Primer paso hacia el trono mundial

El FC Barcelona arrancará este jueves en Japón su lucha por levantar la Copa Mundial de Clubes de la FIFA, un torneo marcado en rojo por el entrenador Josep Guardiola y que aumenta el prestigio del club alrededor del mundo. El Santos FC de Neymar ya espera en la gran final del domingo, pero el primer obstáculo se llama Al-Sadd Club, el vigente campeón de la AFC Champions League dirigido por el uruguayo Jorge Fossati.

La experiencia azulgrana invita a la desconfianza en este torneo. Cayó en 1992 ante el São Paulo FC de Raí y se dejó sorprender en 2006 ante el SC Internacional de Porto Alegre. A la tercera fue la vencida y tocó la gloria en diciembre de 2009 tras una final agónica que Pedro Rodríguez llevó a la prórroga y que Lionel Messi sentenció. Sólo entonces Guardiola soltó la presión acumulada durante un año muy largo y rompió a llorar en una imagen que dio la vuelta al mundo. Aquel triunfo además fue la guinda a un año perfecto en el que el Barcelona se hizo con los seis títulos en liza.

"Estamos aquí porque nos lo hemos ganado y ahora vamos a trabajar para llevarnos el título. Está todo mucho más igualado y el año pasado ya hubo sorpresas. Puede pasar de todo a un partido: una expulsión, un gol al principio... Hay que hacer las cosas, no darlas por hechas", comentó un Guardiola sabedor del acicate que supone para sus rivales medirse ante un equipo alabado por su fútbol como el azulgrana. Este factor, sumado a la relajación y al 'jet-lag', juega en contra del Barça. El Al-Sadd catarí lo sabe. Planteará un partido físico, regalará el esférico y ahogará los espacios para que los arquitectos como Xavi Hernández o Andrés Iniesta no se sientan cómodos.

En el otro lado de la balanza está el ánimo del equipo, inmejorable tras la crucial victoria de este fin de semana ante el Real Madrid CF. "Es el título del año que más ilusiona por el hecho de poder jugarlo. Llegar aquí es muy complicado, muy muy difícil. No podemos perder esta oportunidad", añadió el técnico tras destacar el hecho de que sólo una larga aventura europea y aquella victoria de Wembley ante el Manchester United FC han permitido al Barcelona plantarse en Japón con ganas de ampliar su leyenda.