Grecia se acomoda en el sufrimiento

Grecia se complicó la vida ante una renovada Rusia. El equipo de Gueorgui Yartsev dejó atrás los problemas que le han acompañado a lo largo de la Eurocopa, y se dedicó a jugar. Los helenos no se esperaban la alegría ofensiva de sus adversarios y a punto estuvieron de quedar apeados de los cuartos de final por su conformismo. El resultado del España - Portugal monopolizó la atención de los banquillos en el tramo final del encuentro.

La selección rusa había perdido toda opción de clasificarse para cuartos de final tras su derrota ante la anfitriona Portugal. Su once era un conjunto de bajas que lejos de disminuir la calidad, aportaron frescura y descaro. El fallo de Traianos Dellas al no despejar un balón fácil en su propia frontal facilitó el primer gol soviético. Dmitry Kirichenko se internó en el área y fusiló al portero. Rusia se adelantaba en el minuto dos y Grecia iniciaba su pesadilla.

Tras unos instantes de tanteo, llegó el segundo. La defensa helena era un coladero y los rusos tenían hambre de triunfo. Un saque de esquina botado al primer palo sorprendió a la zaga y fue remachado en plancha por Dmitri Bulykin a la red. Antonios Nikopolidis estaba vendido. Era el minuto 17 y Rusia mostraba una contundencia propia de la República Checa.

El marcador pudo seguir engordando si los delanteros de ambos combinados hubieran atinado ante el marco contrario. Andrey Karyaka y Dmitri Bulykin tuvieron el tercero para Rusia. El primero echó alto un gol cantado y el segundo cabeceó a la cruceta en el 28. Entre medias, Zisis Vryzas fallaba el tanto de la Eurocopa tras enviar por encima del larguero desde el área chica un óptimo pase de Dimitrios Papadopoulos.

Grecia se encontró con su único gol del encuentro después de una acción embarullada en área soviética al borde del descanso. Papadoupoulos peinó desde la frontal al punto de penalti. Vryzas aprovechó su situación geográfica a espaldas de los centrales para batir a Viacheslav Malafeev con una vaselina llena de clase y tranquilidad. Justo después Vasilios Tsiartas sustituía a un desdibujado Angelis Basinas.

A falta de oportunidades, sólo un par de internadas inciertas de Rusia por ambas bandas y un libre directo de Tsiartas, los primeros minutos de la segunda parte fueron de intensidad mental más que futbolística. Los rusos sin sus mejores hombres sobre el césped, Bulykin y Kariaka se quedaron en los vestuarios, no encontraban al patrón que guiará su rumbo. Grecia estaba más pendiente del José Alvalade que de su propio partido. El gol de Portugal frente a España reforzaba su billete a cuartos.

A tres minutos de los noventa reglamentarios, Otto Rehhagel, seleccionador heleno, se vio fuera de la Eurocopa. Una excelente contra por banda derecha conducida por Alexey Bugayev acabó con un pase raso y rápido que se paseó a tres metros de la línea de gol esperando una bota finalizadora. Apareció la de Kirichenko, pero sólo rozó el esférico. Nikopolidis quedó inmovilizado del susto y la pelota fregaba el poste derecho de su portería.

La combinación de resultados que se habían producido significó que Portugal, que venció a España por la mínima, terminara como líder del Grupo A. Grecia, con cuatro puntos, se clasificó como segunda. El combinado de Iñaki Sáez y la selección rusa decían adiós a la competición.