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Rivera, contento con su legado

Presidente

El genial mediapunta del AC Milan y la selección italiana de la década de los '60 y los '70 que este mes recibió el Premio Presidente de la UEFA, tiene un deseo: ser recordado por sus cualidades humanas.

Rivera, contento con su legado
Rivera, contento con su legado ©UEFA.com

Gianni Rivera, genial mediapunta del AC Milan y la selección italiana de la década de los '60 y los '70 que este mes recibió el Premio Presidente de la UEFA, tiene un deseo: ser recordado por sus cualidades humanas más que por las futbolísticas.

En una ceremonia oficiada el 12 de marzo en el Giuseppe Meazza, donde recibió el galardón de manos del Presidente de la UEFA Michel Platini, Rivera habló con UEFA.com sobre su carrera y lo que significa para él recibir este prestigioso premio y seguir los pasos de Alfredo di Stéfano, Sir Bobby Charlton, Eusébio y Raymond Kopa.

"Ciertamente es un gran reconocimiento, pero no solo por los aspectos técnicos de mi carrera como futbolista, sino también por mi carácter y comportamiento como ser humano. Y creo que esa es la verdadera importancia de un premio como este, porque es más importante dejar huella como ser humano que como futbolista", señaló Rivera, ganador de la Copa de Europa con el Milan en 1963 y 1969.

Rivera, de 68 años, marcó 14 goles en 60 partidos con la selección italiana, con la que disputó las Copas Mundiales de la FIFA 1962, 1966, 1970 y 1974. El italiano se mostró contento de ingresar en el selecto grupo de personas que han recibido el Premio Presidente de la UEFA. "Es un reconocimiento que solo unos pocos han disfrutado. No sé cuántos futbolistas dejan una huella así. En el fútbol, cada vez son más importante las relaciones humanas y el buen comportamiento", dijo.

Para un jugador como Rivera, repasar una vida dedicada al fútbol es un verdadero placer. "Jugué de manera profesional durante 20 años, más los años anteriores que pasé jugando en la calle o en equipos juveniles. Si bien no jugué mucho como juvenil porque enseguida empecé a jugar en el primer equipo", explicó.

"Pero recuerdo esa época con mucho cariño. Estaba haciendo lo que más me gustaba. Cuando era un niño, pasaba todo mi tiempo libre jugando a fútbol. Luego ese fue mi trabajo. Me acuerdo de todo eso".

Rivera, un gran pasado con olfato de gol, creció en las categorías inferiores del US Alessandria Calcio 1912 de su ciudad natal. Debutó en la Serie A con 15 años antes de fichar por el Milan, donde jugaría 501 partidos en la máxima categoría, anotando 160 goles. Su primer Scudetto con el Milan le brindó su primera convocatoria con Italia en 1962, con solo 18 años, en un partido de la Copa Mundial de la FIFA ante la República Federal de Alemania en Chile.

¿Cómo llevaba la presión de ser tan joven y tan bueno? "Bueno, nunca tuve problemas. Para mí, el fútbol es algo tan importante que no miraba el pasaporte del que jugaba a mi lado. Simplemente disfrutaba jugando. Y mis compañeros eran de mi edad, un poco más mayores o mucho más mayores. Pero jugando con la misma camiseta no te fijas en las arrugas, te fijas más en los colores", respondió.

"La selección era muy importante para mí. No sé si los jugadores de hoy en día piensan lo mismo. Pero para nosotros era fundamental jugar en la selección. Era el reconocimiento a un gran momento con tu club, algo muy bonito", continuó.

Si bien una lesión en la semifinal del Campeonato de Europa de la UEFA 1968 le hizo perderse la final en casa ante Yugoslavia, no pasaría lo mismo el año siguiente. Rivera ganó el France Football Ballon d'Or en 1969 después de conquistar su segunda Copa de Europa con el Milan. También conquistó la Recopa de la UEFA en 1968 y 1973.

Rivera recuerda aquellas mágicas noches en San Siro. "Los partidos europeos son los más importantes porque llegan a través de todo el mundo. Y cuando juegas una competición en la que hay que ir paso a paso, además de la liga nacional o la copa, que es bonito luchar por ello, y consigues ganarla, es un sentimiento especial. Si no hubiera ganado esas competiciones y no hubiera jugado un número determinado de partidos con mi selección nacional, probablemente no habría recibido este premio", comentó.

Un hombre orgulloso y un jugador elegante con sobresaliente cualidades humanas. En definitiva, Gianni Rivera consideró que esto es un legado de sus días como jugador. "No sé que impacto dejé a nivel técnico, pero adivino que algo dejé en la siguientes generaciones. Y respecto a un nivel humano, no dejé cosas significativas porque recuerdo que la gente me hablaba e incluso muchos no son aficionados del Milan. Me siguen queriendo y también como si aún fuera jugador. Eso significa que hice cosas buenas como persona, lo cual es lo más importante", sentenció.

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