El sexto título fue el mejor
miércoles, 14 de agosto de 2013
Resumen del artículo
Con rivales tan duros como Suecia, Francia o Noruega, una Alemania golpeada por las lesiones y en pleno cambio generacional logró hacerse con su sexta EURO consecutiva.
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Alemania ganó el Campeonato de Europa Femenino de la UEFA. Esa oración se pudo escribir en 2009, 2005, 2001, 1997, 1995 y – con un triunfo noruego en medio- 1991 o 1989. Sin embargo, eso ni siquiera comienza a contar la magnitud de su éxito en Suecia.
Sus 12 años consecutivos de victorias en todos los partidos de los europeos femeninos de la UEFA terminó con una remontada de España para empatar 2-2 en la ronda de clasificación. Posteriormente en el primer partido en Suecia empataron 0-0 ante Holanda, sin haberse dejado ningún punto en una fase final desde 1997, y un récord de invicta desde el 96 terminó en el último partido del grupo ante Noruega.
Sin embargo, 11 días después, Noruega cayó 1-0 y Alemania se coronó campeona una vez más. Considerando que jugadoras como Birgit Prinz, Ariane Hingst y Kerstin Garefrekes se habían retirado del equipo, y que Kim Kulig y Babett Peter estaban entre las seis jugadoras claves lesionadas, muchos pudieron pensar que éste sería el año de la derrota germana. No fue así.
Suecia fue la selección que muchos pensaron que tomaría el lugar alemán. Hubo un apoyo sin precedentes para las locales con una venta total de 216.888 entradas, 75.000 más que en cualquier otro Campeonato de Europa Femenino de la UEFA. Ese fue el caso con Pia Sundhage tras hacerse con el cargo en otoño del 2012 y la presencia de Lotta Schelin al frente del ataque.
Precisamente a ella le detuvieron un penalti en el primer partido ante Dinamarca, pero después entró en calor y con sus cinco goles se hizo con la Bota de Oro Adidas. Sin embargo, cuando su equipo se enfrentó en las semifinales ante Alemania, Schelin y Suecia no pudieron marcar y cayeron 1-0, aunque la plantilla tuvo su homenaje durante el descanso de la final ante un record de 41.301 aficionados.
Otros pensaban que Francia, tras acabar cuarta la Copa Mundial Femenina de la FIFA de 2011 y los Juegos Olímpicos de 2012, era la mejor selección de Europa. Era el único equipo que había ganado todo en la clasificación y el único que ganó todos sus partidos en la fase de grupos en Suecia, incluyendo una victoria por 3-0 que eliminaba a la subcampeona de 2009, Inglaterra.
Las galas eran muy favoritas ante Dinamarca en cuartos de final, pero empataron a uno en el partido y cayeron por 4-2 en la tanda de penaltis. Stina Petersen, que ya había parado en un mismo partido dos penaltis de Schelin y Kosovare Asllani, volvió a ser la heroína.
Pero la trayectoria de Dinamarca iba a terminar también en un 4-2 por penaltis a manos de Noruega. Aunque encabezaron su grupo tras derrotar a Alemania, Noruega no estaba en las quinielas de favoritas de la gente. Su clasificación había sido algo movida, con cambio de entrenador y el regreso de Even Pellerud al banquillo tras sus éxitos entre 1989 y 1996.
Pero su combinación de experiencia con Ingvild Stensland, Trine Rønning and Solveig Gulbrandsen, sumada al talento adolescente de Caroline Graham Hansen y Ada Hegerberg permitieron a las noruegas acabar en su grupo por delante de Islandia y Holanda, eliminar a España y Dinamarca y plantarse en la final ante Alemania en Solna. Pero Angerer, suplente en las victorias en 1997, 2001 y 2005 antes de suceder a Silke Rottenberg en 2009, tenía otras ideas.