Ley Bosman: arma de doble filo
martes, 20 de diciembre de 2005
Resumen del artículo
uefa.com analiza los efectos de la famosa sentencia en el fútbol europeo una década después.
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Cuando el nombre de Jean-Marc Bosman empezó a acaparar todas las portadas, se desconocía todavía cuáles iban a ser los efectos de este caso sobre el fútbol profesional. Por un lado, los futbolistas ganaban en libertad para firmar contratos a lo largo de Europa, pero con la nueva ley ya se podían entrever las primeras dificultades para los clubes.
"Arma de doble filo"
Incluso una década después, el debate todavía no se ha resuelto. Gordon Taylor, jefe de la Asociación de Jugadores Profesionales Ingleses, cree que la moneda tiene dos caras: "Después de jugar con el antiguo sistema y haberme sentido frustrado, tengo que decir que para los jugadores que quieren demostrar su valía en su carrera a corto plazo ha sido positivo. No obstante, para otros es un incremento de la competencia. Es una arma de doble filo", declaró a uefa.com.
Salario máximo
Taylor estableció también comparaciones con la abolición de un salario máximo para los futbolistas en Inglaterra en los años sesenta, que beneficiaba a los mejores jugadores europeos, cuyas nóminas se dispararon cuando empezaron a emigrar a los grandes clubes. Taylor declaró: "Desde la ley Bosman, los mejores jugadores se fueron a los países 'ricos', como Inglaterra, España, Italia y Alemania".
El traspaso de McManaman
Uno de los traspasos más famosos de la pasada década bajo la normativa Bosman fue el de Steve McManaman, que se fue del Liverpool FC al Real Madrid CF en 1999. El agente Colin Gordon, quien representa a jugadores de todos los niveles del fútbol profesional, participó en este traspaso, aunque, como Taylor, piensa que esta nueva regulación tiene sus inconvenientes.
Menos seguridad contractual
"No creo que sea justo decir que ha dado beneficios a la mayoría de los jugadores. Seguramente para algunos, pero para muchos tener que negociar su situación al final de un contrato es arriesgado. Es mejor tener una mayor seguridad contractual. Además, esta ley ha dañado la relación con los clubes. El antiguo sistema era mejor porque era más seguro".
Diálogo del fútbol europeo
Esta amenaza fue detectada muy pronto por Taylor y sus compañeros de trabajo del FIFPro, quienes, desde 1992, ya participaban en el diálogo con la UEFA y otros organismos sobre la posibles consecuencias de la Ley Bosman. El debate aumentó tras el famoso fallo de 1995.
Restricciones internacionales
Para Taylor y Gordon, la eliminación de la vieja norma ‘3+2’, que permitía a los clubes en competiciones de la UEFA alinear a tres jugadores extranjeros más dos ‘asimilados’ vía cantera, ha tenido un mayor efecto que el asunto Bosman, sobre todo ahora, teniendo en cuenta que hay 25 miembros de la Unión Europea. Taylor piensa que varios jugadores "han perdido la oportunidad de jugar con sus selecciones o de jugar en la élite".
Problemas para las promesas españolas
El lateral izquierdo del Villarreal CF, Rodolfo Arruabarrena, subrayó este problema: "No ha sido positivo para los jóvenes jugadores. Quizás sea más difícil para los jóvenes jugadores españoles porque es más fácil buscar talentos en otros países. Es más barato. Jóvenes jugadores, de 17 o 18 años, que han disputado ya 20 o 30 partidos en su primera división nacional dan más seguridad y confianza a un club que otros futbolistas que no han salido todavía de la cantera".
Cantera
Por lo tanto, la UEFA ha decidido apoyar el desarrollo del fútbol base: "El problema para nosotros es que el número de jugadores nacionales en Inglaterra ha bajado hasta menos del 50 por ciento, y es una de las razones por las que apoyamos este proyecto", dijo Taylor. "Hay grandes talentos en cada país y pienso que todo el mundo entiende la importancia de preservar la cantera, algo necesario desde la ley Bosman", añadió Gordon.
Competitividad
Es lógico el interés de los jugadores en asegurarse los mismos derechos que el resto de trabajadores de la Unión Europea, pero Taylor subrayó que existía también la necesidad de mantener una cierta competitividad entre los clubes. "No podemos permitirnos que unos pocos clubes monopolicen el éxito. Tiene que haber un equilibrio. La ley Bosman ha perjudicado este equilibrio", concluyó.