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Un año entre las estrellas mundiales

El 11 de julio de 2010 España alcanzó el olimpo futbolístico reservado a las grandes selecciones tras ganar por 1-0 a Holanda en Johannesburgo  con un gol de Iniesta en la final de la Copa Mundial de la FIFA.

Iker Casillas levanta el título de la Copa del Mundo en Sudáfrica logrado hace un año
Iker Casillas levanta el título de la Copa del Mundo en Sudáfrica logrado hace un año ©Getty Images

España llegó a la Copa Mundial de la FIFA 2010 como una de las principales favoritas al título e hizo buenos los pronósticos, aunque el camino hasta la final de Johannesburgo no fue nada sencillo.

Los chicos dirigidos por Vicente del Bosque acudieron a Sudáfrica tras dos años de un gran fútbol que maravillaba a todo el mundo futbolístico y que primero sirvió, de la mano de Luis Aragonés, para conquistar Europa al lograr la UEFA EURO 2008 en Austria y Suiza al vencer en la final a Alemania por 1-0 en Viena.

Tras una estupenda fase de clasificación para la Copa del Mundo en la que España fue primera del Grupo 5 tras ganar todos los partidos que jugó, diez, con un balance de 28 goles a favor y cinco encajados, La Roja, curiosamente, fue de las últimas selecciones en debutar en el Mundial y de paso, junto con Holanda, la encargada de disputar el partido definitivo.

El 16 de junio llegó en ansiado debut en Durban ante Suiza dentro del Grupo H y todos los amantes al fútbol estuvieron expectantes de la puesta en escena de la gran aspirante. Sin embargo, España, con un gol desafortunado de Gelson Fernandes en el minuto 52 perdió por 0-1. Pero esta derrota no resultó fatal para el devenir de la selección española en el campeonato. Más bien, sirvió para reafirmar la idea del fútbol de toque de los españoles. "Lo mejor que hizo Del Bosque tras perder ante los suizos, fue no cambiar nada", dice Xavi Hernández cuando recuerda la inesperada derrota que en esta ocasión no instaló el pesimismo en la plantilla española.

Cinco días después, España ya disputó su primera 'final' de la Copa del Mundo ante Honduras en Johannesburgo, que días después sería el escenario que elevaría a los alteres del Olimpo a La Roja. Dicho choque frente a los hondureños no fue otro gran encuentro de los chicos de Del Bosque, que ganaron por 2-0 con dos tantos de David Villa. España ganaba pero no convencía.

En el último partido del Grupo H ante la dura Chile en Pretoria el 25 de junio, el combinado nacional se jugaba su ser o no ser en el Mundial. "Lo que más recuerdo antes de jugar ante los chilenos fue el silencio que había en el autobús camino del estadio", recuerda Del Bosque. Afortunadamente, en un partido muy trabajado, España se fue al descanso ganando por 0-2 con los tantos de Villa y de Andrés Iniesta. Finalmente, el encuentro finalizó con 1-2 y España accedió a los octavos de final. Esperaba la Portugal de Cristiano Ronaldo en Ciudad del Cabo el día 29.

Pero los vecinos ibéricos de España tuvieron la mala suerte de encontrarse con un equipo que comenzaba a recuperar su verdadero fútbol. Y la selección española, con un Xavi pletórico en el centro del campo y un acertado cambio de Del Bosque que dio entrada a Fernando Llorente, finalmente se llevó el triunfo con otro gol de Villa sobrepasada la hora de juego. España ya estaba en los cuartos de final, que se disputaban el 3 de julio.

Y en esta ronda, como sucedió en los cuartos de final y en la tanda de los penaltis ante Italia en la Eurocopa de 2008, la figura del capitán Iker Casillas volvió a resultar clave para el triunfo español. En un duro partido frente a Paraguay en Johannesburgo, el portero del Real Madrid CF detuvo un penalti a Óscar Cardozo en el minuto 58 cuando el duelo iba 0-0. Y cuando parecía que el partido iba camino de la prórroga, Villa, en el 83', con su quinto y último tanto en el Mundial, dio la clasificación para semifinales a España.

En esta fase del torneo, jugada en Durban el 8 de julio, los chicos de Del Bosque se cruzaron con su rival de Viena dos años antes, Alemania, dirigida por Joachim Löw, un admirador del juego español. Y de nuevo los germanos, que realizaron un gran Mundial, se volvieron a rendir al dominio del fútbol español caracterizado en el toque, aunque España logró el ansiado pase a la final con un gran gol de cabeza de Carles Puyol en el minuto 73 tras un saque de esquina. Además, el cuadro nacional superaba su mejor clasificación en una Copa del Mundo, cuando en Brasil 1950 fue cuarta.

Finalmente, el 11 de julio llegó el gran día de España en Johannesburgo, donde le espera en la final la Holanda de Wesley Sneijder y Arjen Robben, entre otros. Desde el principio, la selección nacional dominó siempre el partido ante un combinado holandés que tuvo sus opciones a la contra. Pero tras 90 minutos y una prórroga muy intensa, y cuando todo apuntaba que la final se iba a decidir en la fatídica e injusta tanda de penalti, apareció la figura de Iniesta en el minuto 116 para encumbrar a España al olimpo del fútbol mundial.

De nuevo Casillas, tras levantar el trofeo de la Eurocopa en Viena dos años antes, volvió a ser el encargado de alzar el título de campeón del Mundo en el Soccer City. Desde ese instante, el gran capitán, con su impulso al levantar el trofeo, envió al cielo sudafricano una estrella roja que ya luce en el universo futbolístico reservado para las grandes selecciones que ganaron un Mundial en su día. 

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