La grandeza de un modesto

Miranda de Ebro es una pequeña localidad burgalesa de 40.000 habitantes que apenas se había asomado a las altas esferas futbolísticas del país. Su equipo, el CD Mirandés, ha caminado la mayor parte de sus 85 años de historia en las categorías más modestas del fútbol español, la de vestuarios destartalados, los campos de barro y los largos desplazamientos en autobús. Nada será lo mismo para este equipo a partir de este año, donde ha escrito un capítulo de oro en su historia. Ya está en los cuartos de final de la Copa del Rey y nadie podrá quitarle el título de equipo revelación del torneo. Este martes afronta el encuentro de ida de los cuartos de final ante el RCD Espanyol, y lo hace sin ninguna presión. Lo dice su entrenador Carlos Pouso: "Vamos a disfrutar y que nos quiten lo 'bailao".

Este equipo que camina con paso firme en el liderato del Grupo II de la Segunda División 'B' ha enlazado dos hazañas consecutivas en la Copa del Rey. En dieciseisavos eliminó con claridad a todo un equipo de la UEFA Champions League, el Villarreal CF, y en octavos dejó claro que este hito no era fruto de la casualidad. El Real Racing Club fue su siguiente víctima. Ahora, ya con el papel de 'matagigantes', su entrenador no quiere hablar de milagros y sí de trabajo constante. "Éste es un equipo que cree en su trabajo y en su esfuerzo, así que esto no es fruto de la suerte. No podemos llamarlo milagro porque sería falta modestia. Nadie nos ha regalado nada", confiesa Pouso.

El entrenador sabe mejor que nadie que ahora es el momento de disfrutar. Su centrocampista Pablo Infante es una de las sensaciones de la competición, el máximo goleador del torneo con cinco tantos, pero Couso sabe que este logro no se puede personalizar, que todo está supeditado a un colectivo: "Infante es uno más dentro del equipo. A mí me gusta huir de los elogios personales con la misma facilidad con la que él se va de los rivales. El Mirandés es más Mirandés con Pablo, pero él es lo que es gracias a sus compañeros".

El próximo reto en esta escalada es el Espanyol, nuevo club de Primera División que se interpone en el camino del Mirandés. "Somos conscientes de que el Espanyol es el favorito y de que es mejor que nosotros en todo. Sin embargo, a dos partidos y haciendo las cosas muy bien, podemos tener alguna opción. Motivación nos sobra jugando contra este tipo de equipos. Hubiera sido más complicado si nos hubiéramos enfrentado a conjuntos inferiores", subraya Couso.

Es la sinceridad de un hombre que se muestra afable y campechano, que disfruta del momento sin olvidar su pasado humilde y que desde luego no está acostumbrado a esta repercusión mediática que sufre en los últimos días. "Si esto que me está pasando fuera todas las semanas empezaría a entender a los José Mourinho y Josep Guardiola, que se limitan a hablar en las ruedas de prensa. Y eso que lo de ellos es para toda la vida. Tiene que ser una locura", comenta con una sinceridad aplastante.

Esta forma de ser también le lleva a no escatimar elogios con su afición, inasequible al desaliento, volcada desde el primer encuentro con sus jugadores y arropando a su equipo en todos los desplazamientos: "Nuestra afición es una maravilla. En Miranda el fútbol es una fiesta. Es algo impresionante. Van a fútbol sin acritud, a pasarlo bien. Enaltecen a un club como éste. Tenemos más de 4.000 socios, lo que supone más del 10% de la población de la ciudad. Es para quitarse el sombrero". No es para menos. Al norte de Burgos también se juega al fútbol. Y muy bien además.