Grecia sigue con su cuento de hadas
jueves, 1 de julio de 2004
Resumen del artículo
Grecia - República Checa 1-0
Grecia jugará su primera final en la historia del torneo gracias al gol de plata de Dellas en las semifinales.
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Cuerpo del artículo
La semifinal vivida en Oporto recordó a una clásica tragedia griega. La República Checa murió al final de la obra y los jugadores helenos se convirtieron en dioses para su nación y sus aficionados. El partido fue insípido en cuanto a juego. Las oportunidades, en su gran mayoría, fueron checas y el control del partido griego. El desenlace fatal para los de Karel Brückner se preveía desde que Pavel Nedved se lesionó en el minuto 40. La falta de puntería de los delanteros centroeuropeos condenó el encuentro a la prórroga. En ella Grecia se comió a su rival y certificó, con el tiempo cumplido y un gol de plata de Traianos Dellas, su pase a la final. Será contra Portugal, como en el partido inaugural.
El miedo se cernió sobre la puerta de Grecia al tercer minuto de juego. Un balón muerto en la frontal fue empalado al aire por Tomás Rosický con contundencia. Su disparo, fortísimo, dejó temblando la portería de Antonios Nikopolidis tras pegar en el larguero. Precisamente fue el cancerbero quien corrió con el protagonismo de la siguiente jugada. Marek Jankulovski se internó en el área por su costado, el izquierdo, y golpeó con fuerza hacia el portal de Nikopolidis. Éste, en una excelente intervención, evitó el 0-1.
El apabullante prólogo checo fue perdiendo gas con el pase de los minutos. Grecia fortaleció su centro del campo y empezó a controlar el encuentro. Fruto de ello, Zisis Vrysas pudo adelantar a los helenos en el marcador en el 29'. Un buen pase en profundidad al área era recogido por el ariete que, de primeras y cruzado, puso a prueba los reflejos de Petr Cech. El guardameta, emulando a su colega griego, se lanzó bien abajo y atajó el peligro.
El lateral izquierdo de la República Checa fue la baza ofensiva más importante de los de Karel Brückner en la primera parte. Sus incorporaciones al ataque y su oportunismo para rematar segundas jugadas sacaron de quicio a su marcador Georgios Seitaridis. En el minuto 33, una gran asistencia de Karel Poborský al punto de penalti fue desperdiciada por el capitán Pavel Nedved. Su error propició que la pelota llegará al segundo palo. En ese punto apareció la zurda de Jankulovski para fusilar al portero. Nikopolidis volvía a demostrar sus excelencias bajo palos desviando el esférico a córner.
El capitán checo dijo adiós al partido en el minuto 40. Antes había chocado su rodilla con la pierna de Konstantinos Katsouranis en el área griega. Nedved abandonaba el campo resignado. Le sustituía Vladimir Smicer. Para terminar, Jankulovski volvió a aparecer con una galopada desde su propia área. Su velocidad y determinación pudo con quién le salió al paso. A 35 metros de portería observó la posición adelantada de Nikopolidis y trazó una vaselina potente que se perdió por muy poco. Con esa ocasión, se llegaba al descanso.
A diferencia de lo ocurrido ante Dinamarca, la República Checa no definió en los primeros minutos. Grecia estaba a gusto, y Zisis Vrysas juguetón. En más de una ocasión descubrió las carencias de la zaga checa, en especial, por alto. Suyos fueron tres cabezazos que inquietaron a Cech más de la cuenta. Lo más peligroso del equipo de Otto Rehhagel en toda la segunda parte.
El grandullón delantero checo se convirtió en el faro que guiaba los ataques de su selección. En el 59' cabeceó al cuerpo de Milan Baroš un saque de esquina que olía a gol. Uno después, él hizo de pantalla para que Rosický, incorporándose desde atrás, lanzara ajustado al palo. La República Checa no encontraba el camino en ataque para derribar a su adversario. Y la defensa, en las pocas misiones que se le presentaban, andaba perdida.
Los checos tocaron a rebato en cuanto llegó el minuto 80. En ese preciso momento, el equipo de Karel Brückner regaló a los aficionados una de esas jugadas que le han definido en el campeonato. Primer toque, rapidez y determinación. En esos terrenos combinaron Koller y Rosický en la frontal del área griega. El chut final del ariete rozó el palo derecho de Nikopolidis. Mismo final tuvo un contragolpe de Baroš tres minutos después. La prórroga era una realidad.
Rehhagel dio entrada a Vassilios Tsiartas al final del partido. Su clase resultaría decisiva para ejecutar penaltis y córners. Y así fue. Dos ocasiones clarísimas que falló Stylianos Giannakopoulos avisaron del peligro de Grecia en la prórroga. Luego llegó un testarazo de Dellas a pase de Tsiartas que Cech atrapó in extremis. Con el tiempo cumplido, la jugada se repitió. Tsiartas botó un saque de esquina y Dellas, en el primer palo, remachaba a la red. El gol de plata ponía a Grecia en la final y despedía a la selección que más ha hecho por el espectáculo en este torneo.
Reacciones
Otto Rehhagel, seleccionador de Grecia: "El cuento de hadas continúa. Es increíble lo que hizo el equipo. Es un verdadero milagro. Los checos eran técnicamente mejores, pero la pasión y la voluntad estaban de nuestro lado. No teníamos nada que perder, podíamos arriesgarlo todo. Ahora tendremos la final de ensueño. Vencimos a los portugueses en el primer partido y ellos consiguieron seguir en el torneo. Y ahora es su final soñada contra nosotros, una oportunidad de vengarse por el choque inicial. Somos los tapados. Pero en el fútbol todo es posible. No tenemos nada que perder".
Stylianos Giannakopoulos, centrocampista de Grecia: "Fue una forma estupenda de ganar, es la belleza del fútbol. Es un día hermoso para nosotros y un día negro para los checos. Es un sueño, es como si estuviéramos durmiendo y no quisiéramos despertar. Hemos tenido un poco de suerte, pero hemos marcado y hemos llegado a la final".
Karel Brückner, seleccionador de la República Checa: "Debemos aceptar la derrota, así es la vida. No podemos avergonzarnos, al contrario, podemos estar orgullosos incluso de este partido con mal final".
Alineaciones
Grecia: Nikopolidis; Fyssas, Dellas, Kapsis, Seitaridis; Basinas (Giannakopoulos 72'), Katsouranis, Zagorakis (c); Karagounis, Vryzas (Tsiartas 91'), Charisteas
Suplentes: Chalkias, Katergiannakis, Venetidis, Dabizas, Nikolaidis, Kafes, Georgiadis, Goumas, Papadopoulous, Lakis
Seleccionador: Otto Rehhagel
República Checa: Čech; Jankulovski, Ujfaluši, Bolf, Grygera; Nedvĕd (c) (Šmícer 40'), Galásek, Rosický, Poborský; Baroš, Koller
Suplentes: Blažek, Kinský, Mareš, Lokvenc, Jiránek, Vachoušek, Hübschman, Heinz, Týce, Plašil, Rozenhal
Seleccionador: Karel Brückner
Árbitro: Pierluigi Collina (Italia)
Jugador del Partido: Traianos Dellas (Grecia)