El 'vuelo' final de Gullit
jueves, 11 de agosto de 2005
Resumen del artículo
Como parte final de una larga trayectoria, Ruud Gullit cuenta a uefa.com su trayectoria como entrenador.
Cuerpo del artículo
Como parte final de una larga trayectoria, Ruud Gullit cuenta a uefa.com su trayectoria como entrenador.
Por Pete Sanderson, Federico Rocha y Paul Nixon
Ruud Gullit no es un hombre al uso. El puede que proceda de la tierra de los pintorescos molinos de viento y los dulces tulipanes, pero uno se sale de esa línea y se encuentra con un holandés con un carácter tan explosivo como cada uno de los disparos que causaban estragos en los guardametas en su etapa como futbolista.
Gloria para Holanda
Cuando Gullit fue nombrado entrenador del Chelsea FC en 1996, muchos ya comenzaron a creer que podría convertirse en uno de los técnicos con más éxito del panorama futbolístico internacional. No sólo el astro holandés había estado bajo las órdenes de los mejores entrenadores europeos de la época, sino que también había llevado a su país a la gloria, capitaneando a la selección holandesa campeona de Europa en 1988, cuando era uno de los puntales del fútbol europeo moderno.
Primer título
No se sabe si por inexperiencia, demasiada confianza en sus posibilidades o simplemente por mala suerte, Gullit fracasó en su primera aventura como entrenador. En el Chelsea, el entrenador holandés tuvo un inicio casi perfecto, ya que logró que su equipo conquistase la Copa de Inglaterra, convirtiéndose en el primer técnico extranjero en hacerse con el famoso y longevo trofeo británico.
"El mejor recuerdo"
Gullit explicaba a uefa.com las sensaciones de su etapa en Londres. "Ganar la Copa inglesa es el mejor recuerdo que tengo de mi estancia en el Chelsea. Pero todos los sueños comenzaron a difuminarse poco después. Muy pronto empecé a ver que la gente que trabajaba a mi lado quería que me marchara de allí. No era debido a los malos resultados, únicamente que algunos de ellos querían ocupar mi lugar. Así de claro. No pude entenderlo, ya que yo no haría una cosa así nunca. Todo esto me llevó dos años en superarlo, y todavía, cuando lo recuerdo, me siento muy dolido", dijo.
Entrenador especial
A pesar de dejar Stamford Bridge por la puerta de atrás, Gullit se emocionó al ver al Chelsea ganar su primer título de Liga en 50 años bajo la dirección de su nuevo entrenador, José Mourinho. "Creo que es un entrenador excepcional, un hombre muy especial. Puedes sentir la magia con Mourinho al igual que con otras personas relacionadas con el fútbol como David Beckham. Creo que, sin duda, el Chelsea se merecía este éxito", afirmó.
"Me gusta Mourinho"
"Mourinho tiene algo que todo el mundo querría tener, el éxito. Es muy triste que la gente quiera atacarle por su 'status' en el Chelsea y sus triunfos. Pero a mí me gusta Mourinho, porque tiene el valor suficiente como para decir lo que piensa, y como todos los grandes deportistas, casi siempre logra lo que él promete que va a conseguir", añadió.
Grandes expectativas
Después de su agridulce estancia en Stamford Bridge, Gullit conseguía el puesto de entrenador en el Newcastle United FC, otro club con enormes expectativas después de muchos años de fracasos. "Siempre recuerdo con cariño mi estancia en el Newcastle, ya que la gente de allí tenía un confianza increíble en mí, pero las cosas no salieron exactamente como las habíamos planeado", dijo Gullit.
"Gran afición"
"No hay ninguna duda de que elNewcastle tiene el potencial suficiente como para ser uno de los mejores clubes del mundo. Tienen una de las mejores aficiones y se merecen un gran éxito, pero pienso que no me dieron el tiempo suficiente como para comenzar a cambiar esa tendencia. Cuando me marché de allí, sentí que necesitaba un descanso. Me olvide del fútbol y comencé a hacer vida normal. De repente, comprendí que el fútbol no es lo más importante que hay en el mundo", afirmó.
Enorme personalidad
Gullit volvía al fútbol la pasada temporada. Un 'grande' del fútbol holandés, el Feyenoord, reclamaba sus servicios, pero otra vez su estancia terminaba antes de tiempo. Si estas circunstancias serán habituales en la trayectoria de Gullit como entrenador, sólo el tiempo lo sabrá. Pero sería una enorme tristeza perder, para los banquillos, a un icono tan importante de este deporte y que tanto dio al fútbol como jugador. Eso sí, una cosa es segura. Su calidad humana y su personalidad nunca serán olvidadas.