Panenka, el héroe de Checoslovaquia
martes, 1 de enero de 2008
Resumen del artículo
Con el penalti más recordado, los checos se llevaron la primer final decidida en la tanda de penalti.
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Cuerpo del artículo
El Campeonato de Europa de la UEFA se recordará para siempre debido a un penalti que flotó en el aire lanzado por Antonín Panenka. Con esa fabulosa técnica, el centrocampista checo le dio el título a su país en 1976 y dio un paso adelante para que la gente se despertara el interés de la gente por esta competición.
Fue el final perfecto para lo que había sido un extraordinario torneo. Cuatro equipos excelentes que lo dieron todo, pero todo fue eclipsado por el mítico penalti que cerró el torneo. Los anfitriones, Yugoslavia, daban la bienvenida a Checoslovaquia, la brillante Holanda de Johan Cruyff y a Alemania Occidental, en un torneo que disputaba por primera vez en Europa del Este.
Del cuarteto, los checos eran los favoritos para alzarse con el trofeo Henri Delaunay. Entrenados por Václav Ježek, los principios de los seleccionados eran el trabajo duro y el trabajo en equipo. Comenzaron con una dura derrota en Wembley frente a Ingalterra por 3-0. Pocos identificaron el potencial de los campeones en ese primer partido, pero una victoria ante los hombres de Don Revie por 2-1 en Bratislava, les ayudó a clasificarse en el Grupo 1 y avanzar a la ronda de cuartos de final.
Sorprendentemente, Gales lo hizo mejor que Inglaterra en el Grupo 2, con un equipo donde destacaba el trabajo de John Toshack y Leighton James. A pesar de ello, fueron eleminados por Yugoslavia en cuartos de final. Sin embargo, los checos dieron la campanada, eliminado a las URSS liderada por Oleh Blokhin. En otros partidos, Holanda destrozó a la defensa de Bégica, venciendo por 7-1 y Alemania Occidental se deshizo sin problemas de España, completando así las semifinales.
Con un Gerd Müller que era incapaz de superar a la defensa yugoslava, fue la aparición de Dieter lo que decantó la balanza a favor de los alemanes, ya que el delantero anotó un ‘hat-trick’ providencial que ayudó a su equipo a eliminar a Yugoslavia en Belgrado en el tiempo extra por 4-2. En el otro partido de las semifinales, la Holanda de Johan Neeskens y Wim Hanegem, cayó derrotada ante Checoslovaquia por 3-1. De esta forma perdieron la oportunidad de vengar la Copa Mundial de la FIFA que perdieron en 1974 ante Alemania Occidental.
El equipo de Helmut Schön partía como favorito, pero Checoslovaquia llevaba 20 partidos sin perder desde la derrota de Wembley. Pronto encarrilaron el partido como un claro 2-0, pero Müller acortaría distancias. Bernd Hölzenbein igualaría la contienda en el último minuto. En el tiempo de descuento no hubo más goles, y el trofeo se decidiría en la tanda de penaltis.
Tras siete disparos sin fallo, Uli Hoeness lanzó el suyo fuera. Panenka tenía en sus botas la posibilidad de dar el título a su país. Lanzó una pena máxima que se ha quedado inmortalizada en las mentes de los aficionados al fútbol. Esperó a que se cayera el meta alemán Sepp Maier, y disparó muy suavemente por el centro. “Si esto es patentable, yo le he patentado”, bromeó el jugador checoslovaco.