Raúl abre la puerta que lleva España a Portugal
miércoles, 19 de noviembre de 2003
Resumen del artículo
Noruega – España 0-3 (global: 1-5)
Gol de Raúl con asistencia de Valerón y goles de Vicente y Etxeberría.
Cuerpo del artículo
Mucho recelo en los inicios
Salvo un disparo desde fuera del área del cerebro noruego John Arne Riise, no hubo nada más destacable en los primeros quince minutos de partido, en los que el balón estuvo en posesión casi exclusiva de los españoles, que no fueron capaces de crear una sola ocasión.
Johnsen da el gran susto
Mientras todo parecía indicar que el partido iba a ser un calco del jugado en Valencia, y mientras el equipo español acosaba la portería noruega, su cancerbero y héroe local Espen Johnsen dio el gran susto al doblarse de manera espectacular su tobillo en un salto. Sin embargo, tras unos eternos tres minutos de asistencia en el terreno de juego, se recuperó y comenzó a liderar un equipo noruego que se convirtió en un peligro en las contras, mientras que España, con Raúl González a la cabeza, quería liderar un equipo español que dejó entrever falta de ideas.
Noruega se estira y aparece Raúl
Poco a poco, Noruega va encontrando su estilo y España comienza a temblar. Xabi Alonso y David Albelda son los únicos capaces de cortar los ataques de los nórdicos, mientras que los atacantes españoles no son capaces de tirar a puerta y probar al portero noruego tras el susto dado hace escasos minutos. Pero en esto aparece el salvador Raúl que, asistido por un genial Juan Carlos Valerón, marca un gol que supone medio billete para Portugal. Nadie cree que Noruega pueda marcar tres tantos… queda una hora.
Al descanso sin ofrecer nada
Una jugada de Vicente Rodríguez con quiebros en ambos sentidos y pase a Raúl pudo suponer el segundo gol en el casillero español, pero de nuevo el juego volvió a disolverse como un azucarillo en un vaso de agua. Y es que el partido, aunque cargado de la lógica tensión, no fue capaz de ofrecer nada interesante y dejó a Noruega sumida en una falta de ideas que le hizo volver a la más cruda realidad: no estar en Portugal y además la imagen que ofreció ante su público fue muy pobre y mostró falta de actitud ilógica para un equipo que quiere llegar a la fase final de la Euro 2004™.
Vicente y el gol de la tranquilidad
España no se arrugó tras el descanso y buscó con ahínco la portería rival. Fruto de un ataque español, Vicente se encontró con un regalo en forma de asistencia de Christer Basma dentro del área y llevó la tranquilidad al marcador. Noruega con cuarenta minutos por delante veía cada vez más lejos la cita portuguesa y convirtió el partido en un monólogo español, mientras que la sonrisa volvía a la cara de Iñaki Sáez, que sufrió durante los días previos al partido un acoso por parte de la prensa española en referencia a su capacidad táctica.
Noruega, camino del ridículo
Etxeberria marcó el tercero de cabeza a inmejorable pase del portero noruego, Johnsen, que, marcado por el permanente dolor de su tobillo y su escasa capacidad para el juego con el pie, no fue capaz de sacar el balón fuera de su área tras una nueva y nefasta cesión de Basma. Podría parecer que Noruega en la búsqueda del gol descuidó su retaguardia, pero todo lo contrario: dejó su juego a merced del combinado español, que, sin demostrar nada, dejó un marcador para la historia en un partido que sólo la tuvo en su comienzo.
Sonrisas y lágrimas
Y al final lo esperado: un equipo se quedó en el camino, Noruega, mientras que el otro, España, inicia desde cero una esperanzadora participación en la Euro 2004™ de Portugal este verano. Ahora comenzarán las cábalas para el sorteo de Lisboa a final de mes y junto con ellas los nombres de los jugadores que se consagrarán en la competición. Anoten dos a los ya conocidos: Juan Carlos Valerón y Xabi Alonso. Para terminar, cabe señalar la lamentable anécdota de un espectador que saltó al terreno de juego. Fue el portero noruego, Frode Olsen, que había sustituido a un lesionado Johnsen, el que detuvo al espontáneo con una entrada merecedora de tarjeta roja directa por parte de un asombrado Pierluigi Collina.