Trezeguet recuerda su histórico gol
jueves, 2 de julio de 2020
Resumen del artículo
David Trezeguet recuerda los últimos momentos de la final de la EURO 2000, cuando tres suplentes se asociaron para hacer realidad el sueño de Francia y vencer a Italia.
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En la final de la UEFA EURO 2000, David Trezeguet marcó el más dorado de los goles, creándose el espacio en el punto de penalti y enviando una media volea al techo de la red ante Italia.
Esta fue la efímera etapa del gol de oro, la regla del siguiente que marque gana, tomada de los patios de colegio y trasladada al escenario más grande. En un instante, el joven ariete de 22 años había conseguido el título para Francia, haciendo realidad el sueño de Francia de sumar el mayor título de selecciones en Europa a su victoria en la Copa Mundial de la FIFA dos años antes.
Sin embargo, casi no ocurrió. A falta de 15 minutos para el final del partido y por detrás en el marcador tras el tanto de Marco Delvecchio, 'Les Bleus' se estaban quedando sin ideas, desmoralizados por la inquebrantable defensa de Italia. Mirando a su banquillo, Roger Lemerre, con su conocido chándal holgado, pidió a Trezeguet que se quitara el suyo. Era ahora o nunca.
Trezeguet había llegado al torneo en buena forma, anotando 22 goles para impulsar al Mónaco a alzarse con el título francés. El combinado nacional tenía mucho talento ofensivo, con Thierry Henry como jefe, pero Trezeguet siempre supo que tenía un papel que desempeñar.
"Nos acostumbramos a terminar los partidos con cuatro, cinco o seis delanteros. Tenías que encontrar tu lugar, todo el mundo tenía que permanecer en su posición, eso era todo. Sentíamos que el entrenador contaba con nosotros, y su confianza nos tranquilizaba: sabía que nosotros seríamos los protagonistas a partir de ese momento, al igual que nuestros compañeros. Significaba que era mucho más fácil para nosotros ser sustituidos".
Trezeguet se unió a Sylvain Wiltord, su compañero suplente, en el campo y, a los tres minutos del tiempo añadido, la pareja se asoció para negar la victoria a Italia al final del tiempo reglamentario.
"Tuvimos que empatar a toda costa. Nuestra mentalidad de equipo era generalmente jugar con el balón, estar disponibles para el otro, pero a veces hay que encontrar soluciones. Puede que termináramos jugando como un equipo inglés, pero nos ayudó a empatar. Un balón largo de Fabien [Barthez], que toqué con la cabeza y Sylvain marcó. No hubo mucha construcción en aquella jugada, no fue bonito, pero forzamos la prórroga".
Para entonces Robert Pirès también había entrado en el terreno de juego y Francia tenía efectivamente una línea ofensiva de cuatro hombres, con Zinédine Zidane jugando justo por detrás. Al inicio de la prórroga, Lamerre tuvo que elegir si arriesgarse o no.
"[El empate] fue un golpe a la moral italiana, mientras que nosotros nos sentimos fuertes, frescos y capaces de derrotarlos. Teníamos que recuperar nuestra forma, pero queríamos cerrar el partido. Esa filosofía de atacar, de avanzar, de marcar, esa mentalidad era específica de esa generación. Cuando tu equipo se alinea con cuatro o cinco delanteros, significa que quieres hacer el trabajo".
La recompensa llegó en el minuto 103 cuando Demetrio Albertini controló mal un pase en su propio campo y Pirès se hizo con el esférico.
"Robert estaba fresco, hacía que las cosas sucedieran. Fue hasta el final de la línea de fondo y puso un centro atrás. Tengan en cuenta que después de ir a esa velocidad, no es fácil centrar. Traté de estar lo más desmarcado posible y no hay mucho más que decir. Toldo se tiró a un lado, la pelota fue al otro. La locura absoluta, la idea de ir al ataque... Fue un gol magnífico".
Trezeguet arrancó en un estado de delirio, una imagen de éxtasis grabada en la conciencia del público en todo el mundo. Incluyendo, por supuesto, en el nuevo hogar del joven delantero: Italia. Trezeguet había firmado con la Juventus justo antes de la final.
"Conoces a los italianos y la pasión que tienen por el fútbol: los aficionados no me hacían ningún favor. Fue lo mismo con mis compañeros de equipo: ¡la mitad de la selección de Italia jugaba en la Juve! Siempre mantuvieron la distancia. Sin embargo, el tiempo pasó y estuve diez años en el club, marcando un número récord de goles [para un jugador no italiano] durante mi estancia. Italia se desquitó en 2006 [en la final del Mundial], así que al final se alegraron".