UEFA.com funciona mejor en otros navegadores
Para la mejor experiencia posible, recomendamos usar Chrome, Firefox o Microsoft Edge.

Italia, campeona del mundo

Italia - Francia 1-1 (Penaltis 5-3)
El conjunto azzurro logra su cuarto Mundial gracias a su acierto desde los once metros.

32 equipos empezaron hace un mes la competición pero sólo uno levanta el trofeo de campeón de la Copa Mundial de la FIFA. Y esa selección es la italiana. Mucho se hablaba de los problemas que existen con algunos clubes del país y que podía afectar a sus jugadores o se ha criticado en ocasiones su estilo de juego, pero el caso es que Italia consigue su cuarto Mundial porque nadie fue capaz de superarles. En la final es posible que fuera inferior a Francia, pero jugó sus bazas, llegó hasta los penaltis, y ahí estuvo más acertado que su rival. Durante el encuentro, Zinédine Zidane, que sería expulsado en la prórroga, había adelantado a Francia a los 5 minutos de penalti, mientras que a los 18’ empató Italia con un tanto obra de Marco Materazzi.

Alineaciones previstas
No hubo sorpresas de inicio, y ambos técnicos alinearon su once previsto. Tan solo el italiano Alessandro Nesta por lesión y el francés Louis Saha por sanción se perdían este trascendental encuentro. La batalla en el centro del campo podía ser clave para el desarrollo del encuentro, al igual que el grado de efectividad de los delanteros de ambos equipos, Luca Toni y Thierry Henry.

Penalti de Materazzi
Lo que pocos podían presagiar era que se moviera el marcador tan pronto tal y como ocurrió. A los cinco minutos, una internada dentro del área de Florent Malouda fue cortada en falta por Materazzi. La pena máxima fue lanzada por Zidane, en su último encuentro como profesional, y el galo no desaprovechó la oportunidad de volver a dejar una nueva muestra de su calidad. Chutó al estilo ‘Panenka’, con un toque sutil por el centro y, tras tocar en el larguero, la pelota botó dentro de la meta de Gianluigi Buffon.

Reacción italiana
Italia se veía por detrás en el marcador con la obligación de tener que tomar la iniciativa en el juego. Pero antes de que hubiese tiempo para que se pusiesen nerviosos, llegó el empate. En el minuto 18’ Andrea Pirlo botó un saque de esquina y Materazzi, ganando el salto a Patrick Vieira, cabeceó al fondo de las mallas. La final no defraudaba y en veinte minutos ya se habían visto dos goles. Pero después del empate, la intensidad del partido bajó considerablemente. Francia se quedó un poco tocada con el empate, e Italia mostraba cierto conformismo tras conseguir nivelar la balanza. La ocasión más peligrosa de la primera mitad llegó en otro corner que esta vez cabeceó Toni al larguero cuando Fabian Barthez ya estaba batido.

Francia al ataque
En la segunda mitad se deshizo el equilibrio. Francia salió con mucha más mordiente y poco a poco fue metiendo atrás a Italia, que apenas se aproximaba al área rival. Lo que pasa es que para ganar al conjunto azzurro, hace falta algo más que ser superior, ya que conseguir superar su entramado defensivo es algo apto para muy pocos. De hecho, pese al dominio galo, Buffon sólo se tuvo que emplear a los 62’ en un disparo de Henry que sacó a corner. En los instantes finales se empezó a notar el cansancio y el miedo a perder, y así se llegó al término de los 90 minutos. La final se marchaba a la prórroga.

Zidane, expulsado
En el tiempo extra, se mantuvo la misma tónica. Francia lo intentaba mientras que Italia apostaba descaradamente por llegar a los penaltis. Frank Ribery disparó rozando el poste a los 99’, y cinco minutos más tarde fue Zidane quien cabeceó sin oposición pero se encontró con Buffon que sacó una mano prodigiosa. La segunda parte de la prórroga comenzó con la expulsión de Zidane tras un rifi rafe con Materazzi. El francés perdió los nervios y se tuvo que ir a vestuarios. Eso provocó que Francia ya se conformase con el empate, por lo que el partido se durmió hasta llegar al lanzamiento de penaltis, que coronó a Italia como campeona tras conseguir marcar todos sus lanzamientos y aprovechar el fallo de David Trezeguet.