Cuando el encuentro agonizaba, Heinz envió un trallazo a la puerta de Van der Sar. El arquero rechazaba por última vez. La pelota quedó franca para Poborský que, con una tranquilidad pasmosa, asistió al centro para que Smicer empujara a la red. El fútbol espectáculo vencía. La República Checa también. Su premio: los cuartos de final.